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Argüello considera que el “gran desafío” es hacer misión también “aquí” ante la forma “blandengue” de ser cristianos

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Una familia vallisoletana, miembros del Camino Neocatecumenal, se trasladará a Japón para “plantar” la Iglesia

VALLADOLID, 20 (EUROPA PRESS)

El arzobispo de Valladolid, Luis Javier Argüello, ha defendido este jueves en la semana previa al domingo del Domund que la labor de los misioneros de “dar testimonio” en lugares lejanos es “lo que debería hacer una familia cristiana aquí”, algo que considera que plantea un “gran desafío” ante la forma “blandengue y mediocre de ser cristianos”.

Así lo ha destacado el prelado vallisoletano este jueves en la rueda de prensa en la que la Archidiócesis de Valladolid ha presentado la campaña del Domund de 2022, que se desarrolla este domingo, 23 de octubre, y en la que han presentado a la familia Francini-Figueroa, que van a irse a vivir a Japón como misioneros de la Iglesia.

El testimonio de esta familia de cuatro integrantes, miembros del Camino Neocatecumenal y con dos hijas de 12 y 8 años, ha servido al arzobispo para reflexionar sobre la labor de los misioneros, que fundamentalmente consiste en “dar testimonio”, es decir trasladar “en las relaciones en su trabajo, con sus vecinos, en la escuela de sus hijos” su manera de vivir la vida de la Iglesia y eso es para Luis Argüello algo “en realidad debería hacer una familia cristiana aquí”.

“Es el gran desafío que nos provoca. Es que el testimonio no solo es para Japón”, ha apostillado el arzobispado en una comparecencia en torno a las misiones y a “plantar” la Iglesia, anunciar el Evangelio y dar a conocer lo que la palabra de Dios puede hacer.

Para respaldar este trabajo, la Iglesia pone en marcha un año más el domingo de apoyo a las Obras Misionales Pontificias (OMP), conocido como el domingo del Domund y que se estructura en torno a este 23 de octubre.

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Como ha explicado el padre Javier Carlos Gómez, párroco de San Miguel y San Nicolás y delegado episcopal de Misiones con las cantidades recaudadas en Valladolid y en otras diócesis españolas se lleva a cabo un reparto coordinado para contribuir a que “cada diócesis implantada en misión tenga una cantidad para contar con los mínimos recursos para hacerse presentes allí”.

“En Madrid se vuelven locos para hacer llegar el dinero a través de la Nunciatura”, ha subrayado Gómez, que ha incidido en que se pide el apoyo no solo para la difusión de la Palabra sino también para “toda esa tarea humanitaria” que los misioneros realizan y también a la actividad que organiza OMP, como animación misionera, conferencias o jornadas de oración.

En el año 2021 la campaña del Domund ingresó en Valladolid 239.126,32 euros, que restados los gastos que implicó dejó un resultado de 236.657,80 euros –19.243 euros más que en 2020–.

De esas aportaciones en el Domund, la mayor parte se obtuvo en las parroquias (103.530,59 euros), aunque destacan también las comunidades religiosas (59.521,53 euros) y las herencias (39.924,19 euros), un capítulo que como ha explicado Gómez tiene un “papel importante” en los últimos años ya que la Diócesis ha recibido una serie de cantidades procedentes de herencias, algo que ha sucedido también en el presente ejercicio.

La organización difunde una publicación en la que detalla las recaudaciones en España en el Domund 2021 y los destinos que tuvieron esas cantidades.

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Así, de los 12,9 millones de euros que se ingresaron hace un año, 10,1 millones se destinaron a las iglesias misioneras. Las establecidas en África recibieron 5,1 millones; las de Asia 2,7 millones; las de América 1,6 millones y la única diócesis existente en Oceanía (Papúa- Nueva Guinea) recibió 613.913,89 euros.

OMP ha detallado también que actualmente la Diócesis vallisoletana tiene vinculados a 163 misioneros en 43 países diferentes. Se trata en la mayoría de los casos de personas pertenecientes a congregaciones religiosas, aunque también hay seglares, con una media de edad elevada –ronda los 70 años– y con equilibrio entre hombres (81) y mujeres (82), algo que Gómez ve como una “casualidad” ya que suele haber una mayor presencia femenina.

El país con más misioneros nacidos en la Diócesis de Valladolid es actualmente Venezuela, con 16; seguido por Perú con 13 y Brasil y México, con nueve. En este reparto se observa que “influye mucho” el factor de la lengua.

Esa circunstancia no la tendrá a favor la familia Francini-Figueroa, ya que se desplazarán en los próximos meses a la ciudad japonesa de Kobe para vivir en comunidad con varias familias del Camino Neocatecumenal y como ha recalcado Argüello van a “plantar” la Iglesia.

La familia, compuesta por José y Liliana –de origen colombiano y residentes en Valladolid desde hace unos 20 años– y sus hijas Arantxa y Saray, ha subrayado que cuando se “levantan” para ser misioneros, algo que el matrimonio decidió hace unos diez años, pueden ser destinados a cualquier lugar.

Liliana Figueroa ha desvelado que su decisión de “levantarse” en misión fue por el “agradecimiento” al Camino Neocatecumenal ya que cuando fue invitada a conocer esta organización cristiana acababa de separarse de su marido, pero con esta experiencia se dio cuenta de que podía perdonarle.

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A partir de ahí iniciaron un nuevo camino en común y formaron una familia con sus dos hijas, junto a las que residen en Arroyo de la Encomienda. El propio José ha relatado que hace unos días explicaban a las niñas que el Señor ha “marcado” su historia vital. “La situación que vivían Papá y Mamá era para que no estuvierais aquí”, ha explicado Francini en recuerdo de esa conversación con sus hijas.

Trasladarse en misión a Japón implicará “romper” con las comodidades y ha reconocido que cuando les comunicaron que el destino sería el país del extremo oriente se quedaron “un poco” sorprendidos ya que su cultura “choca mucho” y les resultará difícil empezar. “Si lo razonamos humanamente es una locura, pero hemos recibido ésto y es importante llevar allí la semilla de la Iglesia”, ha reflexionado.

Luis Argüello ha explicado que Japón es una sociedad que tiene “dos graves problemas” como son “la soledad” y el índice “altísimo” de suicidios, pero ha defendido que las misiones no solo consisten en atender la “pobreza” ya sea económica o social sino que “hay que vincularlas al anuncio del Evangelio”.

En este sentido ha recalcado que las “denominadas sociedades opulentas” tienen una “necesidad no menor” de anuncio del Evangelio y el anuncio de Dios, que es para él “lo específico” de la acción misionera de la Iglesia.


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