Aporta “un plus de calidad” al proceso constructivo, aglutinando en un software la información de todos los especialistas que intervienen
SANTANDER, 10 (EUROPA PRESS)
El parque eólico El Escudo será el primero del mundo en contar con la metodología BIM (Building Information Modeling) para su construcción, con el objetivo de llevar a cabo un control “exhaustivo” y garantizar que los criterios de protección del medioambiente y el patrimonio se cumplen en cada parte del proceso.
Se trata de una experiencia pionera, que ya ha dado sus primeros pasos en el ámbito de la edificación y otras instalaciones de obra pública y civil, pero que ‘debuta’ en el desarrollo de instalaciones eólicas con este parque, destacan sus promotores en un comunicado.
Y lo hará de la mano de la empresa de ingeniería cántabra ‘INGECID’, que surgió como ‘spin off’ de la Universidad de Cantabria y ya la está implantando con éxito en otras instalaciones singulares en Europa y también en España, caso de la estación de metro Bank, en Londres, el desmantelamiento de la central nuclear de Garoña o la construcción de la que será la futura base logística del Ejército de Tierra.
La metodología BIM aporta “un plus de calidad” a cualquier proceso constructivo, aglutinando en un software específico toda la información de todos los especialistas que intervienen en el diseño y la ejecución de un proyecto.
De esta manera, es capaz de realizar un modelado 3D “fidedigno” de lo que será, en este caso, el Parque Eólico del Escudo, “anticipándose a posibles problemas o desajustes entre las diferentes capas con las que cuenta un proyecto tan complejo”.
Pero además de anticipar un “gemelo digital” de lo que será una estructura física, mediante esta tecnología se procesa e interrelaciona un volumen de información “ingente” -decenas de miles de documentos-, de manera que los profesionales experimentan una mejora de la experiencia de trabajo en lo que tiene que ver con la gestión de la información.
Así, la utilización de la metodología BIM es “una garantía para respaldar el paso a paso, de la idea proyectada a la ejecución efectiva, evitando errores, ahorrando costes y tiempo y facilitando, en definitiva, que todo el proceso de construcción se desarrolle sin incidentes y cumpliendo rigurosamente con las medidas establecidas para minimizar su impacto”.
La adopción de esta metodología es una apuesta más de Biocantaber para dotar al Parque Eólico de El Escudo de la tecnología más innovadora, como ya hizo en la elección del modelo de aerogeneradores, “modernos y de gran potencia”, que permitirán “producir más energía instalando menos máquinas y reduciendo la ocupación de suelo”.
PARQUE DE EL ESCUDO
La instalación ha sido diseñada para producir anualmente 453.600 MWh, con los que se podrá abastecer a unos 49.000 hogares, al tiempo que se evita la emisión de 113.400 toneladas/año de CO2, una cifra equivalente a la acción de la fotosíntesis de aproximadamente de 5,5 millones de árboles.
Está previsto que este proyecto tenga un impacto económico de aproximadamente un millón de euros al año en concepto de medidas sociales, impuestos y cánones en los municipios donde se asienta: Campoo de Yuso, San Miguel de Aguayo, Molledo y Luena.
El pasado mes de agosto la empresa ya firmó un acuerdo con el Ayuntamiento de Molledo en el que se recoge una batería de iniciativas en este sentido, encaminadas a mejorar la calidad de vida de los vecinos y fomentar el desarrollo del municipio.
Así, habrá bonificaciones en el consumo de energía de hasta el 60%, se destinarán recursos económicos para la rehabilitación del centro cultural de Molledo, con un presupuesto aproximado de 45.000 euros, y se destinarán anualmente 60.000 euros para el mantenimiento de infraestructuras municipales y actividades sociales, ya sea de apoyo al sector ganadero, las personas mayores, con discapacidad y los niños censados en el municipio, entre otras medidas.
PARQUE DE CAÑONERAS
Iberdrola y el grupo cántabro Ocyener, socios en El Escudo, llevan años explotando el único parque eólico en funcionamiento de Cantabria, el de Cañoneras.
Desde su puesta en marcha, han abonado al Ayuntamiento de Soba y las Juntas Vecinales implicadas más de 4 millones de euros solo en alquileres y licencias municipales.
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