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Intervención del consejero de presidencia y participación ciudadana, Guillermo Martínez

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Acto institucional Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Mi agradecimiento al Ayuntamiento de Pravia y a su alcalde por su compromiso al acoger este año el acto institucional de celebración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con el que expresamos nuestra firme convicción de repulsa a la desigualdad y a las diferentes formas de maltrato, acoso, abuso y vulneración de los derechos fundamentales de las mujeres. El año 2018 nos ha enfrentado de nuevo con la cara más dramática del machismo y la desigualdad. Por este motivo, mis primeras palabras han de dirigirse a recordar a las 44 mujeres asesinadas en España durante este año, tres de ellas en Asturias (Paz Fernández Borrego; Maribel Fuente Antuña; y Yésica Menéndez), a las que hemos querido visibilizar y recordar con estas 44 sillas vacías que dan testimonio de la brutalidad de sus crímenes. Tampoco podemos olvidar a los y a las menores testigos de situaciones de maltrato y víctimas también de la violencia de género, sobre todo a los 27 niños y niñas asesinados en nuestro país en los últimos seis años, entre las que figuran Amets y Sara, las dos hijas de Bárbara García asesinadas por su padre en esta comarca en el año 2014. La celebración de esta jornada debe servirnos, una vez más, para alzar nuestras voces con más fuerza que nunca, para denunciar la falta de libertad y seguridad que sufren cada día millones de mujeres en todo el mundo. También, para reconocer la enorme labor desarrollada por el conjunto de profesionales que día a día trabajan en todos los ámbitos con las víctimas de violencia de género en Asturias, y a las asociaciones de mujeres por su compromiso y apoyo incondicional. ‘No hay pero que valga. Sólo Sí es Sí’es el lema de la campaña institucional para este 25 de Noviembre, con el que queremos poner el foco en la violencia sexual y en la necesidad de articular una respuesta integral frente a todas aquellas situaciones de transgresión de los derechos a la libertad e indemnidad sexual de las mujeres. Es un reto lograr un sistema integral de respuesta para las víctimas de las diferentes violencias, y la lucha contra violencia sexual es el foco de acción actual del Gobierno. En septiembre poníamos los pilares frente a estos comportamientos con el Protocolo Contra la Violencia Sexual. La hemos contextualizado, hemos definido sus diferentes formas, puesto el enfoque en la diversidad de las víctimas y rotulado la importancia irrenunciable del consentimiento. Agresiones, insinuaciones de carácter sexual no deseadas, acoso, abuso, violencia expresada a través de situaciones de trata y matrimonios forzados ponen de manifiesto la amplia y compleja realidad de un fenómeno sobre el que hemos querido incidir este año desde el Gobierno del Principado de Asturias. Una realidad en muchas ocasiones invisible y más habitual de lo que pudiéramos pensar, si nos atenemos a las cifras oficiales sobre criminalidad, que reflejan la existencia de más de 33.000 denuncias contra la libertad e indemnidad sexual en menos de tres años en España, 4.000 de ellas agresiones sexuales. En Asturias, las fuerzas y cuerpos de seguridad tuvieron conocimiento de la comisión de 455 denuncias por acoso, abusos y otras acciones tipificadas como delitos en el Código Penal entre el 1 de enero de 2016 y el 30 de septiembre de 2018, un periodo en el que 50 mujeres denunciaron haber sido víctimas de violación en nuestra Comunidad Autónomas. Estas cifras ponen de manifiesto la dimensión de la violencia sexual en nuestra sociedad y hacen necesario el desarrollo de las medidas que desde el Gobierno de Asturias hemos articulado en torno al Protocolo contra la Violencia Sexual en el Principado, un programa al que este mismo año destinamos 1,3 millones de euros procedentes del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Más de un millón de euros dirigidos, por un lado, a reforzar los programas de formación para los y las profesionales del ámbito sanitario, la educación y la justicia a través del Instituto Adolfo Posada para garantizar que puedan ofrecer respuestas personalizadas y adaptadas a las diferentes violencias y a la diversidad de mujeres. También a la creación de espacios seguros libres de violencia y al impulso de las acciones de sensibilización en el ámbito educativo, con la inclusión progresiva de contenidos específicos en el currículum académico. En relación a este último, en este ejercicio se ha incluido una asignatura optativa en materia de igualdad y se ha diseñado una nueva asignatura denominada ‘Sexualidades’,que ya se está impartiendo en algunos centros de Primaria. Asimismo, entre las acciones previstas figura la extensión de la campaña institucional frente a las violencias sexuales a otros formatos con especial atención al transporte, y también promoveremos programas de divulgación y sensibilización de la población a través de la Radio Televisión del Principado de Asturias. Finalmente, vamos a priorizar la mejora de los sistemas de apoyo a las víctimas a fin de continuar acercando los recursos al territorio, y en nuestra planificación a corto plazo contemplamos el refuerzo de los Centros Asesores de la Mujer con la incorporación, en el año 2019, de psicólogas especialistas en violencia sexual. En este punto, quiero trasladar un reconocimiento expreso a las profesionales que día a día trabajan con las víctimas desde este servicio público tan importante para las mujeres que sufren maltrato y violencia y para el seguimiento de las órdenes de protección. Cabe recordar que este Protocolo formaba parte de los compromisos asumidos en la hoja de ruta del Pacto Social contra la Violencia sobre las Mujeres del Principado de Asturias, y también estaba recogido en el II Plan Estratégico de Igualdad, por lo que desde el Gobierno hemos dado cumplimiento a ambas obligaciones. Para afrontar esta realidad no partimos de cero porque en el ámbito sanitario ya disponíamos de un procedimiento de intervención ante víctimas de agresiones sexuales. Ahora, ampliamos esa respuesta desde nuevos enfoques que nos van permitir desarrollar mecanismos de intervención inmediata en el momento de las agresiones y pautas de acción en materia preventiva para abordar las causas y los orígenes de la violencia sexual, ofreciendo orientaciones a los y las profesionales para garantizar una correcta respuesta a las víctimas desde el mismo momento de la presentación de la denuncia. Respondemos, por tanto, a una violencia derivada de la situación de desigualdad entre mujeres y hombres arraigada todavía profundamente en nuestra sociedad, fruto de una aceptación social que normaliza como asumibles situaciones que en modo alguno deben ser permitidas. Estereotipos y convenciones sociales que hemos de prevenir, detectar y aislar porque como señala la catedrática de Filosofía Moral y Política de la UNED, Amelia Valcárcel, “el telón se ha levantado porque la vergüenza ya no carga en las espaldas de las mujeres como antes. Muchas han cogido gusto a la libertad, que también consiste en que no te importunen, y han decidido creer en ella”. Un reto que exige responsabilidades y propuestas concretas, compromisos individuales y colectivos que promuevan definitivamente el cambio de una estructura social y económica en la que las mujeres han estado ausentes e invisibles durante décadas. A la consecución de ese objetivo contribuyen sin duda el Protocolo contra la Violencia Sexual, el Pacto contra la Violencia sobre las Mujeres y otras herramientas y recursos puestos en marcha en los últimos años en Asturias con el impulso y la colaboración del movimiento feminista, de las fuerzas y cuerpos de seguridad, de jueces, fiscales y de los colegios de abogados y abogadas del Principado, y de los y las profesiones de la Red de Casas de Acogida y de los Centros Asesores de la Mujer. Nuestra aspiración no es lograr una sociedad perfecta pero sí libre de violencia de género y de desigualdad porque en palabras de la antropóloga mexicana Marcela Lagarde “la violencia es la imposición totalitaria de la desigualdad”. Por este motivo, este 25 de Noviembre nos exige mantener un compromiso activo como ciudadanos y ciudadanas para acompañar en todo momento a las mujeres que deciden levantar la voz y denunciar a los violentos y a los acosadores. Muchas gracias.


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