SANTANDER, 16 (EUROPA PRESS)
La hostelería lideró los conflictos que la Federación de Servicios de CCOO trasladó al Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales (ORECLA) en 2023 tras agotar todas las vías posibles de diálogo y negociación.
En concreto, de las 371 cuestiones que terminaron en el ORECLA el año pasado, 133 pertenecían a trabajadores del sector de la hostelería, es decir, el 36% del total de las demandas y en su mayor parte correspondían a reclamaciones de cantidades, despidos y extinciones de contrato.
Así lo ha informado este martes en un comunicado la secretaria general de la Federación de Servicios de CCOO en Cantabria, Marta Careaga, que ha contextualizado que al ORECLA “no llega ni la cuarta parte de las consultas” que recibe el sindicato, pues éste trata siempre de contactar con la empresa para intentar dirimir el conflicto “sin llegar a estamentos mayores, porque, de lo contrario, el colapso sería total y absoluto”.
A Careaga no le sorprende la estadística porque el sector de la hostelería es, según el sindicato, uno de los que tiene peores condiciones laborales de todos los sectores que llevan en la Federación.
“Se llevan las manos a la cabeza porque dicen que no encuentran personal pero yo no sé de qué se extrañan porque, en general, tratan muy mal a sus trabajadores”, ha denunciado.
Además, ha señalado que el convenio de hostelería es el que menos ha subido económicamente de todos los que ha negociado la federación, uno de los motivos por los que no lo firmó. Sin embargo, para Careaga es “peor” aún que la hostelería “se vanagloria de tener grandes beneficios, con lo cual, blanco y en botella: si pagas poco y ganas mucho estás desequilibrando la balanza y, en este caso, quienes salen perdiendo son los trabajadores”, ha subrayado.
La sindicalista ha explicado que algunas de las denuncias que recibe la Federación son por la existencia de profesionales mal encuadrados, “siempre en categorías inferiores”; contratos parciales “con jornadas maratonianas que a veces doblan lo estipulado”; horas extra que no se pagan; calendarios con los horarios que no se conocen cuando se debe; vacaciones obligadas; incumplimientos de descansos, etcétera.
“Tenemos que aguantar cada dos por tres cómo los responsables de la hostelería salen a la opinión pública a quejarse de que no hay profesionales, de que falta formación, cuando lo que falta es respeto por su parte a unas condiciones laborales que deben ser dignas y sujetas a una relación laboral clara y detallada”, ha lamentado.
Para la federación, la hostelería es uno de los sectores “donde peor se trata al personal, por lo general y quitando excepciones” y uno de los trabajos donde es más complicada la conciliación. “No nos extraña que cada vez menos gente quiera ser camarero o camarera: trabajan a destajo, tienen unos horarios imposibles, no se respetan sus condiciones y, encima los salarios no son nada tentadores”, ha concluido Careaga.
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