VALLADOLID, 15 (EUROPA PRESS)
La Audiencia de Valladolid ha condenado a tres años y cuatro meses de cárcel por delito de lesiones a Edgar G.C. por herir a su cuñado con un cuchillo de cocina durante una pelea en un piso del Paseo de Zorrilla registrada el día 1 de enero de 2021.
En su sentencia, que será recurrida ante al Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, el tribunal considera al citado individuo, de origen colombiano, autor de un delito de lesiones y le ha impuesto la referida penda de tres años y cuatro meses de prisión, junto con el pago al Sacyl de 3.694 euros por los gastos de asistencia dispensados a la víctima, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Por contra, la Audiencia Provincial le ha absuelto del delito de tentativa de homicidio que le imputaba el Ministerio Fiscal y por el que se enfrentaba a una posible condena de siete años y medio de cárcel.
Durante el juicio, la fiscal del caso calificó de “inverosímil” la versión de los hechos concertada entre el acusado, Edgar C.G; su cuñado herido, Hugo S; la pareja de éste y hermana del primero, María Isabel García, y la hija de ella, en el sentido de lo que parecía un acometimiento con arma blanca durante una discusión familiar en un piso se convirtió en una reyerta en plena calle donde se habría producido el acuchillamiento de la víctima a manos de personas desconocidas.
En su declaración exculpatoria, el ahora condenado recordó que el 31 de diciembre de 2020 se encontraba con los anteriormente citados dispuesto a celebrar la Noche Vieja en la casa que su hermana, la víctima y la hija de ella compartían en el Paseo de Zorrilla. Sin embargo, hasta en dos ocasiones tuvo que acudir al inmueble la Policía Municipal debido a que su cuñado Hugo, también colombiano, se había puesto muy violento debido a la elevada ingesta de alcohol.
El cuñado llegó a abandonar el inmueble a raíz de la llegada de la policía tras acudir a la primera llamada pero regresó al poco tiempo, de ahí la segunda intervención policial y un nuevo abandono del domicilio por parte de Hugo, que por tercera vez se presentó a la puerta del portal y comenzó a timbrar para que le dejaran entrar.
Aunque el acusado relató que se negaron a abrirle, su cuñado logró acceder al edificio y plantarse ante la puerta del piso que comenzó a aporrear. “Abrí la puerta y le vi la cara ensangrentada. Dijo que era fruto de una pelea en la calle con unos tíos”, manifestó Edgar, quien aseguró que fue entonces cuando el cuñado metió la pierna y consiguió entrar en la vivienda.
MERO “FORCEJEO” ENTRE AMBOS
En lo que sí insistió el encausado, sin mucho éxito, es que no hubo entre ambos más que un “forcejeo”, sin que en momento alguno él acometiera a su cuñado con un cuchillo de cocina de 12 centímetros de hoja y fuera el autor de la herida que le alcanzó a la altura de la axila izquierda y le perforó el pulmón. “Nunca habíamos tenido una pelea y tampoco estábamos enemistados”, apostilló.
Aunque se hallaron restos de su ADN en el cuchillo, el acusado explicó que tal circunstancia se pudo producir porque horas antes lo había utilizado para manipular unos petardos, al tiempo que se reafirmó reafirmado en que la herida de arma blanca “la traía ya de la calle” su cuñado cuando llegó a casa con una herida visible en la ceja.
Su versión fue ratificada por la víctima, su pareja–hermana del acusado–y la hija de ésta. En el caso del lesionado, éste rechazó de plano que Egdar hubiera tratado de matarle y añadió que en su día dijo tan solo a la policía que su cuñado no le había dejado entrar en casa.
Sobre la lesión recibida, Hugo indicó que tras haber abandonado la vivienda en la última ocasión debido a que se encontraba “muy pero que muy pesado” por haber “tomado” más de la cuenta y sentir añoranza de su familia en Colombia, deambuló por la zona y tuvo un enfrentamiento con varios individuos en la calle Estadio, a las puertas de un bar, sin que entonces se percatara de que le habían herido.
“De lo ocurrido no me acuerdo bien porque todo fue muy rápido, estaba muy tomado y cuando me desperté estaba tirado en el suelo. Llevaba el cuchillo de la cocina sin saber que lo tenía en la cazadora”, relató el lesionado, quien también sostuvo que hasta el lugar de los hechos se desplazó una patrulla de la Policía Local, cuya intervención se ciñó únicamente a comprobar su estado.
También aseguró que al llegar a su vivienda, tras el mero “forcejeo” con el acusado, arrojó el cuchillo a la basura porque tenía miedo de haber podido causar algún estropicio a alguien en la calle.
“DIJO QUE HABÍA SIDO SU CUÑADO”
Pese a lo manifestado por el acusado, el lesionado y resto de familiares, todos ellos sin salirse de esa versión “inverosímil” para la fiscal, una facultativa que acudió al domicilio el día de autos ratificó que la víctima llegó a indicarle a ella y los agentes de la Policía Municipal que el autor de la cuchillada había sido el cuñado.
“Se lo preguntamos varias veces en el dormitorio, a presencia de varios familiares y no dijo entonces nada. Más tarde, cuando bajábamos en el ascensor dijo que el autor era su cuñado y dio su nombre”, recordó la doctora, al igual de lo que más tarde confirmaron los funcionarios de la Policía Local que se personaron en la vivienda. “Nos habló de tres acometidas por parte del acusado”, apostilló uno de los agentes.
Los policías también hicieron referencia a su actuación en dicho inmueble y a otra en la calle Estadio donde la dueña de un bar requirió su presencia porque un hombre se negaba a abandonar el local.
Dicen que al llegar encontraron a Hugo con una lesión en la ceja y que al cachearle “de forma superficial” no hallaron rastro de arma blanca alguna ni tampoco de que presentara manchas de sangre en la cazadora a la altura de la axila izquierda, la misma que el lesionado sostiene que había recibido minutos antes durante la supuesta pelea callejera.
Ante ello, la fiscal del caso mantuvo invariable su petición de condena para Edgar G.C. por intento de homicidio, consistente en siete años y medio de cárcel, las correspondientes medidas de seguridad que le prohibirían acercarse y comunicar con su propio cuñado durante nueve años y, dado que se encuentra de forma irregular en España, su expulsión de territorio español durante una década y una vez cumplida la parte de la pena que se determine.
En concepto de responsabilidad, la acusadora solicitó el pago de una indemnización al Sacyl por importe de casi 3.700 euros por los gastos derivados de la asistencia sanitaria de la víctima, la misma que le ha sido finalmente impuesta.
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