CUENCA, 28 (EUROPA PRESS)
Los cinco usuarios de la Asociación de Síndrome de Down Cuenca (ADOCU) que postulaban a la última oferta de empleo público del Gobierno de Castilla-La Mancha en Administración General han sacado adelante sus procesos selectivos e incluso uno de ellos estaría a punto de poder lograr una plaza fija.
Así lo ha dado a conocer Roberto, trabajador social en ADOCU, en declaraciones Europa Press, en las que ha querido agradecer la aportación de 10.000 euros recibida por Fundación Eurocaja Rural dentro de sus premios Workin para financiar el proyecto formativo llevado a cabo en sus instalaciones del barrio de la Fuente del Oro, empuje que ha servido para financiar el proyecto a partir del cual pueden impartir clases a sus asociados.
Gracias a esta aportación y al hecho de haber podido seguir adelante con la labor lectiva, los cinco usuarios que se han preparado oposición en la última remesa han conseguido aprobar el proceso selectivo, y uno de ellos está “muy cerca” de conseguir la plaza. Algo que no hubiera sido posible sin la participación de Fundación Eurocaja Rural arrimando el hombro en este proyecto.
“Cada vez que nos llega una propuesta como esta lo invertimos y hacemos muchísimas cosas, y encima ayudamos a que los usuarios se desarrollen en lo laboral y en lo profesional. Animo a todas las empresas a que hagan un pequeño esfuerzo en invertir un poco de dinero, porque ayudarían enormemente a todo el mundo”, asevera.
TOQUE DE ATENCIÓN A LAS EMPRESAS
El presidente de la entidad, Carlos Cuesta, saca pecho por haber conseguido con el trabajo de todos levantar la persiana cada día durante el último cuarto de siglo.
En la defensa de la labor que realizan, remarca que las personas que nacen con esta característica deben de tener las oportunidades necesarias para completar “un recorrido vital” que les permita convertirse en ciudadanos “de pleno derecho”.
Aunque el punto de partida siempre ha de ser “que se integren en la sociedad”, para ello “tienen que pasar por todo lo que hacen los ciudadanos, desde tener una infancia feliz en la escuela, gozar de una educación reglada hasta tener una preparación para la vida laboral y conseguir una independencia”. Todo ello para permitir que desembarquen, como todos, “en una vejez digna”.
Si bien agradece el apoyo público, “vital” para la supervivencia de ADOCU, ha puesto el acento en que son hasta 34 usuarios de la asociación en pleno barrio de la Fuente del Oro, solo una muestra de todo el trabajo y la “faena” que queda por hacer en la provincia.
“Hay muchas más personas que pertenecen a la asociación que, por mucho que hagan las administraciones, el trabajo se va a quedar corto”, afirma.
Y es que la labor social de entidades como ADOCU van más allá de los propios usuarios, ya que muchas veces supone la red de apoyo fundamental para que las familias tiren para adelante, tal y como relata Carlos Cuesta.
Aunque los entornos rurales crean un ambiente “más amable” para las personas con síndrome de Down en cuanto a relaciones sociales, Cuesta da un toque de atención por el hecho de que las posibilidades de ocio o de inserción laboral se reducen más allá de la capital conquense.
Para acercar las prestaciones de ADOCU a estos pueblos, la solución, según Carlos Cuesta, no es acercar desde el pueblo a la ciudad a los usuarios, sino todo lo contrario.
Por ello, reclama “más recursos” para poder sufragar el trabajo de los monitores y los trabajadores sociales y sus desplazamientos a estas zonas más alejadas del área de influencia de la gran ciudad.
Carlos Cuesta deja una reflexión tras toda una vida trabajando en la entidad. “Que ellos sean más ciudadanos nos hace a nosotros mejores”, asegura, añadiendo que las personas con síndrome de Down “no tienen nada que demostrar”.
Por esta razón, apela a las empresas privadas. “Las empresas en Cuenca todavía no se han implicado mucho. Nosotros queremos trabajar con ellas. Hay que diversificar el ámbito laboral de las personas con síndrome de Down”, ha destacado.
HABLAN LOS USUARIOS
Matemáticas, Lengua, “de todo” para estar “contentos” con “actividades didácticas para todos” que abren también la puerta en ocasiones a iniciativas extraordinarias como las salidas a la piscina, si bien Carlos, usuario de la entidad, se atreve a proponer abrir el plano y ofertar, por ejemplo, karaoke, bádminton, boxeo o lucha libre.
Silvia, una de las veteranas, celebra que ADOCU siga desarrollando su labor, sobre todo por su función en cuanto a la preparación para el mundo laboral que ejecuta a diario con sus usuarios.
Paco, de 33 años, da de sí su jornada en varias disciplinas. No solo es árbitro de fútbol sala y fútbol 11, sino que además ha conseguido sacarse la oposición y ya ha desempeñado su labor en la residencia de mayores de la Beneficencia. Deportista y buen estudiante, saca tiempo para todo.
Gustavo, que a sus 29 años ya ha trabajado en los departamentos de Cultura y Deportes de la Diputación provincial, ha detallado parte de su trabajo, desde la elaboración de convocatorias para acceso a subvenciones hasta apoyo administrativo. En su agradecimiento a monitores y familia, no evita emocionarse: “Estoy muy orgulloso de ellos”.
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