La exposición que acoge el Museo de la Evolución Humana consta de 275 fotografías impresas y otras 400 reunidas en cuatro vídeos que muestran la historia de las investigaciones en los yacimientos, los principales descubrimientos y el interés por acercarlos a la sociedad. El visitante puede conocer también cómo han ido cambiando las técnicas y métodos en la investigación arqueológica. La muestra, con entrada libre, se pude visitar en la planta 2 del museo hasta el próximo verano.
La directora de Políticas Culturales, Mar Sancho, ha presentado esta mañana la exposición ’40 años de excavaciones en la Sierra de Atapuerca’, programada por el Museo de la Evolución Humana en colaboración con la Fundación Atapuerca. La exposición fotográfica recorre la evolución de las investigaciones en los yacimientos arqueológicos de la Sierra de Atapuerca desde 1978 hasta nuestros días, contando la historia de su equipo de investigación, sus principales descubrimientos y su interés por acercarlos al gran público.
La muestra, que se podrá visitar en la planta 2 del Museo hasta el próximo verano con entrada gratuita, se divide en tres partes: ‘El inicio del proyecto de investigación. Emiliano Aguirre’ (1978-1990); La consolidación del equipo de investigación’ (1991-2000) y la ‘Internacionalización y socialización del proyecto Atapuerca’ (2001-2018). Está compuesta por 275 fotografías impresas y otras 400 reunidas en cuatro vídeos. El visitante podrá contemplar 40 años de historias, vivencias y compromiso con la ciencia y conocer cómo han ido cambiando las técnicas y métodos en los trabajos de campo y laboratorio en los yacimientos a lo largo de este periodo.
A la presentación también han asistido los tres codirectores de los yacimientos de Atapuerca, Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga, así como Antonio Miguel Méndez Pozo, presidente de la Fundación Atapuerca.
La exposición también refleja el apoyo institucional a la protección de los yacimientos, a las campañas de excavación, a las investigaciones y a la divulgación de sus resultados, soporte que ha posibilitado que la Sierra de Atapuerca sea un referente mundial y, que sus yacimientos y centros asociados reciban anualmente a un gran número de visitantes, contribuyendo a su formación y al desarrollo socio económico de la zona.
El inicio del proyecto de investigación
El descubrimiento, en 1976, de restos fósiles de homínidos del Pleistoceno Medio, procedentes de las excavaciones de Trinidad de Torres en la Sima de los Huesos, hizo que Emiliano Aguirre planificase un proyecto de estudio de la Evolución Humana en Europa.
En 1978, se iniciaron las excavaciones en los yacimientos de Trinchera y, en 1984, el inicio de las excavaciones sistemáticas en este yacimiento. Los hallazgos se incrementaron progresivamente a partir de esta fecha, con la aparición de industria lítica, restos óseos de faunas extinguidas y nuevos fósiles humanos. Los resultados se plasmaron en diferentes publicaciones, entre las que destaca la monografía ‘El Hombre Fósil de Ibeas y el Pleistoceno de la Sierra de Atapuerca’, que fijó las bases fundamentales del conocimiento de estos yacimientos en los diferentes campos de investigación del primer poblamiento en Europa y, marcó el camino que tomaría el equipo de investigación de Atapuerca en su trayectoria durante las siguientes décadas.
Otra de las facetas más importantes de este proyecto fue la divulgación, con jornadas de puertas abiertas dirigidas a la gente del entorno y de la ciudad de Burgos. Este trabajo, se complementó con la constante vigilancia y defensa de estas cavidades, así como las necesarias labores de gestión que permitieron, en 1987, su incoación como Bien de Interés Cultural (BIC) y, en 1991, su declaración definitiva como Zona Arqueológica, culminándose 18 años de trámites y gestiones ante la administración estatal y la Junta de Castilla y León.
La consolidación del equipo de investigación
La jubilación de Emiliano Aguirre dio paso a la codirección de Eudald Carbonell, José Mª Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga, iniciándose una etapa de descubrimientos espectaculares, que representará el definitivo despegue de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca. Además, su incorporación en 1991 al Patrimonio Histórico Español como Bien de Interés Cultural con la categoría de Sitio Arqueológico permitió una mayor inversión en protección e investigación por parte de la Junta de Castilla y León.
La Sima de los Huesos proporcionó, en 1992, tres cráneos humanos, uno de ellos el mejor conservado del mundo que sería portada en ‘Nature’ (1993), confirmándose la acumulación intencionada de restos de 28 individuos que vivieron durante el Pleistoceno medio. La importancia de los descubrimientos se reflejó en numerosos artículos científicos y en la Exposición ’Los primeros Europeos’, de 1993, organizada entre el MNCN de Madrid y el MHN de Londres, que tuvo una itinerancia internacional. Ese mismo año, se inauguró el Aula Arqueológica Emiliano Aguirre en Ibeas de Juarros, la primera muestra museística en el entorno de los yacimientos.
En 1994, aparecieron restos humanos en el nivel de TD6 de Gran Dolina, por debajo del evento Matuyama con más de 780.000 años de antigüedad, convirtiéndose en los más antiguos del continente europeo. Esta nueva especie bautizada como Homo antecessor representa a un grupo de homínidos anterior al linaje de los neandertales y de los humanos anatómicamente modernos.
En 1997, el equipo de investigación de Atapuerca recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, al que se unió el Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades. Se comenzó la excavación de la Cueva del Mirador y se iniciaron las prospecciones arqueológicas para buscar yacimientos al aire libre en el entorno a la Sierra de Atapuerca. Se creó la Fundación Atapuerca como apoyo a la financiación de la investigación, dotando de una serie de becas jóvenes investigadores, pero también apostando por la labor de difusión y divulgación de los yacimientos. A finales del año 2000, los yacimientos fueron declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Internacionalización y socialización del proyecto
La declaración de los yacimientos como Patrimonio Mundial supuso una mayor repercusión internacional de la Sierra de Atapuerca que, incidió tanto en los centros de investigación vinculados al proyecto de investigación, como en las infraestructuras asociadas a su protección y divulgación. Durante estos años, la Sima del Elefante deparó en 2007 fósiles humanos (Homo sp.) con una cronología de 1,2 millones de años que representan el poblamiento más antiguo de Europa.
Dentro del complejo kárstico Cueva Mayor-Cueva del Silo, en la Sima de los Huesos, se ha seguido incrementando la mayor colección de fósiles humanos del Pleistoceno medio, logrando secuenciar, a partir de 2014, el ADN de esta población de preneandertales (430.000 años). A lo largo de los últimos años, se ha intensificado la prospección de las cavidades de la Sierra, incluyendo la aplicación de técnicas geofísicas como la tomografía eléctrica o el georradar, propiciando el descubrimiento de nuevos yacimientos como la Cueva Fantasma, en donde se descubrió en 2016 un parietal humano neandertal.
Con el siglo XXI los yacimientos de Atapuerca han estado presentes en numerosas exposiciones: ‘Atapuerca un millón de años’ en el Museo de Burgos (2000-2001), ‘The First Europeans. Treasures from the hills of Atapuerca’ en el Museo de Historia Natural de Nueva York (2003), ‘Atapuerca y la Evolución Humana’ en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid (2005-2006), ‘Atapuerca. Sur les traces des premiers européens’ en el Museo del Hombre de París (2009). Todas estas itinerancias expositivas culminaron en 2010 con la inauguración en Burgos del Museo de la Evolución Humana (MEH). Por su parte, las infraestructuras levantadas alrededor de los yacimientos en el territorio Sierra de Atapuerca, sufrieron una profunda renovación con la puesta en marcha unos años después del Centro de Arqueología Experimental de Atapuerca (CAREX) y el Centro de Acceso a los Yacimientos (CAYAC) en Ibeas de Juarros.
La internacionalización del Proyecto Atapuerca alcanzó su máximo desarrollo en 2014 con la celebración en Burgos del XVII Congreso Internacional de la Unión Internacional de Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas (UISPP). Este congreso sitúo a Burgos como la capital de la ‘Prehistoria Mundial’ reuniendo a más de 3.000 científicos de todas las partes del planeta.
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