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SANTANDER, 17 (EUROPA PRESS)
El acusado del doble crimen de Liaño, por el asesinato en diciembre de 2021 de su hasta entonces pareja y el bebé de ambos, de once meses, solo quería saber de su hija si se moría: “Es lo único que quiero, que se muera”.
Además, el hombre, único investigado en esta causa y que se enfrenta a prisión permanente revisable, había amenazado también a la mujer, con expresiones como “no dejo de ti ni las huellas”.
Estas y otras frases se desprenden de los audios que el procesado, José R., y la víctima, se intercambiaron por WhatsApp desde sus respectivos teléfonos, contenido que fue extraído tras los hechos y que se ha reproducido este lunes, en la sexta sesión del juicio con jurado en la Audiencia Provincial de Cantabria.
En esos mensajes, en torno a medio centenar cruzados durante los últimos meses, se han podido escuchar múltiples insultos del enjuiciado a la pequeña, a la que se refería como “cosa”, “basura”, “mongólica” o “retrasada mental”, y el “asco” y “odio” que sentía hacía ella.
También reproches a la madre, que en opinión del hombre no tenía “ni idea” de cómo cuidar a la menor, y otros en los que culpabilizaba a ella en particular y a todas las mujeres en general de su estado y su situación.
“Voy a ir ahora a Santander y voy a empezar a matar gente. Lo que va a pasar ahora lo has conseguido tú”, advertía José R. a su pareja, a la que espetaba a continuación: “Sois todas iguales” y “con vosotras no se puede: habéis podido conmigo entre todas”.
Mientras, en los audios de la víctima -que mes y medio antes de lo ocurrido había denunciado a José R. por violencia de género, lo que desembocó en una orden de alejamiento que quebrantó ese día dos veces- se pone de manifiesto que tras ese episodio le perdonó por “pena”.
Así, retomaron la convivencia pero volvieron las amenazas -como darle con “un hacha entre ojo y ojo”-, y destacan también los ruegos de la madre al padre para que no hablara mal de su hija y dejara de insultarla: “Ella no ha hecho nada. No descargues con ella lo que han hecho otras. Ella me incumbe mucho: es parte de mí, es mi segunda parte, soy yo”.
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