Prevé generar una pradera naturalizada y dos charcas para anfibios
VALLADOLID, 13 (EUROPA PRESS)
La actuación para convertir la zona verde, actualmente degradada, de ‘El Tomillo’ en Valladolid capital, en una reserva biológica comenzará previsiblemente el próximo mes, con un presupuesto de 482.825 euros y un plazo de ejecución de seis meses, si bien las plantaciones no se realizarán hasta la época de otoño-invierno de este año.
El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, acompañado por el concejal de Medio Ambiente, Alejandro García Pellitero, y por técnicos municipales de este área han visitado este entorno, situado junto al barrio de Los Santos-Pilarica.
Las obras, adjudicadas este lunes en la Junta de Gobierno, se iniciarán en marzo y su plazo de ejecución es de seis meses, contados a partir de la fecha de la firma del Acta de Comprobación del Replanteo. No obstante, como se marca como condición realizar las siembras y plantaciones durante la época de otoño-invierno para garantizar la viabilidad de las especies, la finalización completa del entorno no se prevé hasta dentro de un año, en febrero de 2025.
Se actuará en una superficie de 9,36 hectáreas y las actuaciones supondrán una inversión de 482.825 euros (IVA incluido).
El Ayuntamiento de Valladolid trabaja en este proyecto desde la etapa del anterior gobierno municipal, en 2022 dentro de la iniciativa, presentada entonces, ‘Caminos de la Biodiversidad’, y cuenta con financiación de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, con fondos Next Generation EU.
Supondrá la transformación de un espacio actualmente “degradado”, que ha sufrido “el abandono” y la acumulación de una importante cantidad de escombros y como ha explicado Carnero, “con la ejecución de este contrato se creará una reserva de fauna y flora autóctona mediante la creación de diferentes hábitats, lugares de nidificación, cría o reproducción para la fauna del entorno, disponiendo de un entorno adecuado para otras muchas especies del ámbito urbano y suburbano de la capital vallisoletana”.
Para el diseño de esta intervención se cuenta con la colaboración de la Asociación para la Conservación y Estudio de la Naturaleza de Valladolid, ACENVA, y de las asociaciones de vecinos ’29 de diciembre’ de los barrios Belén, Pilarica y Santos Pilarica, que desde 2016 han promovido la recuperación de este entorno.
La técnico municipal Boriana Christova ha destacado que el proyecto persigue tanto crear una nueva zona para el disfrute de los vecinos como para “intentar mitigar las consecuencias del cambio climático”.
El problema de la zona, como ha descrito, es que si bien a mediados del siglo XX se utilizaba como zona para el “esparcimiento” durante muchos años posteriores ha estado “abandonada” y se ha usado “prácticamente como una escombrera” o para otras actividades, por lo que en el interior se pueden ver acumulaciones de escombro, sobre todo procedente de la construcción.
De esta manera, se abordará la revalorización de la zona mediante la obra prevista, se mejorarán los paseos, se crearán nuevas zonas estanciales con sombra y como es una zona en la que Acenva trabaja en actuaciones medioambientales se ha proyectado un espacio como “aula verde”, que será un pequeño anfiteatro.
Se prevé la creación de diferentes zonas y elementos como un “bosque de ribera” en la parte norte de la actuación, con plantación de chopos, álamos, olmos y fresnos, entre otras especies; un “bosque mediterráneo” con especies autóctonas a la sequía –sabinas, encinas, quejigos, endrinos, etc–; varios grupos de árboles y macizos de arbustos y plantas aromáticas; y alineaciones de árboles en los laterales sur y oeste de los paseos para proporcionar sombra a los usuarios.
Además, se configurará un seto a modo de “pantalla vegetal” para separar el extremo norte del parque de la AV-20,
Se incrementará la microreserva de mariposas y polinizadores silvestres, y se prevé la creación de dos charcas de anfibios y varios bebederos de fauna que aunque no tendrán lámina de agua todo el año contarán con “mucha humedad”.
Como también ha añadido el técnico Roberto Madrigal, el proyecto no se solo se dirige a mejorar la biodiversidad de árboles y arbustos, sino que se prevé también potenciar la avifauna y la entomofauna (insectos).
El alcalde ha precisado que en total se plantarán 360 nuevos árboles, cerca de 1.400 arbustos y más de 2.000 plantas aromáticas, además de generar una pradera naturalizada de 11.757 metros cuadrados.
ACTUACIÓN CON LOS ESCOMBROS
Para solucionar el problema de la acumulación de escombros se ha optado por su valorización in situ, mediante triturado y cribado de los residuos y aplicación para relleno de gaviones y base de los paseos. De esta manera, al evitar su transporte, se reducirá también la huella de carbono y la contaminación atmosférica.
La forma de realizar las plantaciones, no solo macizos de una solo especie, sino amplias zonas con especies entremezcladas y se proyecta la vegetación definiendo porcentajes por tipologías –cobertura vegetal de arboledas, espacios con masas arbustivas y aromáticas, praderas naturalizadas–.
En este aspecto se tendrán en cuenta los criterios de ahorro hídrico y mantenimiento diferenciado, minimizando la necesidad de tareas costosas, uso de abonos y productos fitosanitarios. Para las praderas diseñadas se prevé el uso de semillas de especies naturalizadas resistentes a la sequía.
Se utilizarán especies autóctonas y resistentes al cambio climático; se reutilizarán los recursos existentes en el parque a la hora de ejecutar la obra, como por ejemplo la madera de los árboles que se eliminen.
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