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TOLEDO, 20 (EUROPA PRESS)
Las mujeres cobran de media 4.500 euros menos al año que los hombres en Castilla-La Mancha, tal y como se recoge en el informe ‘La brecha salarial en Castilla-La Mancha’ realizado por CCOO y que ha presentado el sindicato este jueves con motivo del Día de la Igualdad Salarial, que se conmemora el próximo 22 de febrero.
En rueda de prensa, la secretaria de Mujeres y Políticas LGTBI del sindicato a nivel regional, Rosario Martínez, ha señalado que por segundo año consecutivo la brecha salarial sube en Castilla-La Mancha y supera a la brecha salarial de España, algo que no ocurría desde 2013.
Según la Encuesta Anual de Estructura Salarial publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la brecha salarial en Castilla-La Mancha en el año 2022 se sitúa en el 21,12 por ciento, lo que supone un incremento respecto a 2021, año en el que la brecha alcanzó el 17,69 por ciento.
Así, con los datos de 2022, el salario medio anual de las mujeres es de 21.312,65 euros frente a los 25.813,23 euros de los hombres de la región. En valores absolutos, la brecha en Castilla-La Mancha es de 4.500,58 euros y de 5.022,02 en España.
En el informe, también se hace una comparativa a nivel estatal, que sitúa la brecha salarial de género en el Estado en un 19,6% y con otras comunidades autónomas, siendo Murcia la que tiene la mayor brecha, con un 25%, y Canarias con la brecha más baja, con un 4,5%.
“Podemos decir que esta brecha es el reflejo objetivo de las desigualdades estructurales que todavía existen entre las mujeres y hombres”, ha subrayado Rosario Martínez.
Según ha advertido la dirigente sindical, “la realidad, es que las mujeres ni siquiera son dueñas de su tiempo”. “Normalmente necesitan ese tiempo para cuidar”. De hecho, la Confederación Sindical ha valorado la brecha de los complementos en un 39%. “No es una cosa baladí”.
Además, ha hecho hincapié en que las contribuciones desiguales por “estas peores condiciones salariales de las mujeres” a lo largo de nuestra vida laboral, hace que las mujeres tengan pensiones más bajas. Por tanto, “es verdad que la brecha todavía en las pensiones se agranda y se hace mayor”, ha comentado.
“Las mujeres vivimos más años, pero lo hacemos de una manera más pobre y lo hacemos de una manera más precaria”, ha lamentado.
Martínez también ha hablado de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) –situado ahora mismo en 1.184 euros–, con la que se incrementa un 61% desde el año 2018. De hecho, el Ministerio de Trabajo y Economía Social califica el aumento del SMI como “una herramienta feminista por excelencia” ya que el 65,8% de los perceptores del SMI son mujeres, frente a un 34,2% de hombres.
POTENCIAR LA CORRESPONSABILIDAD
La dirigente sindical ha abogado por potenciar la corresponsabilidad en absolutamente todas las cuestiones y especialmente en los trabajos que están relacionados con cuidados y trabajos que además están totalmente feminizados y precarizados.
La secretaria de Mujeres y Políticas LGTBI del sindicato ha apuntado que los hombres que exigen excedencias por cuidados de hijos e hijas son muy minoritarios. “Un 13% de hombres frente a un 87% de mujeres”, una cifra que, no obstante, “ha mejorado”.
También ha recalcado que la maternidad penaliza a las madres y la paternidad favorece a los padres en el empleo. “No terminamos de soltar ese rol del patriarcado de mujeres cuidadoras y padres que son proveedores”.
La temporalidad, otro factor importantísimo para que se dé esa brecha, ha bajado extensiblemente en los últimos años para hombres y para mujeres, fruto de la reforma laboral del 2021. “En mujeres, la jornada parcial está en un 25,2%, mientras que la de los hombres se sitúa en un 6,2%”.
De las 130.600 personas que en Castilla-La Mancha, a día de hoy, tienen tiempo parcial, un 75,34% son mujeres, un punto más que en 2023, y el 24,7% son hombres. Según estos datos, “si las mujeres trabajáramos con la misma intensidad que trabajan los hombres, la brecha se reduciría en un 64%”.
De otro lado, la dirigente sindical ha señalado que los hombres percibieron en pensiones una pensión media de 1.331,67 euros y en cambio las mujeres percibieron una media de pensiones de 974,21.
“HAY QUE PONERSE LAS PILAS”
Según ha dicho, los datos de cuidados tienen muchísimo peso en esa brecha. Por lo tanto, desde CCOO ha abogado por “ponernos las pilas todas nosotras” y exigir a todas las partes intervinientes que implementen políticas públicas que incidan en cuestiones que lastran las vidas de las mujeres, no sólo en el ámbito laboral, sino también, como hemos visto, social y cultural, y que luego tienen derivaciones e incidencias en esas brechas salariales.
“Necesitamos una dotación de herramientas y servicios públicos de cuidados suficientes para las familias, para no condenar a las mujeres a tener que elegir entre tener una vida profesional completa, plena, o una vida dedicada a la familia”.
Por parte de las empresas, CCOO pide que apuesten por la igualdad salarial y retributiva, por la negociación colectiva en el sentido amplio, haciendo especial hincapié en esos planes de igualdad. A los hombres de las familias, les ha solicitado que asuman esa corresponsabilidad compartida.
“Necesitamos reformas estructurales para conseguir también cambios estructurales porque no es fácil; hemos visto cómo las últimas políticas efectivamente han tenido resultados, han venido reduciendo esas brechas, pero no son las suficientes. Ya empezamos a ver ese parón y necesitamos atajar cuestiones en las que todavía igual no hemos incidido, como por ejemplo las cuestiones de cuidados o las cuestiones que tienen que ver con los complementos”.
Algo importante para Comisiones Obreras es la equiparación de los permisos parentales. “Necesitamos que los permisos sean retribuidos, porque si no lo son van a seguir recayendo siempre sobre las mujeres”. “Los hombres no suelen coger los permisos cuando no son retribuidos, porque además en las familias heteronormativas sabemos que generalmente los salarios, y como vemos en el informe, más bajos son los de las mujeres”.
Según la Confederación Sindical de Comisiones Obreras, “tardaremos más de dos décadas en cerrar esas brechas”. “No antes, en ningún caso, del 2042”. Por eso, pide “complicidad” a todas las partes implicadas. Ha terminando diciendo que para que el salario de las mujeres no sea un salario complementario –que en muchos casos, incluso en los casos más graves, ni siquiera les permite salir de círculos de violencia–, se necesita autonomía económica y un sustento económico que permita a las mujeres poder vivir con elección y con dignidad.
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