UGT lamenta el cambio y la falta de unanimidad y CCOO considera que se “impone ideología” frente a los intereses de la Comunidad
VALLADOLID, 24 (EUROPA PRESS)
El Consejo Regional de Trabajo de Castilla y León ha aprobado este miércoles, con la oposición de UGT y CCOO y el apoyo de CEOE, modificar el acuerdo de calendario laboral para 2023 aprobado por este órgano hace un mes y trasladar el día festivo previsto para el 2 de enero al 25 de julio, algo en lo que la decisión última la tiene el Consejo de Gobierno, que tendrá que aprobar el calendario definitivo.
Tras la reunión por videoconferencia, los sindicatos han expresado su oposición a este cambio, que supone cambiar un día festivo del lunes, 2 de enero, a un martes, el 25 de julio, lo que consideran que tiene más inconvenientes que ventajas, dado que en el primer caso habría puente y posibilidad de regreso de las celebraciones de Fin de Año y Año Nuevo y, en el segundo, quedaría en una semana en la que tendría que pararse la actividad en mitad de una semana y perjudicaría, por ejemplo, a trabajadores de vacaciones.
En este contexto, el secretario de Acción Sindical y Diálogo Social de UGT, Raúl Santa Eufemia, ha lamentado el cambio de una decisión que se adoptó por unanimidad hace un mes a otra que no es unánime y “tumba” el anterior acuerdo de todas las partes.
A este respecto, se ha mostrado a la expectativa de lo que pueda decidir finalmente la Junta, ya que el acuerdo en éste órgano no es vinculante. “Veremos ahora si la Junta, el Gobierno, decide aceptar que el día 2 de enero sea fiesta y la gran mayoría de los castellanoleoneses puedan disfrutar en familia como viaje, como en ocio y consumo, como mejor fecha festiva, o decida la que el día 2 de enero se trabaje y en plenas vacaciones de verano, 25 de julio, se solape con un festivo”, ha señalado.
Santa Eufemia ha añadido que espera que, si se decidiese que se trabaje el 2 de enero, “la totalidad de procuradores y consejeros ese día trabajen y no estén de vacaciones”.
Así, se ha mostrado expectante ahte lo que la Junta apruebe definitivamente para su publicación en el Boletín Oficial de la Comunidad, con un acuerdo unánime u otro en el que no todas las partes han estado de acuerdo.
“IDEOLOGÍA”
Por su parte, el secretario de Políticas Públicas y Diálogo Social de CCOO Castilla y León, Saturnino Fernández, ha señalado que el resultado ha sido el “previsto” de la reunión. “Retrotraen la historia y nos ponen una fiesta a mitad de semana, el 25 de julio, Santiago Apóstol y cierra España”.
Fernández ha señalado que ha habido una “discusión fuerte”, aunque por parte del director general “con buenas palabras”, pero no han cambiado de opinión, y a la patronal le daba igual, por lo que no se ha opuesto.
Además, cree que el Gobierno autonómico “no era consciente de esto” y ha puesto como ejemplo de ello el hecho de que el secretario general del PP de Castilla y León, Francisco Vázquez, expresara que no estaba decido, “aparte de equivocarse” al decir que es en diciembre cuando se aprueba el calendario laboral y ser en septiembre.
Ahora, considera que el hecho de que la Junta dijera que no y aprobara la anterior propuesta acordada por todas las partes sería “inaudito” y “crearía una cierta crisis”.
“Cómo va a aprobar una cosa una Consejería por unanimidad o no, como en este caso, y luego echárselo para atrás, con lo que el PP, como derecha cobarde o lo que sea, es fácil que acabe aceptando lo que desde la Consejería de Vox, la extrema derecha, le imponen”, ha añadido
El responsable de CCOO ha recordado que en más de 30 años desde que la Junta tiene competencias en esta materia, se ha aprobado la propuesta acordada porque “al fin y al cabo afecta a trabajadores, a empresas y a la ciudadanía, a la que representa la Junta”, y “siempre” ha habido acuerdo. “Y lo había habido, ya en julio y estaba aprobado, pero algún espabilado de Vox ha visto la oportunidad de retrotraernos a tiempos pasados y hacer este cambio”, ha aseverado.
Fernández ha insistido en que así se perjudica a las familias y a la ciudadanía al perder el 2 de enero y su cercanía a las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, cuando hay mucha movilidad y desplazamientos, y afecta mucho más a procesos productivos, que tendrían que parar entre semana, además de la cuestión de que muchos trabajadores que tienen sus vacaciones cogidas –afectaría a quienes les computan los días naturales y no laborales–.
“Pero la ideología de estas personas, a su forma de entender, va por encima de los intereses de la Comunidad y retrotraen a un Santiago que más allá de cualquier consideración”, ha afirmado, tras lo que ha incidido en que “no hubo ni Batalla de Clavijo, si quiera, que los historiadores, dicen que es mentira, por lo que se apareciera Santiago ni mucho menos”.
Así, cree que se trata de restablecer “un icono del franquismo, del catolicismo radical, rancio, de toda la vida” con la recuperación de una fiesta cuando no tiene sentido ni para ciudadanía ni para sector productivo “ni mucho menos por celebrar una farsa en una batalla que nunca existió”.
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