VALLADOLID, 5 (EUROPA PRESS)
El Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (Coocyl), ante el inminente inicio del curso escolar, ha recordado la importancia de las revisiones oculares periódicas tras advertir de que en los últimos seis años la miopía infantil se ha incrementado en casi un 18 por ciento.
Y es que el Coocyl advierte de que la salud visual es un pilar esencial para el rendimiento académico y los problemas oculares no resueltos pueden estar detrás de hasta un 30% de los casos de fracaso escolar.
Entre ellos, la miopía está considerada ya como una epidemia a nivel mundial. Los datos, en este ámbito, hablan por sí solos, ya que el 30% de la población ya es actualmente miope, pero se estima que este porcentaje alcanzará el 50% en el año 2050, lo que supondrá que habrá más de 5.000 millones de personas afectadas por este defecto visual.
Si nos ceñimos a la población infantil y juvenil en España, la situación no es tampoco nada esperanzadora: en los últimos seis años, se ha producido un incremento alarmante de la miopía infantil estimado en un 17,8%.
Así, según el último estudio científico publicado por la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Europea de Madrid y la Fundación Alain Afflelou, el 19% de los niños residentes en España de entre cinco y siete años ya padece miopía y se estima que en 2030 esta cifra ascienda al 30,2% si continúa el mismo ritmo de crecimiento. De hecho, la realidad es que ya en la edad universitaria, el 62,5% de los jóvenes entre 17 y 27 años es miope.
En este sentido, la vicedecana de Coocyl, Ana Belén Cisneros, asegura que “no solo es importante detectarla a tiempo para aplicar la corrección necesaria con el uso de gafas o lentillas, sino que su control periódico es fundamental porque el riesgo de sufrir patologías visuales graves aumenta exponencialmente con el número de dioptrías”.
Aunque existe un claro componente hereditario en la aparición de la miopía infantil, Ana Belén Cisneros explica que cada vez son más relevantes los “factores ambientales”, sobre todo el abuso de dispositivos electrónicos y las tareas de trabajo cercano, por lo que el asesoramiento de los ópticos-optometristas, como profesionales sanitarios de la atención primaria visual, puede ser decisivo para minimizar el riesgo de padecer miopía en el futuro o de que aumente más rápidamente.
PREVALENCIA DEL ‘OJO VAGO’
Más allá de este defecto refractivo, al que también se pueden sumar la hipermetropía y el astigmatismo, el estrabismo o las alteraciones de la relación acomodación-convergencia que influyen sobre el rendimiento de los menores, uno de los problemas visuales no detectados más frecuentes es la ambliopía.
El conocido como ojo vago afecta a más de 100.000 niños en España, según datos del Libro Blanco de la Salud Visual, pero más de la mitad de los padres no lo saben y, por tanto, no buscan tratamiento. Se caracteriza por una pérdida de visión central (ya sea agudeza visual, sensibilidad al contraste, binocularidad o percepción de movimiento, entre otros) y afecta sobremanera a la calidad de vida y a la autoestima del menor.
Por tanto, como añade la vicedecana de Coocyl, estar alerta ante las señales que indiquen un problema visual entre los estudiantes es “fundamental” para garantizar su aprendizaje en las mejores condiciones.
En principio, si no existen antecedentes familiares de problemas oculares que sean hereditarios, Coocyl recomienda una primera exploración más profunda por parte de un profesional de la salud visual antes del inicio de la edad escolar, entre el año y los 3 años de edad, y, posteriormente, una revisión anual para asegurar la detección precoz de cualquier anomalía.
- Te recomendamos -