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¿Puedo hablar!, terapia de cabecera de podcast a papel: “La depresión parasita, te engaña primero y te convence después”

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El albaceteño y la zamorana cristalizan el éxito de sus casi 150 programas radiofónicos en un libro escrito a cuatro manos

ALBACETE, 6 (EUROPA PRESS)

Enrique Aparicio y Beatriz Cepeda, o Esnórquel y Perra de Satán, han llevado el éxito de su podcast ‘¿Puedo hablar!’ al papel en su primera –casi homónima– obra escrita a cuatro manos, ‘¿Puedo hablar de mi salud mental!’, sendos recorridos individuales pero conectado de cómo han metabolizado, cada uno por su lado, su forma de llevar la terapia y cómo ha encajado en sus vidas.

En entrevista con Europa Press, Cepeda y Aparicio comparten, como lo hacen en el libro y en el podcast, su experiencia personal para ponerla “al servicio de los demás”, dejando claro que en ningún caso han escrito un libro de autoayuda, ya que solo se limitan a hablar de sus procesos desde un punto de vista novedoso.

Los autores, aunque evitan sentirse “pioneros” a la hora de hablar de salud mental en los medios, sí que reconocen haber “pulsado una tecla” a la hora de compartir sus terapias que hasta ahora no había sido apretada.

Insisten, en todo caso, en que si bien “la ciencia la tiene que explicar un científico”, ellos se limitan a hablar “de la experiencia, de las barreras internas y de superar el estigma”.

“La salud mental todavía es una cosa anecdótica en los medios. Pero mientras eso ocurre, once personas se suicidan en España al día. Eso es un equipo de fútbol entero”, lamentan.

Con este problema de fondo, Aparicio es de la opinión de que los medios de comunicación tienen “una gran responsabilidad” a la hora de abordar la información, como también la tiene cada individuo en la sociedad. “Si una persona detecta que a su alrededor hay alguien en ese proceso, hay que intervenir. No hace falta sacarse la Licenciatura en Psicología”.

Cepeda comparte tesis y añade que la prevención del suicido “es posible”. “Hablar de ello salva vidas, y no responsabilizarnos individualmente es un problema estructural.

“LA DEPRESIÓN ES UN PARÁSITO”

Enrique Aparicio, natural de Alpera, detalla que el libro nada tiene que ver con la psicología, sino de gente que va al psicólogo, personas “‘cucú’ a nivel usuario”, por lo que en el texto “no hay lecciones” y sí experiencias vitales alrededor de la terapia.

“Es el relato de dos personas que necesitaron ayuda profesional y que tardaron en pedirla porque no supieron detectar que la necesitaban”, argumentan. “Y tampoco es una autobiografía, solo es un ‘amiga, ‘date cuenta!”.

Para el albaceteño, “la depresión, cual parásito, se busca las maneras de sobrevivir” en la cabeza de quien habita, de forma que “te engaña primero y luego te convence de que es tu personalidad”.

En este sentido, argumenta que “es difícil reconocer el punto donde acaba la tristeza y empieza la depresión”, ya que esa tristeza, “como la rabia, la alegría, la euforia, como todas las emociones, tienen su función”. Por ello, y una vez han cumplido esa función, “se deberían marchar”.

“Si estás demasiado eufórico por una buena noticia, estarás igual de ‘cucú’. Igual de patológico es tener una alegría permanente como una tristeza permanente. Pero la depresión se oculta con muchas capas de vergüenza”, asegura.

Tras casi 150 episodios del podcast, ahora la escritura permite un nuevo lenguaje, y si bien con los micrófonos se dejan llevar por la conversación, Enrique Aparicio afirma que plasmar en papel le ha hecho recordar episodios del pasado bloqueados en su recuerdo.

Recalcan los autores que fue el episodio número 7 de su espacio, titulado ‘Locas’, donde abordaron por primera vez y de forma exclusiva el problema de la salud mental ofreciendo su experiencia en primera persona.

Ese impacto fue “un antes y un después”, quizá “por la naturalidad”, suponiendo un punto de inflexión que preludió a un episodio posterior, que bajo el epígrafe de ‘Gordas’ terminó de colocar a Enrique y Beatriz como puntas de lanza en el mundo de los comunicadores que naturalizan hablar de salud mental.

AUTO RECONCILIACIÓN COMO TERAPIA

Beatriz Cepeda, natural de Zamora, asegura que el proceso de escritura ha sido “un privilegio” toda vez que le ha permitido tomarse un año para reflexionar sobre su vida, un periodo que, incluso, le ha hecho cambiar de opinión sobre ciertos momentos de su vida.

“Y eso me ha hecho perdonarme a mí misma. Parte de mi proceso de terapia ha sido reconciliarme con cosas de mí misma. No fui consciente de lo bien que me vino escribir el libro”, ha añadido.

Cepeda considera que no ha hablado lo suficiente de algunos de sus problemas, citando expresamente la relación que hace más de una década le llevó a compartir vida con un maltratador.

“Sabía que tenía que escribir ese capítulo. Cuando le das sentido a todo, ves la correlación de cada etapa. El libro tiene en el fondo un final feliz”, agrega.

Otro de los pasajes de su trayectoria relatados en el libro es su cambio físico, cuando tras perder 34 kilos, no terminó de ser feliz “tal y como la sociedad me había prometido”.

“No supe ser delgada. Fracasé. Nuestra sociedad nos vende que la base de tus problemas es tu peso y que el hecho de estar gorda te complica la vida. Y no solo no estaba mejor anímicamente, sino que estuve peor físicamente”, lamenta.

Como comparación, asemeja este momento a “cuando descubres que los Reyes Magos no existen”, ya que empiezas a “dudar de todo el mundo” y ser consciente de que la sociedad “te ha defraudado”.

Todo hacía indicar que la promesa de perder peso acarrearía “más trabajo, tener pareja o conseguir la felicidad”, pero cuando eso ocurrió, “todo seguía igual, o peor”, trayendo consigo una decepción con la que Cepeda no supo lidiar.

Con todo, se encontraba igual de mal a nivel mental “tanto gorda como delgada”. “La base de mis problemas no era mi cuerpo gordo, eran mis inferioridades”.

De esta forma, cuando todo el mundo a su alrededor “repetía” que su problema eran los kilos, la interpretación de Cepeda era clara: “¿Por qué iban a estar equivocados?”

“EN ‘GORDOFOBIA’ ESTAMOS EN PARVULITOS”

De otra parte, Aparicio apunta que el 85% de su vida ha estado enfrentándose a sí mismo, incluso desde el odio, como si no se permitiera ser feliz “por marica, o por gordo”. “Pero no es que me engañara, es que para muchas personas diversas ha sido todo un viaje querernos. Por eso lo celebramos cada año”, argumenta Aparicio, que considera que si bien en los avances del colectivo LGTBIQ+ la sociedad está “haciendo un máster”, hablando de ‘gordofobia’ aún está “en parvulitos”.

Él, que viene de “un pueblo pequeño”, ahora considera que sí maneja las herramientas necesarias después de haberse aceptado. Pero hasta ese punto en el camino el periplo ha sido largo.

“Para mí todo ha sido un viaje, he estado enfrentado a quien yo era o a quien yo creía que era”, explica el periodista, que habla incluso de haberse “lesionado” con atracones de comida.

También los problemas con la comida han estado presentes en la vida de Bea, que rememora en el libro sus episodios de “pizza y peli” como salvación. “Esos primeros atracones me dieron placer. Cuando peor estaba buscaba ese placer, hasta que se convirtió casi en una adicción, y ahí empezó la culpa”.

Con este ejemplo, apunta que una cosa era disfrutar de la noche de pizza y peli por elección y otra distinta es “no ser capaz de no tener una noche de pizza y peli”.

“Ahí empieza lo problemático. Es fácil engancharte a la comida, como al sexo. El ser humano está programado para que comer y reproducirte te dé placer”.

Pasajes de una vida de la que destaca también la infancia, cuando la sociedad la puso “en contra” de sí misma. “Era la sociedad la que me hacía comprender que tenía que reprimir mi parte mala. Siempre recibí una respuesta estricta contra esa ‘Bea mala’, con lo cual, de alguna manera, también encuentro ahí el origen de mis problemas”.


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