Presenta en el festival ‘Donde acaba la memoria’, de Pablo Romero-Fresco, en el que repasa su trayectoria y ahonda en Buñuel y Las Hurdes
VALLADOLID, 26 (EUROPA PRESS)
El hispanista e historiador Ian Gibson ha abogado por “derribar” la gran cruz del Valle de los Caídos, rebautizado oficialmente como Valle de Cuelgamuros en cumplimiento de la nueva Ley de Memoria Democrática, ya que a su juicio, mientras siga ahí no habrá resignificación posible y seguirá siendo “un lugar siniestro y tétrico”.
“Yo por mí derribaba la cruz. Si sigue ahí, hagan lo que hagan, es un sitio siniestro y tétrico que ha hecho mucho daño a España”, ha subrayado en una entrevista concedida a Europa Press el hispanista, quien protagoniza el documental ‘Donde acaba la memoria’, de Pablo Romero-Fresco, que se proyecta este jueves en el marco de la 67 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).
“Para mí esta cruz no es de Jesucristo, yo vengo de familia cristiana, vengo del cristianismo y esta cruz es repelente”, ha defendido Gibson, quien ha enfatizado que el Valle es “el sitio más siniestro” que conoce, a pesar de haber estado en “muchos sitios siniestros”.
“Caídos por Dios y por la patria, esa idea de que esto es para los caídos, y luego los rojos que están ahí, arrancados de sus fosas comunes y sus sitios sin permiso de sus familias para meterlos ahí también, para que haya más variedad de españoles. Todo esto es un asco, no tengo otra palabra”, ha sentenciado.
Precisamente el Valle de Cuelgamuros aparece en los primeros compases de ‘Donde acaba la memoria’, un documental dirigido por Pablo Romero-Fresco que repasa la trayectoria del irlandés durante el último medio siglo tras los pasos de figuras destacadas del arte español del siglo XX como Luis Buñuel, Salvador Dalí y Federico García Lorca.
‘Donde acaba la memoria’ recorre Las Hurdes y la Residencia de Estudiantes en Madrid para construir el retrato de Gibson, detective literario que ha dedicado su vida a recuperar la memoria reciente de España a través de las biografías de estos tres de sus genios.
LORCA Y GRANADA
El viaje finaliza en Granada, ciudad en la que, tras una búsqueda de 50 años, Gibson está “más cerca que nunca” de encontrar los restos de Lorca como “símbolo de reconciliación de un país que se resiste a hacer las paces con su pasado”.
“Yo me quedo con el dolor de todo lo que pasó en este país en los 40 años del franquismo y la actitud de la derecha”, ha asegurado Gibson, quien ha lamentado las reticencias a que se rescaten los restos de los asesinados y represaliados por la dictadura bajo el argumento de que “es reabrir heridas”. “Esto me parece una porquería y una indecencia”, subraya Gibson en la entrevista, quien lo considera especialmente grave “en gente que se dice católica”.
Para el hispanista de origen irlandés, “las derechas no admiten” que el de Francisco Franco “fue un régimen criminal” e “incluso muchísima gente lo añora”, cosa impensable, a su juicio, en otros países como Alemania. “Ahora me sorprende que los nuevos que están en el poder en Italia estén con Mussolini, pero a Mussolini lo ahorcaron, Franco estuvo 40 años”, ha precisado para tratar de explicar a continuación “la amnesia” que aqueja, en su opinión, a España.
Al margen de Las Hurdes cacereñas, espacios de Castilla y León como las salmantinas Peña de Francia y Las Batuecas se cuelan en la cinta, de 70 minutos, con personajes como el fallecido padre Ángel del Santuario de la Peña de Francia, quien en la cinta subraya la importancia de “ser discípulos de los pobres” para evitar que la religión “se convierta en manipulación”, al tiempo que acusa a algunos políticos de practicar “un clericalismo de lo más rancio”.
Tanto Gibson como el director del documental consideran “mágico” el encuentro con el padre Ángel, de quien destacan su visión “muy abierta” de la religión y quien les mostró para la filmación un fresco existente en el templo y realizado por otro monje que fue amigo de Buñuel y a quien le dedicó la pintura.
También aparecen en el metraje directores como Mike Dibb y Carlos Saura, el escritor Román Gubern, el fallecido historiador Paul Hammond o el poeta José Luis Puerto.
“PROFUNDO AMOR” ENTRE LORCA Y BUÑUEL
La relación entre Buñuel y Lorca e incluso la obsesión del cineasta aragonés por mostrar una hombría que despejara cualquier duda sobre su sexualidad encuentran su espacio en el filme. “En aquella época era muy difícil tener un amigo gay. Por ejemplo, Buñuel no menciona nunca a su hermano Alfonso, que era homosexual declarado”, explica Gibson para insistir, a pesar de todo, en el “profundo amor” entre ambos artistas y las continuas alusiones del turolense en sus obras al poeta de Granada.
Por su parte, Romero-Fresco ha aclarado en la entrevista que el enfoque de la película, que finalmente ha abordado la relación de Buñuel con Lorca y se cierra con Gibson en Granada, se redirigió después de que la cinta original sobre Buñuel y su documental ‘Tierra sin pan’ (1933), fuera robada en Londres una vez montada.
“Nos ha llevado mucho tiempo, llevábamos con la idea desde hace diez años”, ha indicado el realizador, que reconoce que el objetivo inicial con este documental sobre Buñuel era “cerrar la trilogía” de Gibson sobre Lorca y Dalí.
Romero-Fresco también señala que aún a día de hoy ir a grabar a Las Hurdes, una comarca marcada por décadas de tópicos y exhibición como prototipo de pobreza y atraso, genera cierta “incomodidad” en los creadores.
“Teníamos esa sensación de incomodidad en el sentido de que se ha hablado tanto de todo eso que cuando vas con una cámara parece que vas a criticar, como si fuese casi un zoológico, y no era nuestra intención en absoluto”, ha precisado el cineasta, quien recalca que “no era tan fácil encontrar” a quien hablase con ellos para el documental.
Pablo Romero-Fresco es catedrático honorífico de cine y traducción en la Universidad de Roehampton, en Londres, y profesor en la Universidad de Vigo. Su primer corto documental, ‘Uniendo los puntos’ (2012), se estrenó en el Festival de Venecia. Su segunda y tercera película, ‘Brothers and Sisters’ (corto documental) y ‘Joel’ (corto de ficción), rodadas en Kenia, fueron publicadas por ‘El País’ en 2013 junto con el artículo ‘Levantarse en Kibera’.
‘Donde acaba la memoria’ ha sido producida por Romero-Fresco y Xavi Font, con fotografía de Martina Trepzcyk, montaje de Xacio Baño, sonido de David Rhumer y música del citado Xavi Font y Elba Fernández. Se trata de una coproducción hispano-británica en la que han participado como productoras Rebordelos, la Universidad de Roehampton y Surtsey Films.
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