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Las restricciones en Arco de Ladrillo, Valladolid, inician con el bloqueo de un carril en dirección de salida

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Carnero asegura que “la solución” definitiva “tiene que ser un túnel soterrado” para vehículos y otro “para trenes”

VALLADOLID, 31 (EUROPA PRESS)

Las restricciones en el viaducto del Arco de Ladrillo como consecuencia de la obra de emergencia que ha decidido realizar el Ayuntamiento de Valladolid han comenzado en la noche entre este jueves y este viernes con el cierre al tráfico del carril derecho en sentido salida de la ciudad, mientras que en dirección al centro siguen abiertos los dos viales.

Operarios de la empresa Imesapi, a la que se han encargado las obras, comenzaron en la noche de este jueves a colocar las vallas de plástico tipo ‘new jersey’ para limitar la circulación a un solo carril en sentido salida de la ciudad.

En base a un informe técnico encargado dentro del contrato de Conservación a una “consultora” se ha determinado que existe “riesgo efectivo” por el estado en el que se encuentran las defensas situadas en los bordes, que son antiguas y están obsoletas según la normativa vigente. De hecho, se indicaba que existe un riesgo real de que ante casos como un hipotético impacto de un vehículo contra las defensas laterales, éstas podrían ceder, y producirse una caída desde la altura hasta las vías del ferrocarril.

En este sentido, el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, ha defendido en la mañana de este viernes que el informe técnico habla de “la necesidad” de actuar de manera “urgente”, de modo que el Ayuntamiento tiene que llevar a cabo la intervención “por responsabilidad”, algo que en su opinión es “la primera norma” en el “actuar público”.

Todo ello, para “garantizar la seguridad del viaducto, con independencia de las decisiones que se hayan de tomar en el futuro”.

En este sentido, ha considerado que la solución definitiva debe ser “un túnel soterrado para vehículos” para vehículos, a lo que ha añadido que “también” un túnel para trenes, pues ha defendido que “el proyecto del soterramiento en este punto de la ciudad también habla de un túnel soterrado para vehículos”.

En cualquier caso, ha matizado que ahora él no habla “de integración versus soterramiento”, sino que se trata de “garantizar la seguridad y garantizar la circulación en una vía que sigue siendo a día de hoy medular, esencial, en la trama urbana de la ciudad de Valladolid”.

En un momento en el que ha recordado que el viaducto de Daniel del Olmo, a la altura del polígono de Argales, presenta restricciones al tráfico, lo que en opinión de Carnero obliga a pensar que se debe seguir “utilizando por un tiempo” el de Arco de Ladrillo.

Por toda esta situación, el regidor ‘popular’ ha apuntado que desea que las restricciones que se sufrirán en el viaducto en estos próximos meses “sean por el menor tiempo posible”, ya que supondrán “un trastorno importante para todos los vallisoletanos”, e incluso ha señalado que tratarán de “reducir lo máximo el tiempo de realización de las obras”.

Las obras tendrán un coste de unos 2 millones de euros y una duración prevista de casi un año –once meses– y para su ejecución se ha considerado necesario restringir el tráfico en los dos carriles del borde de la estructura para la ejecución de las obras.

Las limitaciones, que incluyen también la reducción del límite de velocidad máxima a 30 kilómetros por hora se mantendrán durante las labores de reparación, cuya duración se estima en once meses.

Está previsto que las obras de demolición, refuerzo y reparación de la estructura de la calzada en el sentido de entrada se prolonguen hasta noviembre de este año, para continuar con las correspondientes en el sentido de salida, que concluirán en abril de 2025.

“NO HAY ITINERARIOS ALTERNATIVOS”.

El concejal de Tráfico y Movilidad, Alberto Gutiérrez, ha defendido que las limitaciones aprobadas son “la única opción existente para evitar el cierre total al tráfico rodado, que supondría un colapso y un problema gravísimo para la movilidad general de toda la ciudad, ya que es una de sus arterias esenciales”.

Gutiérrez ha recordado que actualmente “no hay alternativas sustitutivas al viaducto de Arco de Ladrillo” pues las dos vías más próximas con capacidad para hacerlo se encuentran cortadas o con tráfico restringido; es el caso del viaducto de Daniel del Olmo (por el que no pueden circular vehículos pesados, ni siquiera el transporte colectivo) y de la calle Labradores, cortada al tráfico por estar en ejecución las obras de integración ferroviaria que no concluirán al menos hasta dentro de seis meses.

Riol ha sugerido a los vallisoletanos que por el sur opten por la avenida de Zamora y por el norte o bien por el túnel de Andrómeda o por la VA-20, ya que el paso subterráneo de San Isidro está “al límite de su capacidad” en los últimos tiempos.


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