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La Junta está mejorando el protocolo de nutrición e hidratación del bombero forestal para adecuarlo a su trabajo y estado físico

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VALLADOLID, 4 (EUROPA PRESS)

La Junta ha revisado los protocolos de nutrición, hidratación y logística para adaptarlos a las necesidades de los miembros del operativo de incendios forestales según su función y condición física.

Así lo ha señalado el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz, que ha presentado las actuaciones del grupo de trabajo de avituallamiento y en el que han participado el Colegio Profesional de dietistas-nutricionistas de Castilla y León y el Colegio Oficial de licenciados en Educación Física y en Ciencias de la actividad física y el deporte de Castilla y León (COLEF).

Arranz ha recordado que la revisión de estos protocolos, en los que se lleva trabajando “algo más de un año”, fue uno de los “compromisos” adquiridos en la Comisión de Seguimiento en materia forestal del Diálogo Social para la mejora del operativo para los años 2023 -2025 y que se firmó en septiembre del pasado año.

El director general ha querido matizar, nada más comenzar su intervención, que “nunca ha faltado alimentación al operativo” y ha calificado de “falsas” las denuncias realizadas a través de las redes sociales sobre carencias en el avituallamiento. “Siempre ha sido correcto y se ha hecho de una forma adecuada, teniendo en cuenta las dificultades que conlleva conseguir y llevar alimentos a zonas alejadas y en condiciones complicadas donde se han producido los incendios”, ha argumentado.

Para el diseño de este protocolo en coordinación con el grupo de trabajo, se han llevado a cabo dos estudios, cuyos resultados han arrojado unas “pautas básicas de avituallamiento y unas pautas generales de preparación física” para trabajadores de extinción de incendios forestales, elaborados respectivamente por expertos en nutrición y educación física.

En este sentido, Fabio García-Heras, coordinador de la preparación física del Operativo de Extinción de Incendios Forestales y miembro del COLEF, ha apuntado que el objetivo era “personalizar” los kits nutricionales y de hidratación atendiendo a la labor del miembro del operativo y su condición física. “No necesita la misma aportación energética un conductor que un profesional que esté en primera línea combatiendo el fuego”, ha explicado para incidir en que no solo es importante el estar hidratado y alimentado correctamente en el momento que se lucha contra el fuego, sino también “cómo se llega a él y como se recupera después”.

García-Heras ha cifrado en unas 4.500 kilocalorías al día de media el ‘desgaste’ energético que puede llegar a tener un bombero forestal en primera línea de fuego durante una jornada laboral en situaciones extremas y que los nuevos kit cumplen con las recomendaciones mínimas extraídas tras el estudio y que incluye también menús veganos y celíacos.

Además, ha apostado por imponer pruebas de acceso conforme a la categoría del puesto porque entiende que para desarrollar de una forma “segura y eficiente” su trabajo es importante una “buena condición física”. “Los protocolos garantizan el acceso en condiciones pautadas y ayudan a saber cómo actuar en casos excepcionales”, ha apuntado.

MENÚS

Todo ello ha confluido en la elaboración de las raciones y menús a suministrar y que varían dependiendo de la ‘urgencia’ en la actuación. Así, el kit de emergencia y que los miembros del operativo llevan encima cuando salen a un incendio forestal debe ser de un “peso reducido”, como ha explicado, Franciso Bolaños –miembro del operativo de lucha contra incendios– y que está formado por barritas de cereales, frutos secos y sobres para obtener bebida isotónica, de los que ya se han repartido más de 6.400 unidades

También habría otro menú de ‘urgencia’ y que cubriría las necesidades tanto alimenticias como de hidratación para las doce primeras horas, algo más pesado y más completo que se utilizaría cuando el profesional se va a enfrentar a incendios complicadas en zonas de difícil acceso. La ración individual tiene un valor energético de más de 2.000 kilocalorías y en el se incluye dulce de naranja, galletas, paté, estofado, ternera, sobres para preparar bebida isotónica y barritas. De este ya se han repartido 4.750 unidades.

Por último estaría el menú de avituallamiento, con ensalada de pasta, arroz, pan, zumos, bebidas isotónicas y el típico de bocadillo, fruta y agua. Todos ellos preparados con productos locales o encargados a empresas de cátering, pero que tienen que seguir las pautas establecidas en los protocolos. Estos menús se distribuyen en incendios de larga duración.

Para asegurar el suministro de cada uno de estos productos, por un lado, se ha contratado el suministro para la adquisición para 2023 y 2024 de los dos primeros productos y, por otro, se ha contactado con establecimientos locales y también con otros de más amplia distribución para establecer procedimientos de suministro. “Todo ello con el fin de lograr que el personal operativo que está trabajando en la extinción disponga de nutrientes suficientes y adecuados a su actividad”, ha explicado el jefe de servicio de incendios, Ángel Sánchez.

Desde la Consejería se continua trabajando en la revisión y adaptación de la primera versión del protocolo de avituallamiento en incendios forestales a las situaciones que se planteen en cuanto a organización logística y suministro del avituallamiento, teniendo en cuenta la necesidad de organización en el Puesto de Mando Avanzado, y en la designación de responsables de logística en la aplicación del SMEIF (Sistema de Manejo de Emergencias por incendios Forestales) para que todo el personal del Operativo pueda trabajar en condiciones de seguridad y salud adecuadas.

SIERRA DE LA CULEBRA

Por otra parte, José Ángel Arranz, ha explicado que durante estos días están manteniendo reuniones con miembros de las corporaciones locales de la Sierra de la Culebra, asolada el pasado año por las llamas, para reacondicionarlo.

Así, ha explicado que la primera fase, centrada en actuaciones para evitar “erosión y pérdida de suelo”, así como la “saca de madera” para permitir la regeneración de las masas arboladas y evitar las plagas en la vegetación verde de la zona, va “a buen ritmo y está muy avanzada”.

“Ahora ya tenemos elaborados los planes de actuación para los próximos diez años con el objetivo de restaurar la zona y que estamos compartiendo en con entidades locales antes de cerrarlos. Con ello decidiremos como podemos diseñar la nueva vegetación para que cubra las necesidades y sean más resilientes a los incendios”, ha añadido.


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