TOLEDO, 4 (EUROPA PRESS)
Las 19 personas, casi todas mujeres, que integran la plantilla de la fábrica de Pastelkey en Lominchar han decidido intensificar la huelga parcial indefinida que iniciaron el pasado lunes, con paros diarios de una hora secundados de forma unánime durante toda esta semana, para intentar poner fin a los constantes y prolongados retrasos en el cobro de sus salarios.
El sindicato CCOO Industria de Toledo, a instancias de toda la plantilla, ha presentado ya un nuevo conflicto colectivo y ha solicitado mediación previa a la convocatoria de un nuevo ciclo de paros, que, de no alcanzarse un acuerdo ante el jurado arbitral, pasarán a ser de tres horas los lunes, miércoles y viernes.
Los paros de una hora sostenidos hasta ahora, y que se mantendrán hasta el inicio del nuevo ciclo, habían sido programados por el comité de huelga para coincidir con el momento de entrada en el horno de las masas, interrumpiendo así el proceso de fabricación.
Según informa CCOO, el lunes, se echó a perder parte de la producción prevista para ese día, pero en los días siguientes los propietarios de Pastelkey modificaron el proceso productivo para minimizar los efectos de la huelga.
“Lo que no han hecho, ni parecen tener voluntad de hacer, es pagarnos las nóminas que nos deben y los atrasos pendientes. Su única intención es seguir sacando la producción para que la clientela no busque otros proveedores, mientras que nosotras tenemos que seguir trabajando sin cobrar”, ha denunciado la delegada sindical de la plantilla, Alexandra Iordanescu.
“La situación de las y los trabajadores es desesperada. En los últimos meses, hasta cinco personas han abandonado voluntariamente la empresa, agobiados por la falta de ingresos; renunciando incluso a la liquidación de lo que se les adeudaba, para poder buscarse la vida en otro sitio”, explica por su parte la secretaria de Negociación Colectiva de CCOO-Industria Toledo, Raquel García.
“Ahora, es toda la plantilla la que exige con la huelga que se les paguen las deudas salariales, porque necesitan el dinero con urgencia para vivir; y que sus empresarios se comprometan a pagar puntualmente en lo sucesivo”.
Según indica CCOO, En la misma situación está la plantilla de la empresa Distribuciones Esteso, que se encarga de captar clientes y de servirles los productos que fabrica Pastelkey. Los comerciales, los transportistas y la oficinista que forman su plantilla llevan dos meses sin cobrar –algunos, incluso más–, temen no cobrar tampoco octubre y ya han solicitado a CCOO que convoque también huelga en su empresa, de los mismos propietarios que Pastelkey
Los empresarios achacan sus incumplimientos salariales a las dificultades que dicen estar teniendo para cobrar los seguros por el incendio que sufrieron en enero de 2023 las instalaciones donde Pastelkey comenzó su actividad, en el polígono industrial Cobo Calleja de Fuenlabrada, y que obligó a la empresa a trasladar la producción a Lominchar.
“Pero ya antes del incendio tenían por norma retrasarse en el abono de las nóminas. Ahora nos dicen que los seguros les tienen que pagar 700.000 euros y que cuando los cobren saldarán las deudas y normalizarán los pagos, pero no nos enseñan ningún documento que pruebe lo que dicen, ni nos facilitan las cuentas de la empresa. Si realmente tienen ese dinero por cobrar, cualquier banco se lo adelantaría”.
“Tampoco han vendido, ni tienen intención de hacerlo, la nave de Fuenlabrada; ni quieren avalar con esa propiedad un préstamo con el que pagarnos lo que nos deben. Lo que quieren es que sigamos trabajando gratis para ellos”.
“Nuestra situación y la de las compañeras y compañeros de Distribuciones Esteso, deberían saberlo los clientes, como El Corte Inglés o Ahorramás. Que consideren si les resulta admisible la forma de actuar de nuestros empresarios, si resulta compatible con sus estándares de responsabilidad social corporativa”.
Iordanescu ha dicho que quienes sí deben de conocer esta situación son los proveedores, pues cada día “hay problemas con los suministros, siempre pendientes de si llegará el aceite, de si falta harina, o huevos, o papel para hornear”.
“Porque los proveedores ya no los sirven si no los cobran. Pero nosotras sí tenemos que venir a trabajar, aunque no nos paguen. No podemos ni queremos seguir así”, ha concluido.
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