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La Audiencia de Valladolid examinará el próximo lunes la posibilidad de extender la prisión para los condenados por el crimen de La Circular

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VALLADOLID, 19 (EUROPA PRESS)

La Audiencia de Valladolid celebrará el próximo lunes, 23 de octubre, una vista con el fin de analizar si prorroga o no la prisión a los condenados por el denominado crimen de La Plaza Circular, trámite que, salvo sorpresa, no supondrá modificación alguna en su situación, ya que están pendientes de resolverse sus recursos de casación ante el Tribunal Supremo.

Al no ser aún firme su condena, la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia de Valladolid, como tribunal sentenciador, celebrará la vista con el fin de valorar la más que posible prórroga de su situación de prisión provisional para así evitar una posible fuga hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre sus recursos y sobre el presentado por un hijo de la víctima, la septuagenaria María A, que sigue insistiendo en que los hechos son constitutivos de un asesinato–han sido condenados por homicidio imprudente–y discrepa con respecto del TJCyL por haberles exculpado del delito de grupo criminal.

La deliberación y fallo de los recursos de casación en el Supremo está prevista para el día 24 de noviembre, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

La Audiencia de Valladolid ya prorrogó en noviembre de 2021, por espacio de dos años, la prisión provisional para los seis del ‘crimen de La Circular’, que por aquel entonces se hallaban a la espera de sentencia después de conocer el veredicto de culpabilidad emitido por el jurado.

La condena fue de diez años para cada uno de los autores, si bien con posterioridad el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León elevó las condenas a once años y medio por la tentativa de robo y el homicidio de la septuageneria María A. como consecuencia del asalto que tres de ellos perpetraron en su domicilio.

Los condenados son el protésico vallisoletano Rubén A.R. y los ciudadanos de origen búlgaro Arso A.I, Emil A.M, Antón A.M, Gabriel E.K. y Gabriel M.K, quienes habían recurrido ante el TSJCyL y que vieron cómo la Sala de lo Civil y Penal de dicho tribunal, con sede en Burgos, les absolvía del delito de pertenencia a grupo criminal–les habían caído dos años y medio–pero, por otro lado, les hayó culpables de un delito de detención ilegal y les impuso otros cuatro años, tal y como había solicitado la acusación particular.

El fallo, por tanto, supuso elevar de diez a once y medio la pena privativa de libertad para cada uno de los seis encausados.

La sentencia de la Audiencia de Valladolid acordó imponer a los acusados un total de diez años, a razón de cuatro por delito de lesiones en concurso con homicidio imprudente, otros tres años y medio por robo en casa habitada en grado de tentativa y dos años y medio más po un delito de pertenencia a grupo criminal, aunque les absolvió de la detención ilegal.

El fallo incluye la obligación de que los seis, de forma conjunta y solidaria, de indemnizar con 40.000 euros a cada uno de los tres hijos de la fallecida.

Fiscalía había solicitado para cada uno de ellos catorce años y medio de cárcel, las acusaciones particulares entre dieciséis y medio y doce y las defensas tres años y nueve meses.

El juicio se inició el día 2 de noviembre de 2021 y se prolongó durante nueve jornadas, algunas de ellas en sesiones de mañana y tarde en las que, transmitidas vía streaming para los medios de comunicación, se analizaron hechos registrados el día 17 de octubre de 2018 cuando el domicilio de la septuagenaria María A, sito en la Plaza Circular de Valladolid, fue asaltado por tres varones de origen búlgaro, Antón A.M, Gabriel E.K. y Gabriel M.K, siguiendo las instrucciones que les había dado el empresario protésico vallisoletano Rubén A.R.

Este último, con información privilegiada “del entorno familiar” de la fallecida, que, en principio, situó como principal sospechosa a la entonces pareja del hijo de la víctima, pues conocía la existencia de grandes cantidades de dinero y joyas guardadas en una caja fuerte en el inmueble, así como los hábitos de la propietaria. De ahí que se concertara con el búlgaro Arso A.I, su “lugarteniente”, para que éste, a través de Emil A.M, de la misma nacionalidad y en el papel de “intermediario”, reclutara a otros tres compatriotas para la comisión material del robo.

El robo, sin embargo, se complicó y los tres autores del asalto acabaron con la vida de la anciana –falleció a causa de una insuficiencia cardiaca– tras golpearla y dejarla maniatada y amordazada al abandonar de forma precipitada el inmueble, sin que hubieran obtenido el botín perseguido.

Con carácter previo al asalto, Emil A.M. se había encargado de recoger a primera hora de la mañana a los ‘sicarios’ en sus respectivos domicilios, Antón A.M. en la zona de Peñafiel y a los Gabriel, cuñados entre sí, en la zona de Medina de Rioseco, para trasladarles en su vehículo hasta un local de Rubén A.R. en la capital vallisoletana.

Allí, el empresario y “autor intelectual” del robo se encargaría de dar las instrucciones al resto y de aleccionarles sobre dónde tenían que buscar y cómo tenían que proceder con la moradora, a la que debían dejar inmovilizada mientras registraran el inmueble, tal y como han reconocido dos de los participantes, Antón y Gabriel E.K, únicos encausados confesos.

CAPTADOS POR REPETIDORES Y CÁMARAS

No se podían imaginar, sin embargo, que las vigilancias realizadas el día previo al robo y los distintos movimientos y flujo de llamadas telefónicas entre los acusados el mismo día de los hechos quedarían registrados por los repetidores de telefonía móvil y distintas cámaras de seguridad instaladas en bares, supermercados y una entidad bancaria próximas al piso de la anciana.

Las imágenes de los tres asaltantes en momentos previos y posteriores al robo y el posicionamiento de los teléfonos móviles del resto, así como las grabaciones de dos de los vehículos utilizados, el de Rubén A.R, un Smart muy característico, y la Renault Scenic que conducía Emil, fueron esgrimidos por las acusaciones como principal prueba de cargo, y ello junto con la confesión de dos de ellos y la declaración de un testigo que presenció la salida del piso de los tres ejecutores.


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