CIUDAD REAL, 20 (EUROPA PRESS)
Varios agentes de la Guardia Civil que trataron con J.M.I.G., acusado de asesinar de una puñalada a su mujer y meter su cadáver en el canapé de una cama en Villarrubia de los Ojos, han relatado que “sabía perfectamente lo que estaba haciendo” y que las pruebas y “la frialdad que presentaba” les llevó a la conclusión de que “el acusado es el autor de los hechos”.
Así lo han testificado este martes, en la segunda sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial. La hermana del acusado ha alegado que J.M.I.G. “consumía drogas frecuentemente nada más fallecer su primera mujer”. “Ahí empezó todo el fracaso”, ha añadido.
En la jornada de este martes también ha acudido a la sala una hermana de la fallecida, conocedora de “que el acusado pegaba mucho a la víctima” y de que “era muy posesivo”. “Un día mi sobrina me dijo que él había pinchado a mi hermana con un boli”, ha expuesto.
Por su parte, la Guardia Civil ha ratificado el informe realizado el día de los hechos, cuando el servicio de emergencias avisó a los agentes de que “una persona nerviosa había llamado diciendo que su amiga estaba inconsciente en una habitación”.
“Nos desplazamos rápidamente allí y encontramos a la mujer dentro del canapé”, ha relatado uno de los agentes añadiendo que “desde la entrada al bloque se veían manchas de sangre”, un rastro que “les llevó al dormitorio”.
Al entrar al dormitorio donde falleció la mujer, “vieron la cama deshecha, donde también había sangre”, han relatado.
Uno de los agentes ha explicado que, tras ser informado de que el acusado había abandonado el lugar de los hechos en un vehículo Opel, éste “fue detenido en la plaza de Villarta de San Juan”.
“Inmediatamente nos trasladamos al domicilio para realizar una inspección ocular”, ha relatado.
EL ACUSADO PORTABA 10 GRAMOS DE COCAÍNA
Tras entrevistarse con el procesado, cuenta que éste “llevaba diez gramos de cocaína en roca”. “Hablé con él y me dijo que no recordaba nada. No me lo creí, aunque sí olía a alcohol”, ha explicado.
“Le leímos sus derechos, le ofrecimos ir al médico pero no quiso. Olía a alcohol pero estaba sereno, eso no es compatible con haber consumido cocaína. Él fue totalmente colaborador cuando le tomamos las huellas y si alguien está alterado por haber tomado droga, es difícil cogerle las huellas”, ha testificado.
Siguiendo con el orden de testigos, los agentes han asegurado que las pruebas “les llevaron a la conclusión de que el encausado es el autor de los hechos por “la frialdad que presentaba”.
“Salió conscientemente del domicilio, cogió el coche, compró 10 gramos de cocaína y se fue a un bar. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo y estaba entorpeciendo la investigación”, ha relatado un Guardia Civil, cuyo relato ha coincidido con el de otros agentes.
Asimismo, las pruebas periciales han ratificado que encontraron una navaja multiusos en la guantera del coche del acusado y una caja negra con herramientas, donde había un cuchillo de cocina, en el que “no encontraron AND”.
Sin embargo, a preguntas de la Fiscalía, la Guardia Civil encargada de realizar dichas pruebas, ha explicado que sí se encontraron restos en la puerta del coche, el volante y la palanca de cambios.
El testimonio del siguiente agente ha matizado que tras ver la mancha de sangre en el suelo de la habitación, vieron que el único lateral manchado, era el izquierdo, por donde había sido introducido el cuerpo.
“La habitación estaba llena de manchas de sangre y restregones en el suelo”, ha indicado a la vez que ha especificado que “solo tenía un apuñalamiento en el lado izquierdo del cuello”.
El encausado se enfrenta a un delito de asesinato con la agravante de parentesco y discriminación por género, y estafa. Por estos hechos, la Fiscalía y acusación popular piden 26 años y nueve meses de cárcel.
Por su parte, la acusación particular que ejerce la madre y dos hermanas de la víctima reclama prisión permanente revisable por primera vez en Ciudad Real.
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