Están sin cubrir la tercera parte de las plazas y los vigilantes carecen de medios para proteger su integridad física
VALLADOLID, 4 (EUROPA PRESS)
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha alertado de la “dejadez y abandono” que sufre el centro de menores Zambrana de Valladolid por parte de la Junta de Castilla y León “en la atención de las necesidades, y porque las decisiones que ha tomado han embarcado al personal en una montaña rusa de inseguridades que les está pasando factura”.
Como consecuencia del último convenio colectivo de laborales de la Junta, firmado por CCOO, UGT y CGT, se despidió a cuatro trabajadores del centro, a lo que se sumó que no se cubrieran las bajas por enfermedad, dice CSIF. Este pasado verano había un 33% de las plazas sin cubrir.
Además, para hacer el trabajo de los educadores que faltaban, se contrataron trabajadores con cualificación inferior y sin experiencia, “lo que no es lo más idóneo para atender este colectivo de jóvenes”, señala el sindicato independiente a través de un comunicado recogido por Europa Press.
Se ha dado la paradoja de despedirse a un trabajador, pagarle la indemnización y, al cabo de pocos días, volverlo a contratar, “lo que es indicativo de la situación caótica y descontrolada que se está viviendo”, añade CSIF, que recuerda que el Zambrana es un centro para menores con medidas de internamiento impuestas por los juzgados.
“La falta de personal no permitió a los trabajadores en verano ni ir al baño, porque los internos no pueden estar sin supervisión ni un solo minuto”, denuncia CSIF.
AUMENTO DE AGRESIONES E INCLUSO UN MOTÍN
En los últimos meses han aumentado las agresiones, e incluso se produjo un motín serio recientemente, advierte CSIF, “siendo un servicio de alto riesgo para los vigilantes”.
Por ello, después de los últimos altercados, esta organización sindical ha solicitado a la empresa de seguridad que dote a los vigilantes de chalecos antipinchazos y anti-trauma, pues existe un peligro real contra su integridad física en las intervenciones.
CSIF afirma que, al menos, cuatro vigilantes están de baja por agresiones de los menores. En el caso de la seguridad (lo que no ocurre con el resto del personal) al menos sí se reponen efectivos, “pero no cuentan con el material que necesitan para su protección, que se ha demostrado fundamental. Resulta alarmante la cantidad de objetos punzantes que los internos son capaces de fabricar con los objetos más cotidianos”.
Para CSIF, el Centro Zambrana se ha convertido en una “patata caliente de muy difícil gestión, pero no se puede dejar a los trabajadores, tanto de responsabilidad pública como privada, a los pies de los caballos, porque se pasará de no contar con medios humanos suficientes a que nadie quiera trabajar en este centro”.
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