VALLADOLID, 1 (EUROPA PRESS)
El presidente de la Conferencia Episcopal Española y Arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha ensalzado la “peregrinación” y la “esperanza” para “vivir de manera nueva y mejor”, y “sanar heridas” en este año 2025.
En su Carta Pastoral de la primera quincena de enero, Argüello ha deseado un “feliz Año Nuevo”, en este caso el “Año del Señor”, en el que, ha subrayado, “la peregrinación de esperanza se hace jubileo” y se trata de un año “singularmente santo para redimir la memoria”.
En este sentido, ha recordado que este Año Santo, el Papa ha propuesto el lema ‘Peregrinos de esperanza’, el cual hace “caer en la cuenta” de que la peregrinación “no tiene sentido sin la esperanza de llegar a algún sitio, de alcanzar la meta, de llegar al punto que supone en el deseo del corazón el arranque de la peregrinación”.
“Los años santos son, además, años jubilares que nos invitan a la alegría de experimentar el encuentro con el Señor y con su misericordia”, ha agregado, para incidir en que, precisamente, la peregrinación “tiene en el Año Santo y su jubileo la característica de también ayudar a mirar al pasado y hacerlo con la mirada de la misericordia”.
Argüello ha señalado que “la indulgencia es esta mirada al pasado que cura las heridas, que descarga del corazón todo aquello que se ha pegado en el transitar por la historia, sobre todo, los golpes y las culpas, que van como paralizando el corazón y que son la causa de que la esperanza decaiga”.
“¿Cuántas veces decimos ‘sí, sí’, de nuevo voy a intentar esto con el fracaso que he tenido? O decimos ‘ya, ya’, tú me dices que confíe, que ponga la otra mejilla, que comparta, que busque la reconciliación y el encuentro, pero ‘ya, ya’, las experiencias vividas me hacen decir: ‘Más despacio’. Por eso, el Señor del tiempo, que es peregrino con nosotros y camino de la misma peregrinación, sana nuestra memoria. La purifica y la redime para que, así, podamos estrenar una vivencia nueva de la esperanza”, ha reflexionado.
Asimismo, ha reconocido que en esta época “de guerra conflictos y violencias” hace “dudar de si es posible tener esperanza en la comunión y el encuentro”. “Vivimos situaciones de desigualdades e injusticias, que provocan que tantos y tantos tengan que salir de su propia tierra, que nos hacen dudar de si es posible la justicia que es contenido del Reino de Dios”, ha lamentado.
Igualmente, ha censurado “las mentiras antiguas y las nuevas, a través de tantos y tantos medios de comunicación social de esta hora, que hacen también dudar de si es posible encontrarse en la verdad y con la verdad”.
Por otra parte, ha advertido sobre “la planificación tecnológica, las posibilidades de control social, de realización de planes de diseños tecnológicos”, que “hacen dudar si es posible que acontezca algo verdaderamente nuevo”.
En este contexto, ha reivindicado la esperanza, que “tiene que ver con la irrupción de lo nuevo”, y ha recordado que las personas son “peregrinos hacia la plenitud del Reino de Dios” que, “en el caminar en la historia”, van “descubriendo y sembrando gérmenes y diseños de la verdad plena que anhelan”.
“Ponemos mesas de comunión y de reconciliación cuando en la peregrinación levantamos una tienda de campaña, y también sembramos y descubrimos caminos de justicia, de reconciliación, de paz que esperamos encontrar y vivir plenamente en el Reino de Dios hacia el que caminamos”, ha manifestado.
En esta línea, ha señalado que la peregrinación “solo es una anticipación” y “hace vivir de manera nueva el presente, mejor”, a la vez que “sana heridas” y permite “descubrir la novedad de la irrupción de la presencia de Cristo”.
“En él, desbordados el tiempo y el espacio, podremos vivir la alegría del encuentro con el esplendor de la verdad, la alegría desbordante de la fraternidad reconciliada en justicia y en paz, la alegría de saber que, quien es el camino, ha querido poner ante nosotros una mesa que él mismo quiere servir y que nos invita a servir para gozar plenamente de lo que ahora en la peregrinación solo vivimos en germen, en pequeños diseños que, ya vividos en la Fe, nos alientan a la esperanza y piden poner a prueba fe y esperanza en la caridad concreta que seamos capaces de vivir”, ha concluido.
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