VALLADOLID, 20 (EUROPA PRESS)
La Audiencia de Valladolid ha notificado la firmeza de la sentencia absolutoria en el caso del joven Pablo F. D, de Yesca, rama juvenil de Izquierda Castellana, quien había sido acusado de ocasionar daños en octubre de 2019 en la estatua de Colón y robar en enero de 2020 en la sede de Democracia Nacional, hechos ambos ocurridos en Valladolid capital.
Así lo ha dado a conocer la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Provincial, a través de un auto al que ha tenido acceso Europa Press, una vez expirado el plazo para que su propio fallo absolutorio fuera recurrido y ninguna de las dos acusaciones personadas en la causa, ni el fiscal del caso ni Democracia Nacional, decidieran recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
En su sentencia, frente a los cinco años y tres meses de cárcel solicitados por la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por Democracia Nacional, la Audiencia Provincial optó por la absolución de todos los delitos, tanto del atentado contra el patrimonio histórico en concurso con otro delito de odio, así como del delito de robo con fuerza, con la agravente de odio, y de un delito leve de daños.
“En lo que atañe a la autoría del delito contra el patrimonio histórico, estima la Sala que, si bien es cierto que ha de admitirse que en la causa hay indicios que permiten albergar la sospecha de que el autor de dicho delito fue Pablo, no lo es menos que tales indicios no tienen ni “la singular potencia acreditativa” ni “la naturaleza inequívocamente incriminatoria” necesarias para hacer un juicio de inferencia que, de acuerdo con las reglas del criterio humano, permita afirmar, más allá de toda duda razonable, dicha autoría”.
Con respecto al robo en Democracia Naciona, el tribunal absuelve igualmente pese a reconocer la existencia de indicios que permiten albergar sospechas de su culpabilidad, aunque “!no lo es menos que tales indicios no tienen ni “la singular potencia acreditativa” ni “la naturaleza inequívocamente incriminatoria” necesarias para hacer unjuicio de inferencia que, de acuerdo con las reglas del criterio humano, permita afirmar, más allá de toda duda razonable, dicha autoría.
En el juicio, el joven negó su participación en ambos hechos y respecto del robo, en respuesta tan solo a preguntas de su letrado, explicó que las banderas, algunas de ellas preconstitucionales, y otros efectos que portaba en la bolsa con la que fue detenido el 12 de febrero de 2020 cuando salía del portal de su casa no pertenecían a la sede de Democracia Nacional, objeto de robo quince días antes, el 23 de enero, sino que habían formado parte de una exposición de símbolos europeos que hizo Izquierda Castellana.
El delegado provincial de Democracia Nacional, personado como acusación particular, apuntó en el juicio que las dos denuncias fueron presentadas los días 22 y 23 de enero de 2020, la primera tras sufrir la sede un intento de robo y la segunda por el consumado al día siguiente en el que el autor o autores se llevaron numerosas banderas y causaron distintos desperfectos cuantificados en unos 1.415 euros, entre ellos los sufridos por un busto de Onésimo Redondo.
El testigo explicó que cuando fue llamado a comisaría tras la detención del acusado, antes de participar en el reconocimiento de los efectos intervenidos al joven ya detalló a la policía todos y cada uno de los objetos y banderas robadas y que más tarde identificó plenamente como las sustraídas de la sede.
La detención del ahora absuelto, tal y como recordaron funcionarios de la Brigada Provincial de Información, se produjo gracias a las investigaciones que se centraron en la rama juvenil de Izquierda Castellana, a raíz de la pintada con el mensaje ‘Españolismo es fascismo. Yesca’ realizada la madrugada del 12 de octubre de 2019 en la estatua de Colón, que amaneció ese día manchada porque autores desconocidos arrojaron huevos y botellas con pintura roja.
La brigada, a partir del cuerpo de escritura de la pintada y de las imágenes que los autores habían subido a las redes sociales, en las que se veía a un joven con la cara cubierta por un pasamontañas utilizando la mano izquierda para deslucir la peana y el cuerpo escultórico de Colón, dirigieron sus pesquisas en el entorno de Yesca e identificaron al acusado.
La identificación se produjo fruto de su complexión física, ya conocida por los agentes al haberle identificado en seis ocasiones anteriores–la primera con 15 años–por su participación en conciertos y otros actos, pero también tras cotejar la letra hallada en el monumento con la suya propia utilizada para rellenar las matrículas de inscripción del curso 2016-2017 y 2017-2018 en la Escuela de Arte Superior y Restauración, con sede en la calle Leopoldo Cano, y comprobar también que era zurdo, tal y como así demostró al firmar su información de derechos en el momento de la detención.
De hecho, una agente de la Policía Nacional de la Brigada de Policía Científica, en calidad de perito, ratificó que la letra de las dos solicitudes de inscripción en la Escuela de Arte, cuya autoría ha negado el acusado, y la hallada en el grupo escultórico fueron realizadas por la misma persona.
“Estoy plenamente convencida de ello. Aunque no ha sido una tarea fácil el cotejo, ya que la letra dubitada está realizada con un aerosol y de pie, existen claras analogías entre un serie de letras de aquella y de la indubitada”, enfatizó la perito, que también añadió que la letra o, por la forma de realizarla el autor, es la típica de las personas zurdas, como el acusado.
VALOR PATRIMONIAL DE LA ESCULTURA
También en la fase pericial intervino la que fuera directora general de Patrimonio de la Junta entre 1990 y 1993 y desde 1984 directora del Museo de Arqueología Provincial de Valladolid, Eloísa Wattemberg, quien ensalzó el gran valor patrimonial del conjunto escultórico dañado, obra del escultor Antonio Susillo en la segunda mitad del siglo XIX y, según la perito, mecedora de la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) pese a no gozar de tal reconocimiento por parte de la Administración regional.
La experta en museos no dudó al calificar la obra dañada como la “más representativa de la escultura romántica española” y añadió que la misma goza del “valor que le dan los propios vecinos al tratarse de un personaje esencial en la historia vallisoletana”.
Los desperfectos causados en ella fueron objeto de una inicial limpieza por parte del Ayuntamiento, con un coste de unos 844 euros, con la particularidad de que el facultativo que emitió informe para su restauración se quejó amargamente en el juicio de que aquellos trabajos iniciales no se hicieron correctamente por parte del Servicio de Limpieza.
“Se hizo de aquella forma porque, según dijeron, no había presupuesto. La verdad es que aquella limpieza se hizo con agua a presión, precisamente lo que yo desaconsejé”, censuró el restaurador, quien cifró en unos 12.750 euros el presupuesto necesario para una correcta “recuperación” de la obra, pendiente aún de ejecutarse.
Ante ello, la fiscal del caso y la acusación particular, ejercida por Democracia Nacional, solicitaron una condena de cinco años y tres meses de cárcel, junto con distintas multa e indemnizaciones, para el acusado por uno delito contra el patrimonio en concurso con un delito de odio, otro delito de robo con fuerza en las cosas, con la agravante de odio, y un delito leve de daños, mientras que la defensa pidió un fallo abolutorio, como así ha ocurrido finalmente, y recriminó la actuación policial por el seguimiento realizado a su patrocinado por el mero hecho de participar en actos totalmente legales.
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