La incidencia en el Principado se sitúa en la media de los países más avanzados de Europa y es ligeramente superior a la del conjunto del país, al igual que ocurre con el resto de las comunidades autónomas de la Cornisa Cantábrica y Cataluña. Para seguir conteniendo la enfermedad es preciso una detección temprana, un seguimiento intensivo de los casos y un estudio riguroso de las personas que mantienen contacto con las personas infectadas. Los factores de riesgo más frecuentes son el tabaquismo, la diabetes y el contacto con otros enfermos de tuberculosis
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