TOLEDO, 30 (EUROPA PRESS)
I.M.M., que está siendo juzgado por la muerte de A.C.H., de 29 años de edad, en junio de 2021 en la localidad toledana de La Pueblanueva, ha admitido que golpeó en la cabeza a la víctima dos veces con una botella, pero ha negado cortarle el cuello con los restos rotos de dicho objeto.
Así lo ha indicado a preguntas de la representante del Ministerio Fiscal y de las acusaciones particulares, que de forma separada ejercen los padres de la víctima, durante la primera sesión del juicio, que con tribunal del jurado popular –integrado por tres mujeres y seis hombres– ha arrancado este martes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Toledo.
El procesado, que ha abierto el turno de declaraciones tras la lectura de las alegaciones iniciales de las partes, ha reconocido que accedió a traficar con marihuana, como le propuso la víctima, porque su situación económica no era buena y que, en ese momento, la relación entre ambos era buena.
En su relato de lo hechos, y a preguntas de las partes, ha negado haberse quedado con 40 kilos de una de las entregas, que su padre y su hermano podrían haber vendido a una tercera persona, tal y como le reclamaba A.C.H.
De igual modo, ha asegurado que tanto él como su hermano, que tras ser procesado por un Juzgado de menores por su implicación en los hechos está a la espera de sentencia, empezaron a recibir amenazas de la víctima, que no denunciaron ni comentaron con sus padres porque tenían miedo. “Están en el móvil de mi hermano”.
Respecto al día de los hechos, y pese a no recordar quién citó a quién la zona de recreo conocida como ‘Los Caños’, ha relatado que la víctima llegó con “malas formas” y portando “un porro y una botella”, que él le arrebató cuando le iba a agredir con ella.
Ha reconocido que se abalanzó sobre el finado, que era más delgado que él, y pese a que su hermano intento separarles, golpeó dos veces en la cabeza con la botella a A.C.S, aunque ha dicho no saber si le cortó el cuello, emplazando al forense a qué dé esa explicación.
“Solo vi que tenía sangre en la nariz”, ha dicho I.M.M, que ha proseguido señalando que, tras ver como la víctima caía al suelo, su hermano y el se asustaron y decidieron marcharse a casa, sin efectuar ninguna llamada para pedir ayuda para el agredido.
Una vez en casa, y tras contar a su madre que había golpeado a A.C.S. “y le había podido matar”, fue cuando la progenitora se puso en contacto con la Guardia Civil que, poco después se desplazó al lugar de los hechos, donde encontró a A.C.S muerto.
Preguntado por qué no llamó al 112, sabiendo que le había podido matar, el procesado ha asegurado que pensó que con la llamada a la Benemérita “estaba bien” alegando, además, que tenía poca batería en el móvil y “no tenía la cabeza en su sitio”.
PERDÓN Y ARREPENTIMIENTO DEL PROCESADO
Tras ofrecer por vez primera su relato de los hechos, ya que el acusado se había negado a declarar tanto ante la Guardia Civil como en el proceso de instrucción por recomendación de su abogado, y con el permiso de la presidenta del tribunal, I.M.M. ha leído una carta dirigida a la familia de A.C.S, en la que se ha reconocido como “único y exclusivo culpable de lo sucedido”, exculpando así al hermano, menor de edad ese 16 de junio de 2021.
“La adrenalina, la inconsciencia, la falta de autocontrol y otros tantos factores que confluyeron ese trágico día, nos condujeron a su hijo y a mí a iniciar una pelea que tuvo como final el triste resultado de su fallecimiento. Hoy pienso que nada, absolutamente nada, justifica ni aquella pelea ni, mucho menos, su mortal resultado. Tampoco el hecho de que pudo suceder exactamente al revés, esto es, que yo fuera la víctima, sirve de explicación a lo sucedido”, ha relatado I.M.M, que se ha mostrado arrepentido y ha pedido “perdón sincero” a la familia de la víctima.
“Tengo 19 años y ya toda mi vida estaré marcado por este trágico hecho. Esa, junto a la condena que me imponga la justicia, será mi eterna penitencia y créanme si les digo que intentaré resarcir hasta donde sea posible, y más aún, la parte del daño causado”, ha concluido.
Luego de la declaración del procesado, han testificado hasta cuatro agentes de la Guardia Civil que, en diferentes fases, han participado en el caso. El primero de ellos, ha relatado que, estando esa noche del 16 de junio de 2021 en el acuartelamiento de Talavera de la Reina, recibió la llamada de una mujer, que estaba “muy nerviosa”, que refería que su hijo había tenido una pelea con un chico “mayor” en La Pueblanueva, al que le “había cortado en un forcejeo”, y que se asustó y se marchó a casa.
Dicho agente pidió a la mujer que le pasara a su hijo y, con intención de “sacarle información” y tras preguntarle sobre lo sucedido, ha dicho que el acusado le relató que “se estaba tomando un litro” cuando poco después inició una discusión “con un chico mayor”, con el que terminó forcejeando y al que le “había clavado un cristal en el cuello”. También le contó que se fue a su casa porque se asustó “al ver que sangraba”.
A renglón seguido, otro de los agentes de la Benemérita, instructor del atestado, ha relatado que cuando llegó al lugar donde tuvo lugar la pelea vio el cadáver de A.C.S, que tenía una herida en el cuello y restos de sangre y “aparentemente lesiones graves”.
De igual modo, ha aseverado que las declaraciones de los tres menores que estaban en esa zona de recreo cuando llegó la víctima son coincidentes, y aseguraron que fue el acusado el que lanzó un primer puñetazo a A.C.S que, tras el golpe, salió corriendo hacia el camino.
Respecto a la relación entre los dos hermanos y la víctima, ha indicado que les unía la venta de sustancias estupefacientes y que, ante la falta de una parte, A.C.S. le reclamaba la cantidad que faltaba.
El tercer guardia civil en declarar, secretario del atestado, ha asegurado que los padres de los menores procesados eran plenamente conocedores del “trapicheo” al que se dedicaban sus hijos, llegando a manifestar que ese supuesto desvío de la droga, que les reclamaba la víctima, llegó a realizarse en la casa de la abuela de los procesados.
Además de atestiguar que tras agredir a A.C.S. el acusado realizó numerosas llamadas a familiares “para que le llevaran droga”, porque “son consumidores y tras lo ocurrido necesitan relajarse”, este agente ha señalado que el hermano pequeño del acusado envío mensajes a los amigos que estaban en el merendero el día de autos para forzarles a dar otra versión de lo sucedido, en caso de que la Guardia Civil les tomara declaración.
El último agente del cuerpo en prestar testimonio, que intervino en inspección técnico ocular del lugar donde se produjo la mortal agresión, ha relatado que encontraron el cuerpo sin vida de A.C.S. entre la maleza, que había muchos cristales de una botella de litro de cerveza ‘Mahou’ y que el cuello de dicha botella, compatible con el corte que la victima presentaba en el cuello, fue hallado a unos 3,5 metros del cadáver.
La declaración de los progenitores del fallecido, que ejercen la acusación particular de forma separada, ha puesto el punto final a esta primera sesión de la vista, que se retomará este miércoles, a partir de las 9.00 horas.
Aunque ambos han dicho no saber a lo que se dedicaba su hijo, han resaltado que A.C.S. era “muy bueno y nunca se metía en líos”. Para incidir en esta faceta del fallecido, la madre, entre sollozos, ha defendido que a su hijo nunca le han gustado las peleas, como evidencia el hecho d que cuando se vio amenazado por I.M.M. “salió corriendo y dejo su patín y su gorra”.
Tras asegurar que es ella la que se encarga de su nieta, pues la madre de la pequeña también está en la cárcel, ha rechazado los 30.000 euros que el acusado ha abonado en concepto de indemnización, alegando que “están manchados por la sangre de su hijo”.
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