Tras esta actuación de la Junta, la comunidad de propietarios asegura que “no hay diálogo” con el Ayuntamiento para actuar en las cristaleras
VALLADOLID, 17 (EUROPA PRESS)
La Junta de Castilla y León ha concluido recientemente la actuación de recuperación del pavimento empedrado y enhuesado del claustro del antiguo convento de Santa Cruz de las Comendadoras de Valladolid, conocido popularmente como ‘Patio de las Tabas’, para lo cual se han invertido 60.000 euros en unos trabajos que han requerido incorporar nuevos cantos rodados y hasta 140 huesos de vaca.
El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, ha visitado este viernes el claustro para presentar estos trabajos de consolidación y estabilización del pavimento, acompañado por directivos de la comunidad de propietarios de los inmuebles que comparten este patio.
Santonja ha destacado que con esta actuación la Junta cumple un “compromiso” que su equipo se “encontró firmado” cuando llegaron a la Consejería hace algo menos de un año, ya que se había suscrito un Protocolo en junio de 2021 entre la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, el Ayuntamiento de Valladolid y la Comunidad de Propietarios de Las Francesas para promover la restauración, puesta en valor y mantenimiento de la planta baja del claustro.
El consejero representante de Vox en la Junta ha recalcado que “las cuestiones de patrimonio no pueden estar sometidas a disquisiciones partidistas” y este claustro “es un bien absolutamente indiscutible” que había que recuperar ya que tenía problemas de degradación, suciedad y había sufrido la pérdida de piezas.
Ahora, tras la inversión de 60.000 euros considera que el claustro queda “en estado de revista”, al tiempo que ha agradecido la labor de los arquitectos que diseñaron la intervención y la empresa que ha ejecutado las obras, al tiempo que ha destacado el buen entendimiento con la Comunidad de Propietarios.
La presidenta vecinal, Amparo Rodríguez Molero, ha mostrado su agradecimiento a la Consejería, porque ha recordado que en los 16 años que lleva de presidenta ha intentado “que ésto se solucione de alguna manera”, y ahora “por fin se ha empezado a mover un poco para que ésto no se cayera del todo”.
“EL AYUNTAMIENTO TIENE MUCHO QUE DECIR”
Rodríguez Molero ha lamentado la ausencia del Ayuntamiento este viernes, pues considera que “tiene mucho que decir” y en su día fue uno de los firmantes del convenio.
La presidenta ha asegurado que no existe diálogo entre la Comunidad de Propietarios y el Ayuntamiento, y ha apuntado que hay “una especie de litigio” a cuenta de a quién corresponden las actuaciones e incluso ha explicado que los vecinos se opusieron en su día a la iniciativa que tuvo el Consistorio de retirar las cristaleras de los ventanales que dan al interior del patio.
Según Rodríguez Molero, el Ayuntamiento, que es propietario del patio interior y de varios locales de la planta superior del claustro, decidió abrir el espacio interior y quitar las puertas de acceso y posteriormente cuando comenzó a retirar las cristaleras la comunidad se opuso a ello y finalmente hay varios ventanales sin luna y otros que la conservan, aunque con bastante suciedad e incluso pintadas.
La presidenta ha asegurado que “lo más urgente” para ella sería reponer los cristales que se han retirado ya que asegura que la falta de varios de ellos “perjudica” a los locales comerciales que se ubican en el claustro y también ha considerado que si entra lluvia al interior se encharca y daña al pavimento.
Otro problema que se da en el claustro es que al ser de uso público y estar abierto al tránsito de peatones también provoca que en determinados momentos, sobre todo los fines de semana con mal tiempo, un lugar de reunión de jóvenes que “hacen botellón”, ensucian y realizan pintadas.
Para ello, ha planteado la posibilidad de que el Ayuntamiento establezca un horario de cierre del patio durante más horas.
Por su parte, Gonzalo Santonja ha preferido no pronunciarse sobre los asuntos que considera que son competencia del Ayuntamiento de Valladolid en relación a este elemento patrimonial porque apunta que no le gusta “hablar de las competencias de los demás”.
Según la Consejería, en el convenio la Junta se comprometió a prestar asesoramiento técnico y facilitar a la comunidad de propietarios el asesoramiento técnico para el mantenimiento del pavimento de la planta baja, así como de la prevención y gestión de riesgos. Por su parte, el Ayuntamiento de Valladolid se comprometió “a impulsar los proyectos de restauración, puesta en valor y mantenimiento del claustro y a fomentar acciones de promoción y difusión del claustro y su vinculación con la ciudad de Valladolid”.
Y la Comunidad de propietarios Las Francesas Valladolid se comprometió a impulsar el mantenimiento del claustro y pavimento y facilitar el acceso público a la planta baja del claustro.
La pavimentación de las pandas de la planta baja del claustro de Las Francesas está realizada mediante la técnica de enchinarrado, combinando guijarros y huesos, que como ha precisado el responsable de la empresa que ha ejecutado las obras, Fernando Guerra, por lo general son de vaca y no de cordero, como sugiere el término ‘taba’. En cada lado se emplea un motivo decorativo diferente.
Este pavimento presentaba puntualmente zonas degradas y en mal estado, en las que los cantos y los huesos estaban sueltos provocado principalmente por el tránsito peatonal en dicha zona. Derivado de esto y para que el daño no progresara la comunidad de propietarios instaló unas chapas de acero adheridas con silicona de forma provisional hasta que se llevase a cabo la intervención en dicha pavimentación.
La intervención acometida se resume en la recuperación de la estabilidad perdida del pavimento y para ello se han realizado operaciones de limpieza, consolidación y reintegración con el fin de proporcionar consistencia en aquellas zonas que habían perdido elementos y por consiguiente la continuidad del conjunto.
El responsable de la obra y la arquitecto Alejandra Enríquez de Salamanca han señalado que después de la limpieza y consolidación se han repuesto un buen número de guijarros y huesos de vaca, de los cuales han señalado que se han tenido que comprar en un matadero 140 y posteriormente limpiarlos y hervirlos para su esterilización. Además, han apuntado que la comunidad de propietarios había conservado algunas de las piezas que se desprendieron a lo largo de los últimos años.
Guerra ha apuntado que, en opinión de los técnicos, la aplicación a finales de los 80 de ‘resina epoxi’ aunque parece una actuación contundente, ha permitido que el pavimento se haya conservado en una buena parte hasta la actualidad.
PROTOCOLO DE CONSERVACIÓN
La empresa constructora ha redactado un protocolo, que se presentará junto a la memoria final de la obra, en el que propone las actuaciones que se deben llevar a cabo en los próximos años, como la limpieza de elementos (basura), la limpieza más en profundidad, la revisión periódica del estado del pavimento y lo que se debería hacer en el caso de que se suelten guijarros o huesos.
Con todo ello, la ciudad de Valladolid ve como se “revitaliza” una zona de uso público y alto tránsito urbano dentro de “uno de los monumentos más emblemáticos y conocidos de la ciudad”.
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