La vicepresidenta valora los primeros resultados del proyecto ‘Pteridium’ cuyo objetivo es controlar la expansión de esta especie y evitar incendios forestales
La vicepresidenta regional y consejera de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social, Eva Díaz Tezanos, ha asegurado hoy que existe “un potencial de mercado” del helecho común como producto aplicado a la investigación y producción de nuevas alternativas de origen natural para el control y manejo de plagas.
Así lo ha concluido Díaz Tezanos durante la presentación del balance de resultados del proyecto ‘Pteridium’, una iniciativa de la Mancomunidad de Municipios Sostenibles que cuenta con la participación del Gobierno de Cantabria, a través del Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA), y que pretende controlar la expansión del helecho común en la Comunidad para evitar incendios forestales, a la vez que aprovechar posteriormente uno de sus principios activos, la ecdisona, como insecticida biológico. “Es el principal revulsivo para la obtención y comercialización de un producto económicamente rentable y ecológicamente probado”, ha opinado la vicepresidenta.
Durante su intervención, ha subrayado la “importante” perspectiva de oportunidades de este proyecto, dadas las tendencias que “hemos detectado” en el mercado de necesidades de producción de la agricultura a nivel mundial; la demanda del mercado y los cambios en la cadena de producción; la importancia de los biopesticidas dentro de las estrategias de los grandes líderes del mercado; el hecho de que la legislación nacional e internacional esté alineada con el uso de biopesticidas, y la capacidad de las nuevas tecnologías de crear nuevos desarrollos.
La vicepresidenta ha mostrado su satisfacción por el buen balance de resultados cosechados por el proyecto y que va en la línea del propósito del Gobierno de Cantabria de promover una economía basada en el conocimiento y en la capacidad tecnológica, e impulsar una inversión “potente” en el desarrollo de la I+D+i, y el capital humano, en su opinión, “dos activos fundamentales”.
En este sentido, ha insistido en la importancia de “innovar, investigar, formar y crear conocimiento para poder competir en una sociedad y en una economía global como la actual”. Además, ha confiado en que los resultados de este proyecto servirán para abrir nuevas expectativas para afrontar los retos universales de “hacer frente al cambio climático y promover una transición hacia una economía circular, sin residuos”.
Díaz Tezanos ha recordado que esta iniciativa, que cuenta con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica, a través de la Fundación Biodiversidad y el CIMA, responde a la necesidad de afrontar el problema del cambio climático, que “estamos obligados a contemplarlo como una preocupación prioritaria de toda la sociedad y de este Gobierno”.
Asimismo, ha reiterado la utilidad de este proyecto para controlar una especie de marcado carácter propagador del fuego; impulsar una actividad preventiva capaz de generar puestos de trabajo ante la posibilidad de obtener un producto comercializable, y apostar abiertamente por la economía circular, propiciando el residuo cero y aprovechando los subproductos sin extracción de nuevos recursos naturales.
La también consejera de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social ha agradecido el apoyo de la asociación cultural Bosques de Cantabria, “por ser los primeros impulsores de la idea”, a la Universidad de Cantabria, por elaborar un estudio de mercado, y al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a través del IBBTEC, por realizar trabajos de laboratorio.
53.000 euros de inversión
El proyecto, con un presupuesto de más de 53.000 euros, cuenta también con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, y de los ayuntamientos de Colindres y Liendo, que han cedido las dos parcelas de dos hectáreas cada una.
El proyecto experimental comenzó con la primera eliminación de helechos en dos parcelas de Colindres y Liendo para ser posteriormente analizados en los laboratorios del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (IBBTEC)-que también colabora en la iniciativa-, junto a una segunda fase de eliminación controlada que se ha llevado a cabo en esas mismas parcelas este verano, cuando se han recogido los primeros análisis de los estudios.
El resultado del desbroce y trituración de los helechos ha concluido que en los sectores de las parcelas más desbrozados la biomasa se ha reducido de manera considerable con el fin de impedir la reaparición del material inflamable.
Posteriormente, se han extraído distintos tipos de muestras de la planta para cuantificar una elevada concentración de la edicsona, una biomolécula con capacidad insecticida e inocuidad en vertebrados, plantas y otros organismos.
La fase de laboratorio, que se ha llevado a cabo en las instalaciones del IBBTEC, ha servido para analizar la biodisponibilidad y actividad biológica del proyecto, concluyendo que el mayor contenido de ecdisteroides se encuentra localizado en las frondes del helecho. Además, en los ensayos de actividad antialimentaria se ha observado una correlación entre el contenido en ecdisteroides y la actividad antialimentaria frente a los insectos más sensibles a estos extractos.
Resultados optimistas
El acto de presentación también ha contado con la presencia del presidente de la Mancomunidad de Municipios Sostenibles de Cantabria, Javier Incera; el presidente de la asociación cultural Bosques de Cantabria, Clemente Rasines; los científicos del IBBTEC, Albert Radell y Fuencisla Pilar, y el director de la Unidad de Desarrollo Empresarial y Bioincubadora del IBBTC, Luis Miguel Lozano. También han estado presentes el director general del CIMA, Jesús García, y la directora general de Universidades e Investigación, Marta Domingo.
El presidente de la Mancomunidad de Municipios Sostenibles, Javier Incera, ha considerado este proyecto “el más importante que hemos tutelado” y que “es una demostración importante del trabajo colaborativo de muchos, y, sobre todo, de pequeños ayuntamientos unidos en una mancomunidad”.
Por su parte, el presidente de la asociación cultural Bosques de Cantabria, Clemente Rasines, ha mostrado su satisfacción por los resultados cosechados porque, “aunque no son concluyentes, son indicios de que la hipótesis de partida planteada es la correcta”.
Finalmente, el director de la Unidad de Desarrollo Empresarial y Bioincubadora del IBBTC, Luis Miguel Lozano, ha señalado que se han sentado las bases para un estudio posterior de la mano de algún ente industrial que “permita marcar las líneas de actuación para llevar este producto al mercado”.
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