
TOLEDO, 28 (EUROPA PRESS)
Asaja Toledo ha anunciado la presentación de una reclamación administrativa ante la Confederación Hidrográfica del Tajo como paso previo a la posibilidad de reclamar responsabilidades por los daños ocasionados en cultivos y fincas agrícolas y ganaderas, “como consecuencia del desbordamiento del río al ordenar el organismo de cuenca el desembalse de varios pantanos”.
Pedirá asimismo la declaración de Zona Gravemente Afectada y la organización tiene previsto solicitar al Gobierno regional ayudas para los damnificados.
La organización agraria va a solicitar el plan de evacuación del Tajo para ver qué medidas adoptar. Entiende la necesidad de desembalsar agua para evitar problemas en los pantanos, pero recoge la denuncia de los afectados “ante la falta de información y de ayuda”, lo que ha desembocado no solo en daños en los cultivos, también en naves, y en la pérdida de aperos, maquinaria, motores e infraestructuras de riego, informa Asaja en nota de prensa.
Estas consecuencias, a juicio de los agricultores y ganaderos, en parte podrían haberse evitado o, al menos, minimizado, “de haber tenido más información y si hubieran recibido avisos con suficiente antelación”.
Además, mencionan situaciones en las que se puso en riesgo la vida de personas y de animales. A esto se une el “agravante que supone la falta de limpieza y mantenimiento de los cauces fluviales, con acumulación de cieno, sedimentos e invadidos de vegetación, provocando tapones y aumentado los riesgos de desbordamiento”.
Aparte de esta reclamación, Asaja Toledo va a pedir la declaración de Zona Gravemente Afectada. Para ello se esta procediendo a la recogida de datos para cuantificar los daños y realizar los preceptivos informes técnicos que se deben adjuntar a dicha petición.
Tanto la Comunidad de Regantes de la Real Acequia del Jarama como algunas cooperativas de la zona están recabando información y, hasta la fecha, ya se han contabilizado cerca de 2.000 hectáreas con daños y aún quedan muchos agricultores y ganaderos por aportar sus datos.
Por otro lado, la presidenta de Asaja Toledo, Blanca Corroto, ha trasladado la posibilidad que tienen de presentar reclamaciones individuales, aparte de las acciones que emprenda la organización agraria.
Por último, Corroto ha señalado que Asaja Toledo ya había solicitado a la Consejería de Agricultura flexibilidad en el cumplimiento de los eco regímenes y de la condicionalidad en las zonas inundadas, debido a las circunstancias excepcionales.
En este sentido, ha recordado que muchos agricultores van a tener que cambiar el cultivo de cereal, ya que el primero está, en la mayoría de los casos, “totalmente perdido”.
Además, la organización tiene previsto solicitar al Gobierno regional ayudas para los damnificados, al igual que se hizo con los daños provocados por la borrasca Filomena en el año 2021.
Espera la organización que lleguen a los damnificados todas las ayudas y medidas previstas en la declaración de Zona Gravemente Afectada, tales como ayudas directas y la apertura de líneas de crédito del ICO, al tiempo que demanda agilidad en la tramitación y pago de las mismas.
Asiismo, la normativa que regula esta declaración prevé medidas fiscales, entre ellas, la exención de la cuota del IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) de las tierras y explotaciones ganaderas; la reducción en el Impuesto de Actividades Económicas para los profesionales agrarios; la exención de las tasas de tráfico para las bajas de vehículos y aperos dañados o para los duplicados de permisos de circulación destruidos o extraviados.
También, la exoneración del abono de cuotas de la seguridad social, manteniendo la condición de dicho período como efectivamente cotizado y la moratoria en cotizaciones de hasta un año sin intereses en el pago de las cotizaciones a la seguridad social.
CULTIVOS
Los daños en los cultivos de la provincia, aunque aún por determinar, serán “cuantiosos”. Las zonas más perjudicadas son Escalona y municipios ribereños de la comarca de Talavera y, en la comarca de La Sagra, toda la ribera entre Mocejón, Añover de Tajo y Aranjuez.
En cuanto a los cultivos, los más dañados son el cereal de invierno (cebada y trigo), colza y alfalfa. “Hay poca esperanza de salvar parte de las cosechas ya que algunos cultivos llevan todo el mes de marzo bajo el agua y, en estos casos, sufrirán asfixia radicular”, denuncia Asaja.
En todo caso, todo dependerá de los días que el agua permanezca en la tierra, del tipo de suelo (que drene mejor o peor) y de las temperaturas. En suelos con buen drenaje podría haber menos daños y, en cuanto a la temperatura, el riesgo de podredumbre es mayor a mayor temperatura.
En el caso del cultivo de la alfalfa, se da prácticamente por perdida toda la cosecha, con el agravante de que, al tratarse de un cultivo plurianual, los daños pueden ser aún mayores si se está en los primeros ciclos del mismo. Además, muchos agricultores tienen contratos con deshidratadoras, que no van a poder cumplir.
Hay que aclarar que la modalidad de alfalfa deshidratada se comercializa principalmente para exportar (entre el 75-80%). El incumplimiento de los contratos podría llevar a la pérdida de cuotas de mercado, precisa la organización.
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