LEÓN, 29 (EUROPA PRESS)
La octava edición del FID finalizó con la entrega a Saúl Craviotto del Premio FID Ciudad de León ABANCA 2024. El director del FID, Francisco del Río, desgranó los motivos por los que la Organización decidió otorgarle dicha distinción, entre los que destacan su trayectoria deportiva, que lo ha convertido en el deportista español con más medallas olímpicas, y los valores de sacrificio, perseverancia y esfuerzo que le han acompañado durante toda su etapa deportiva.
De esta manera, Saúl Craviotto se une al resto de estrellas del deporte que han recibido este premio: Lydia Valentín, Vicente del Bosque, Jorge Lorenzo, Toni Nadal y Rudy Fernández.
La última jornada del VIII FID Ciudad de León ABANCA 2024 reunió a referentes internacionales de natación, baloncesto y piragüismoy estuvo dirigida por el presentador Luis Larrodera.
La primera deportista en salir al escenario del Auditorio de León fue la nadadora olímpica Marta Fernández Infante, quien hizo un recorrido por su trayectoria deportiva y reconoció que a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fue con tranquilidad, “quería disfrutar porque las Olimpiadas son el sueño de cualquier deportista, la medalla de mariposa sabía que estaba cerca, pero me sorprendí a mí misma al conseguir tres medallas”, destacó Fernández, quien reconoció que fue a la cita olímpica “siendo novata” para volver como campeona, campeona, “algo para lo que nadie te prepara”.
“Me convertí de un día para otro en referente, algo que es muy satisfactorio, pero hay que saber gestionarlo”, destacó la nadadora burgalesa, antes de explicar que su idea en París “era competir cinco días y saltar a la piscina diez veces”, algo que al final no fue posible, pero valoro positivamente el hecho de haber podido competir junto a Teresa Perales, “ya que es uno de mis referentes”, sentenció Marta Fernández.
La siguiente deportista en responder a las preguntas de Luis Larrodera fue Amaya Valdemoro, quién compartió con los asistentes cómo fueron sus inicios.
“Soñaba de pequeña con ser campeona de atletismo, por eso a los ocho años comencé a entrenar atletismo y a los trece combiné atletismo y baloncesto”, relataba Valdemoro, antes de afirmar que sus buenas condiciones físicas la llevaron a la selección de la Comunidad de Madrid, “a mitad de temporada ya estaba en la selección nacional y a los pocos meses después me tuve que ir de casa y comencé a jugar en Salamanca con catorce años”.
La exjugadora de baloncesto reconoció que “podía fallar una bandeja”, pero que todo lo difícil le salía natural. En cuanto a sus referentes, Amaya Valdemoro destacó que cuando era niña no conocía el nombre de ninguna jugadora de baloncesto, así que sus referentes eran atletas como Maite Martínez, Zúñiga o Abascal.
En relación a su manera de afrontar la derrota reconoció que “lo de perder lo llevo fatal, es más en mi casa no jugaba a las cartas por si perdía. “Cuando no ganaba no conseguía dormir, los deportistas tenemos una obsesión que es exigirnos cada vez más, el deporte de alto nivel es cruel”, sentenció Valdemoro.
Valdemoro también recordó su paso por EE.UU., Rusia, Turquía y Brasil y afirmó que en el momento de su despedida nunca se imaginó lo que consiguió en el deporte, “me tocó vivir una época del deporte maravillosa porque nosotras abrimos el camino para los éxitos que llegaron después en el baloncesto femenino”.
PIRAGÜISMO
El Auditorio Ciudad de León recibió a los integrantes del K4, Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade y a su entrenador Miguel García, que fueron entrevistados por la periodista Mónica Martínez.
El que fuera abanderado de la delegación española en París, Marcus Cooper, subió al escenario ondeando una bandera del FID, a modo de homenaje del gran honor que ostentó durante los Juegos Olímpicos de París, en los que consiguieron la medalla de bronce.
Cooper afirmó que comenzó con doce años con un amigo y fue totalmente vocacional, mientras que Craviotto lo hizo a los seis años “aunque tengo una foto siendo un bebé entres las piernas de mi padre mientras estaba paleando”.
Carlos Arévalo afirmó que cuando era niño era portero de fútbol y que luego empezó a practicar piragüismo a los nueve años y Rodrigo Germade practicaba varios deportes “y a los siete años decidí centrarme en el piragüismo porque era lo que me mejor se me daba”.
De los cuatro integrantes del K4 dos ya han sido abanderados en Juegos Olímpicos.
El primero de ellos fue Craviotto en Tokio 2020, “salir al estadio, saludar y que no haya nadie debido a la pandemia es triste, pero me quedo más con la simbología, me imaginaba a mi madre y a España entera viéndome en la televisión, fue un momento inolvidable mirar hacia atrás y ver los ojos vidriosos de tus compañeros”.
Por su parte, Cooper lo calificó como un momento muy especial, “me cuesta expresarlo con palabras, me decían que disfrutara del momento y me obligué a ser consciente del orgullo que suponía ser abanderado y puedo asegurar que así lo hice, disfruté del momento sabiendo el honor que era ondear la bandera de España”.
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