Las victimas son en ambos casos mujeres de avanzada edad
GIJÓN, 3 (EUROPA PRESS)
Agentes de la Policía Nacional adscritos a la Brigada de Policía Judicial investigan dos denuncias de estafa interpuestas en la Comisaría de Gijón los pasados martes y miércoles.
En ambos casos las víctimas son mujeres de avanzada edad y los hechos se cometieron en las inmediaciones del Centro Comercial ‘Los Fresnos’, según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa.
La primera de ellas tuvo lugar el pasado martes, sobre las 11.30 horas, cuando la víctima, una mujer de 75 años, fue abordada en la vía pública por un hombre de entre 30 y 40 años, complexión normal, pelo corto, moreno y 170 centímetros de altura aproximadamente y que parecía tener algún tipo de discapacidad.
El varón empezó a abrazarla, a la vez que le mostraba lo que parecían fajos de billetes de 20 y 50 euros que tenía en una bandolera, llegando a romper alguno de ellos en su presencia.
Al tiempo, explicó a su víctima que le querían quitar el dinero pero que él se lo quería dar a los pobres. En ese instante apareció en escena una chica, de unos 30 años de edad, delgada, rubia con pelo largo y sobre 160 centímetros de altura, la cual se ofreció para intermediar, llamando a supuestamente un abogado que se presentó a los pocos minutos.
El falso letrado era un hombre de unos 40 años de edad, complexión normal, pelo moreno y 175 centímetros de estatura aproximadamente. Estas personas convencieron a la victima que había que ganarse primero la confianza del supuesto discapacitado, mostrarle que ellos también tenían dinero y que no le querían quitar el suyo.
La acompañaron entonces, primero al domicilio donde cogieron las joyas que tenía y luego a una entidad bancaria donde sacó de la cartilla la cantidad de 3.000 euros. Ya con el dinero y las joyas, todos subidos en un coche blanco tipo SUV del que se desconocen más datos, el supuesto discapacitado alegó que tiene hambre y sed,encargando a la victima que se baje del vehículo a comprar algo de comer y beber, dejando allí las joyas y el dinero. Para cuando salió del bar con la compra, no estaba ya ni el vehículo ni las personas se encontraban allí.
En cuanto al segundo de los casos, ocurrido este pasado miércoles, a la misma hora y en la misma zona, se acercó a la víctima, de 77 años de edad, un hombre de complexión normal, pelo corto castaño, barba de unos días y 180 centímetros de estatura aproximadamente, preguntando por alguna oficina donde se pudieran cobrar unos décimos premiados.
En ese mismo momento entró en escena un segundo hombre, de complexión más gruesa y algo más bajo que el anterior, que se ofreció a ayudar. El primer hombre decía que no quería los décimos, llegando el segundo hombre a un acuerdo con la víctima de darle dinero por ellos.
Fue entonces cuando se subieron los tres en un coche azul, sin más datos del mismo, llevando a la mujer a su casa por la cartilla del banco.
Posteriormente, el segundo hombre en escena hizo el paripé de ir a buscar cierta cantidad de dinero y a continuación llevaron a la mujer a su banco, donde sacó la cantidad de 15.000 euros en ventanilla y otros 3.000 euros en el cajero con la tarjeta. Al margen de ello, volvieron al domicilio de esta, donde subió ella en compañía del segundo hombre, al que entregó otros 2.800 euros en efectivo y las joyas de valor que tenía.
Ya en el coche de nuevo en dirección a cobrar los décimos, el primero de los hombres indicó que necesitaba comer algo para poder tomar unas pastillas. Bajó entonces la víctima del coche a comprar un bocadillo en un bar, y al salir, como el caso anterior, ya no estaba el coche.
La Policía, con base a estas descripciones facilitadas por las víctimas, tratan de identificar a los posibles autores de este tipo de estafas.
Desde la Comisaría gijonesa se ha explicado que suelen ser personas especialistas, que habitualmente pertenecen a grupos familiares itinerantes dedicados a la comisión de este tipo de delitos por todo el territorio nacional.
En lo que va de año, en Gijón se han interpuesto nueve denuncias por este tipo de timos, incluidas estas dos últimas. En casi todos los supuestos, la descripción de los autores es similar y la puesta en escena es casi idéntica.
Además, en ocasiones la vergüenza que siente la víctima ante estos hechos le lleva a no denunciar o a hacerlo días después, lo que complica la investigación. Las víctimas, asimismo, suelen ser personas mayores.
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