El 18,5% de los mayores de 65 años se declara diabético y el 25% de los afectados de entre 40 y 64 admite que esta patología limita sus capacidades para la vida diaria. Sanidad recuerda, con motivo del día mundial de la enfermedad, que la actividad física diaria y una alimentación saludable son básicas para prevenirla
La prevalencia de la diabetes entre la población asturiana se ha elevado del 5,4% al 8,5% en menos de una década, concretamente desde 2008 hasta 2017, año en el que se llevó a cabo la IV Encuesta de Salud. La encuesta, que se presentará en los próximos días, refleja que el 8,6% de los varones y el 8,4% de las mujeres aseguran padecer esta patología. Los porcentajes se incrementan de modo significativo con la edad, hasta el punto que entre los mayores de 65 años, el 18,5% de la población se declara diabético. Esta patología limita las actividades de la vida diaria en el 19,1% de los varones y el 28,2% de las mujeres que la padecen, especialmente en el grupo de edad de 40 a 64 años, que ven mermadas sus capacidades en un 26,8%, y entre los mayores de 65, a quienes condiciona en el 25,6% de los casos. Estos datos se corresponden con los de una población en la que 4 de cada 10 personas solo hacen ejercicio físico ocasionalmente (40,9%) y una de cada tres no lo practica nunca (33,4%). Por eso, coincidiendo con el Día Mundial de la Diabetes, que se conmemora hoy, la Consejería de Sanidad recuerda la importancia de realizar actividad física regularmente y seguir una dieta sana y equilibrada para prevenir o retrasar la aparición de esta enfermedad. La prevención primaria de la diabetes actúa sobre los factores de riesgo modificables – aquellos relacionados, por ejemplo, con el entorno físico, el socioeconómico, los factores personales y de conducta-, lo que conlleva el control de parámetros como la tensión arterial, la obesidad, las dislipemias (altos niveles de lípidos), o la glucemia (presencia de azúcar en sangre), etcétera. En consecuencia, estas actuaciones disminuyen la tasa de incidencia de la enfermedad y sus complicaciones. El control de los factores cardiovasculares puede reducir hasta en un 50% la aparición de complicaciones micro y macrovasculares y también rebaja la mortalidad por todas las causas. Para combatir la diabetes es preciso luchar contra la obesidad y el sedentarismo y dedicar, como mínimo, 30 minutos a practicar una actividad regular de intensidad moderada al menos cinco días a la semana. Además, es necesario seguir una dieta saludable, que incluya entre tres y cinco raciones diarias de frutas y hortalizas, consumir regularmente legumbres y evitar azúcares y grasas saturadas. ¿Qué es la diabetes? La diabetes es una alteración que impide que el organismo aproveche adecuadamente los hidratos de carbonos (azúcares), lo que implica multitud de trastornos. Se trata de una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el cuerpo no la utiliza de manera eficaz. En Asturias, constan como diabéticas 74.425 personas. Por sexo, hay más hombres (52,2%) que mujeres (47,8%) y la frecuencia relativa también es mayor entre los varones. El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 20 fallecimientos en el mundo es atribuible a la diabetes, una proporción que se eleva a uno de cada 10 entre personas de 35 a 64 años. En España, es la quinta causa de muerte, por detrás de enfermedades cardiovasculares, tumores, accidentes y patologías respiratorias crónicas. Además, es el primer motivo de inclusión de pacientes en programas de tratamiento sustitutivo renal, así como de ceguera en adultos y de amputaciones no traumáticas de miembros inferiores. También multiplica la posibilidad de cardiopatía isquémica y trombosis cerebral.
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