BURGOS, 4 (EUROPA PRESS)
La última campaña de excavaciones en San Pedro de Arlanza, en la localidad burgalesa de Hortigüela, ha concluido con el hallazgo de los cimientos y restos de la muralla medieval que rodeaba al monasterio.
La campaña, promovida por el Ministerio de Cultura y Deporte, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), ha concluido a finales del mes de agosto, y en ella ha trabajado un equipo multidisciplinar de arqueólogos, restauradores, topógrafos y técnicos de laboratorio.
HALLAZGOS
El tramo de muralla ahora descubierto se encuentra en el sector noroeste. De gran potencia, con casi un metro de espesor, cuenta con un vano que daba acceso directo a la iglesia, probablemente abierto en el momento en que el templo adquirió funciones parroquiales.
El hallazgo refrenda el contenido de un manuscrito de 1563, hoy desaparecido, que daba fe de la existencia de una muralla medieval con cinco torres: la de fray Pelayo en la zona occidental, la de Doña Sancha en el extremo suroeste, la del Tesoro en el norte y las del Capítulo y del Conde en la fachada este. Las sucesivas reformas y el abandono del edificio borraron parcialmente su trazado.
Además, la excavación en el claustro mayor ha permitido identificar un viaje de agua que conectaba con el claustro menor y que abastecería a la fuente central del patio. También se han registrado canalizaciones de cerámica vidriada y tumbas individuales y colectivas. Igualmente, al sur del recinto se ha documentado un acueducto, labrado en piedra, que recogía caudal del río Arlanza para regar las huertas, gracias a una compleja red de captación y evacuación de aguas.
Tras la finalización del trabajo de campo, ahora comienza la fase de laboratorio para analizar los resultados preliminares y para estudiar en detalle los restos arqueológicos recuperados, como distintos materiales datados entre los siglos XIII y XVI que ayudarán a contextualizar las estructuras.
UN PROYECTO ARQUEOLÓGICO GLOBAL
Estas actuaciones forman parte del proyecto arqueológico global que el IPCE está llevando a cabo en el monasterio desde 2021 y que tuvo como punto de partida la fotogrametría aérea y la prospección geofísica.
En 2022, en paralelo al procesado e interpretación de los resultados obtenidos, también se intervino sobre la antigua hospedería del monasterio.
Gracias a estas campañas, el IPCE está obteniendo información inédita para conocer mejor el origen y evolución de este enclave, golpeado en marzo de 1894 por un violento incendio que redujo a cenizas el fondo documental del archivo monástico y que borró gran parte de su historia y su memoria.
- Te recomendamos -