VALLADOLID, 22 (EUROPA PRESS)
El titular del bar ‘Bao Bao’ de Valladolid, F.R.A, ha recibido una nueva sentencia absolutoria, la segunda en menos de una semana, respecto de otro presunto tráfico de drogas del que venía siendo acusado por hechos ocurridos en octubre de 2022 cuando agentes de la Policía Nacional ocuparon dentro de su local casi 12 gramos de speed y cocaína.
Si hace unos días la Sección IV de la Audiencia Provincial dictaba sentencia absolutoria para el hostelero a raíz de otra intervención policial registrada el 20 de enero de 2023, con motivo de la incautación en su bar de 16,38 gramos de anfetaminas, así como de cuatro pastillas de MDMA con un peso neto de 2,19 gramos, ahora la Sección 2 de lo Penal ha fallado en idéntico sentido, con lo que el encausado, que por ambos procedimientos se enfrentaba a penas que suman diez años, ha quedado totalmente libre de cargos, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Los hechos se produjeron el 22 de octubre del 2022, sobre las 07.50 horas, cuando agentes de la Policía Nacional entraron en su local, con licencia de cafetería, y le pidieron que bajara la música y encendiera la luz.
Acto seguido, algunos de los policías accedieron al ‘office’ del local y, escondido entre trapos, hallaron cinco envoltorios de plástico azul anudados con alambre de jardinería verde, así como útiles para facilitar la distribución de sustancias estupefacientes, tales como unas tijeras, bolsas de plástico con recortes circulares, un rollo de bolsas azul y cuatro alambres de jardinería verde.
Durante el juicio, el encausado rechazó que la droga fuera suya y precisó que al almacén acceden “amigos de los camareros y pinchas que trabajan en el establecimiento”. “No me gusta y les he dicho que no entre nadie, solo los trabajadores, pero no puedo estar en todos los lados”, apuntó el hostelero.
Sobre los envoltorios intervenidos, en los que se hallaron anfetaminas y cocaína, y las bolsas, el encausado alegó que suele hacer fiestas y que utiliza plásticos para proyectar formas, rechazando así el relato de la fiscal, convencida de que tales plásticos estaban preparados, al igual que otro tipo de materiales, para la venta de estupefacientes.
AUTOCONSUMO
Sí admitió el hostelero que la droga que le fue requisada en comisaría tras un cacheo más minucioso era suya, pero aseguró que la sustancia tenía por destino el “autoconsumo”. “Por desgracia tengo un problema y ojalá pudiera dar con la tecla para solventarlo y tener una vida más normal”, declaró F.R.A. en tono lastimero.
“Hay instrumental, se han encontrado bolsas y alambres perfectamente preparadas para meter droga y ser distribuidas en su bar. Además estaban escondidas entre balletas para que no estuvieran a la vista”, esgrimió la acusadora pública, que mantuvo su petición de cinco años de cárcel, para rechazar la tesis del autoconsumo al asegurar que cuando uno compra para “consumir” no tiene “recortes de bolsas y alambres perfectamente preparados”.
Al hostelero se le ocuparon, durante toda la operación, 7,95 gramos de anfetamina y 1,57 gramos de cocaína, además de 230 euros en billetes de 20, 10 y 5 euros, otro “indicio” para la fiscal del caso de que el acusado estaba traficando con droga porque ese dinero lo llevaba “encima” cuando, si no procediera de la venta ilícita, lo tendría en “un cajón o en la caja registradora”.
La defensa, por su parte, solicitó la libre absolución para su cliente, como así ha vuelto a ocurrir, tras denunciar los testimonios contradictorios de los policías sobre la ubicación del hostelero durante el registro y al considerar “veraz” la versión de su defendido a la hora de justificar la existencia de los envoltorios encontrados y el resto del material, además de dar crédito a los graves problemas de adicción que sufre F.R.A.
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