VALLADOLID, 8 (EUROPA PRESS)
El hostelero reincidente F.R.A., que ha declarado hoy como acusado por traficar en un local de San Miguel en Valladolid, ha alegado que la droga que requisaron en el establecimiento no era suya y que el dinero que le intervinieron procedía de la caja que había hecho esa noche en su establecimiento.
Durante la vista que se ha celebrado esta mañana en la Audiencia de Valladolid, el encausado, que ya ha sido condenado por hechos similares y con causas pendientes con la Justicia, ha relatado como el día de los hechos, el 20 de enero del 2023, se encontraba sobre las 3.35 horas “tomando una copa” en el citado establecimiento después de salir del trabajo. “Tengo un negocio de hostelería y, antes de irme a casa, decidí ir a tomar un copa”, ha explicado a preguntas de la acusación pública, que pide para él cinco años de prisión por un presunto delito contra la salud pública en su modalidad de sustancia que causa un grave daño.
Durante su estancia en el local, en el que habría entre 20 y 25 personas, según su testimonio, ha señalado que un conocido le invitó a una “raya de speed” y que él le pagó una copa, para aclarar que el dinero que portaba, 1.225 euros, procedía de la “caja” que había hecho esa noche.
Una afirmación que ha puesto en entredicho la Fiscal al recordar que durante su declaración ante el Juzgado de Instrucción había reconocido unos beneficios mensuales de “unos 1.200 euros”.
En cuanto a la droga que encontraron a sus “pies”, como han relatado varios agentes que intervinieron en el indicativo de aquella noche, en una bolsa de plástico de color negro en el que había un envoltorio transparente que contenía una sustancia blanca que, una vez analizada resultó 16,38 gramos de anfetamina con una pureza del 4,28, y cuatro pastillas de MDMA que estaban en el suelo con un peso neto de 2,19 gramos y purezas que rondaban el 30,56 por ciento, ha insistido en que “no era suya”.
Por su parte, los policías que han testificado han ratificado que la droga se encontraba a sus pies, “algo habitual” en este tipo de redadas por quiénes portan sustancias. “Generalmente las suelen tirar”, ha detallado uno de los agentes que ha advertido de que fue un individuo el que avisó en plena calle que el ahora acusado estaba vendiendo drogas en el interior de este establecimiento. “Nos dijo que tenía el pelo canoso, con gafas y un abrigo negro”, ha explicado.
Sin embargo, los agentes han entrado en contradicciones, como ha incidido el letrado de la defensa, durante el proceso de la intervención. Así, mientras uno de ellos ha explicado que pasó “medio minuto” entre que entraron y pidieron que se encendieran las luces del local, otro de los policías ha dicho que éstas no se llegaron a encender porque estaba “bloqueadas”.
Tampoco ha coincidido las versiones ofrecidas sobre las cámaras de seguridad, ya que uno de los agentes ha indicado, simplemente, que no había pedido su revisión, mientras que otro ha detallado que “no funcionaban”.
Unas contradicciones usadas por el letrado del acusado para pedir la libre absolución de su cliente en las conclusiones finales. “No se ha probado que mi defendido haya cometido delito alguno, no hay prueba plena, ni siquiera indicios”, ha asegurado. Durante su alegato ha cuestionado a los agentes por no “filiar” al testigo que señaló al acusado. “Podría estar testificando hoy aquí, pero no lo he visto. Nos genera muchas dudas ese testimonio y su credibilidad porque podría tener enemistad manifiesta con el acusado”, ha continuado.
Además, ha insistido en que si había más personas en la barra podría haber sido “cualquiera” de ellos el que podía portar la droga, que, ha recordado, ya circulaba en el local al señalar que su cliente había consumido “una raya de speed” tal y como había declarado. También se ha detenido en que, si bien los agentes han indicado que a las puertas del local se intervinieron sustancias estupefacientes, ésta situación no se evidencia “en ningún acta y no está en el atestado”.
Por otra parte, ha puesto en duda también como alguien puede ganar “1.200 euros” en diez minutos, por lo que considera “coherente y justificada” la explicación que había dado su cliente sobre la tenencia de ese dinero, y que en la bolsa que encontraron al lado del acusado no había ni dosis preparadas para la venta, ni utensilios para prepararla y que, en todo caso, las dosis “tan pequeñas y de tan baja calidad” podrían ser para autoconsumo, por lo que ha insistido en la libre absolución para su cliente. “El hecho de que tenga antecedentes penales no le culpabiliza de nada”, ha finalizado, para recordar que la “carga de la prueba corresponde a la acusación”.
Por su parte, la acusación pública ha mantenido su petición de cinco años de prisión, con la accesoria de inhabilitación especial para el sufragio pasivo durante dicho tiempo y multa de 2.000 euros, con arresto subsidiario en caso de impago de un día de prisión por cada 50 euros y costas.
Para la Fiscal, es clave que el testigo que avisó a la policía de que alguien estaba vendiendo drogan en el citado local diera tantos “detalles” y a la hora de entrar los agentes hallaran la droga a los pies del acusado, del que ha recordado sus antecedentes por hechos similares.
“Pero es que además se le intervino una cantidad importante de dinero y los agentes han reconocido que a las puertas del local se levantaron varias actas por tenencia de sustancias a clientes, por lo que podemos presumir que se estaba vendiendo”, ha zanjado.
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