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El acusado de cometer abusos a una joven después de una fiesta en su residencia se niega a declarar y ella reafirma la denuncia

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Varios amigos de la víctima han testificado que les relató que había sido “violada” y el juicio sigue el miércoles con las periciales

SANTANDER, 21 (EUROPA PRESS)

El acusado de abusar sexualmente de una joven que había acudido a su casa a una celebración se ha acogido a su derecho a no declarar en el juicio contra él, que ha comenzado este martes en la Audiencia Provincial de Cantabria, y en el que la víctima, que ha testificado a puerta cerrada, se ha reafirmado en la denuncia.

En la vista, que se celebra en la Sección Primera hasta este miércoles, han comparecido además los testigos, la mayoría amigos entonces de denunciante y denunciado, y que han indicado que después de lo sucedido, y de que abandonara la vivienda, la joven les refirió que había sido violada, también a su quien era su novio, al que se lo comunicó “llorando y angustiada” y que la acompañó a denunciar.

Asimismo, ha sido citada la hermana del procesado, que se enfrenta a cuatro años de cárcel que pide para él la fiscal, y que ha relatado que tras los hechos denunciados, que sucedieron en noviembre de 2018, halló a su hermano “llorando” en la habitación donde supuestamente habían tenido lugar.

Según el escrito del ministerio público, el chico subió a su habitación con la víctima y una amiga para “fumar unos porros y continuar bebiendo”, extremo que ha corroborado esta segunda chica, que después, ya de madrugada, regresó a dormir al garaje, donde esa noche se había celebrado el cumpleaños de la hermana del enjuiciado.

De acuerdo con su versión, no habían planeado ir a esa fiesta, a la que ambas chicas acudieron con otro amigo. Así, fue algo que surgió “sobre la marcha”, por lo que no recuerda que llevaran pijama -con el que según la acusación pública se visitó la víctima, cuando se acostó y durmió en la cama del investigado-.

Situación esta última que ha corroborado la testigo, que ha recordado que la denunciante se echó y tapó en la cama del denunciado, y estaba con los ojos cerrados aunque no sabe “si dormida del todo” cuando ella se fue del dormitorio.

Por la mañana, cuando se despertaron los que pasaron la noche en el garaje vieron que la víctima se había salido de todos los grupos de WhatsApp que compartían, algo que les extrañó, por lo que la llamaron pero no les cogió el teléfono. Sí lo hizo una amiga de ella, para decirles que estaba “bien”.

Entre tanto, la hermana del acusado subió a la habitación, donde le encontró “llorando”, y más tarde contó a los otros amigos que el procesado le había dicho que había mantenido relaciones sexuales con la víctima, pero sin especificar si eran consentidas o no.

Ante esto, trataron de localizar a la joven, con la que finalmente contactaron cuando se encontraba en el Hospital Valdecilla acompañada de otro chico, que les manifestó que habían “abusado” de ella.

EN LA CALLE, EN PIJAMA Y CON SUS COSAS EN LA MANO

Este amigo acudió a buscarla en coche después de recibir una llamada suya, y la encontró “angustiada” en la calle, “vestida con pijama y un chaquetón por encima”, con “todas sus cosas” en la mano, y que empezó a “llorar” nada más entrar en el vehículo.

Según le relató, la habían “violado” mientras ella estaba “durmiendo” y especificó al respecto que “se despertó” porque “notó” al acusado “en sus genitales”.

Tiempo después, la propia joven relató a sus amigos que la noche en cuestión, cuando “estaba quedándose dormida, se despertó”, porque el procesado estaba “encima” de ella, bajándole los pantalones, y que “notó la punta (del pene)”.

Acerca de este hecho, la Fiscalía sostiene en su informe provisional que el acusado, “sin que conste empleo de violencia alguna” pero tampoco la “anuencia” de la joven, que estaba “dormida boca abajo”, introdujo su pene en la vagina de ella, que se despertó y consiguió que se apartara, “retirándole, sin que él se opusiera”.

Concluye así que fue un delito de abuso sexual con penetración, por el que también pide seis años de prohibición de comunicar y acercarse a la víctima, e indemnización de 5.000 euros por los daños morales -cuantía que la acusación particular eleva a 6.000 euros-. La defensa entiende que es una denuncia falsa.

SE DUCHÓ Y CAMBIÓ DE ROPA EN CASA DE OTRA AMIGA

Finalmente, otra testigo que ha declarado este martes y que también ayudó y acompañó a la víctima a poner la denuncia ha indicado que esa mañana estuvo en su casa, adonde llegó “en pijama y con una bolsa”, y después se “duchó” y cambió de ropa.

En la sesión también han testificado, a petición de la defensa, dos guardias civiles que se encargaron de recoger muestras de ADNy enviarlas al laboratorio, y que han señalado que no realizaron al acusado pruebas de alcohol o drogas ni tampoco inspección ocular en la vivienda.

El juicio continuará este miércoles con las pruebas periciales, conclusiones e informes.


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