CCOO reclama protocolos de acción y más recursos e inversión en seguridad para atajar “insultos, amenazas y agresiones” al personal
SANTANDER, 13 (EUROPA PRESS)
Un usuario del servicio ferroviario de Cantabria ha reventado esta semana un cristal de la estación de tren de Maliaño (Camargo) después de que la trabajadora que se encontraba en ese momento en las dependencias le trasladó que no reunía los requisitos necesarios para reembolsarle los 10 euros de fianza del abono recurrente, entre ellos realizar 16 viajes en cuatro meses.
Se trata del “último episodio” de violencia en el sector, del que ha informado este viernes Comisiones Obreras, en un comunicado en el que ha indicado que también hay denuncias por “insultos, amenazas, rayones en los coches o ruedas pinchadas”.
Ante esto, los representantes del sindicato en Renfe y Adif reclaman protocolos de acción y más recursos e inversiones para “atajar las agresiones” al personal ferroviario y, también, a los viajeros.
Según han indicado, la plantilla “está ya cansada de buenas palabras y promesas que se quedan en el olvido”, pues llevan “años” denunciando que el servicio ferroviario en la región “languidece” y que su estado es “cada vez más deplorable y precario”. Y también advierten de que la “inseguridad” que sufren tanto los empleados como los usuarios del servicio “es cada vez mayor”.
DENUNCIAS
Las denuncias de la representación sindical por la “falta de seguridad son recurrentes en las reuniones, los comités y las mesas con la empresa”, según CCOO, que ahora han denunciado públicamente lo ocurrido esta semana en la estación de Maliaño.
Pero “desgraciadamente no son hechos aislados, sino que se están convirtiendo en rutinarios en muchos puntos”, ha alertado el sindicato, para referirse así a quejas de empleados que han recibido amenazas o incluso agresiones de quienes “no reciben la respuesta que esperan a sus consultas”.
Y otros que “tienen que aguantar insultos o faltas de respeto por personas que están haciendo botellón a sus anchas en apeaderos y estaciones”, a lo que se suman “denuncias porque les pinchan las ruedas o les rayan el coche”.
“Recientemente -añade el sindicato- un compañero fue agredido y otra compañera estuvo de baja por amenazas de muerte con denuncia policial incluida”.
Y en la estación de Cabezón de la Sal “los compañeros de circulación tienen que esconderse y llamar a la Guardia Civil por situaciones de peligro”, apunta el delegado de CCOO en Renfe, David Cuerdo, que recuerda también la agresión mortal del pasado mes de febrero en el apeadero de Boo de Piélagos en la que murió un joven de 21 años y que a su juicio “podría haberse evitado con presencia de seguridad privada”.
“Faltan interventores, cada vez hay menos, a lo que se suma que han ido perdiendo autoridad. Y a la vista está que tanto el plan de seguridad como el personal asociado a esta actividad es insuficiente. Viendo los sucesos que cada vez se repiten con mayor frecuencia y gravedad, es evidente que hace falta más inversión porque no se está haciendo lo necesario para acabar con la inseguridad que existe y que afecta tanto a la plantilla como a las personas usuarias del servicio”, ha señalado el sindicalista, que ha censurado la “inacción” por parte de la empresa, que es “total”.
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