ZARAGOZA, 24 (EUROPA PRESS)
La Semana Santa es una de las festividades más señaladas del año en muchos pueblos de la provincia de Zaragoza y no sólo por la devoción religiosa, sino porque la tradición y la costumbre se mezclan con el patrimonio y la gastronomía en un ritual que forma parte de la identidad de sus habitantes y que ofrece numerosos atractivos para los visitantes. Por este motivo, las celebraciones en diez municipios zaragozanos están declaradas Fiesta de Interés Turístico de Aragón por su singularidad y notoriedad, además de la de la capital, que es de Interés Turístico Internacional.
Así, las calles de Ateca, Ariza, Calatayud, Caspe, Ejea de los Caballeros, Pinseque, Tarazona, Tauste, Torrijo de la Cañada y Used se llenarán los próximos días de cofradías, pasos, tambores, bombos, túnicas, capirotes y terceroles en las distintas procesiones de esta Semana Santa.
UN ESQUELETO HUMANO Y UN ÁNGEL
La celebración de la Semana Santa de Ateca se remonta al siglo XVI y es de las más antiguas de Aragón. El acto principal es la procesión del Santo Entierro, que se realiza el Viernes Santo y que saca a las calles de la localidad más de 40 escenas bíblicas.
Destacan también el pregón y la procesión del Encuentro. Entre los pasos más genuinos se encuentra el de ‘La muerte’, un esqueleto humano auténtico que salió por primera vez en 1661, y el ‘Cristo de la cuna’, una obra del siglo XVII de Bernardino Vililla.
Una de las festividades declaradas de interés turístico más recientemente, en 2022, es la Bajada del Ángel de la Semana Santa de Ariza, que se celebra en la medianoche del Sábado de Gloria al Domingo de Resurrección.
Tiene su origen en 1902 y se trata de una tradición única en Aragón, ya que sólo se realiza en seis localidades de toda España, con un ángel que recita una poesía para transmitirle un mensaje a la Virgen para anunciarle la resurrección de su hijo.
PROCESIONES DEL SIGLO XV Y DE INSPIRACIÓN CASTELLANA
La Semana Santa de Calatayud es de las primeras en ser declarada de interés turístico de Aragón, en 1994, y está compuesta por diversos actos y procesiones que alcanzan su punto álgido el Viernes Santo, cuando desde la iglesia de San Juan el Real parte la antiquísima procesión del Santo Entierro, que data del siglo XV.
En esta gran manifestación popular de fe participan 24 pasos procesionales de los siglos XVII al XX portados por las 12 cofradías o hermandades penitenciales, con más de 300 personajes del Antiguo y Nuevo Testamento. Además, en la plaza de España se celebra el auto sacramental del entierro de Cristo.
En el caso de Caspe, al contrario que en sus localidades vecinas del Bajo Aragón Histórico, su Semana Santa recuerda a las castellanas, más sobrias y planificadas, con unos estrictos protocolos.
Muchas de sus cofradías se fundan en los años 40, aunque otras, como la Veracruz, ya estaba activa en el siglo XVIII, si bien ligada a otro tipo de actos.
TAMBORES, BOMBOS Y SOLDADOS ROMANOS
La Semana Santa de Ejea de los Caballeros recibe el reconocimiento en 2015 por su originalidad y por ser elemento fundamental en la tradición popular del municipio, ya que viene celebrándose desde el siglo XVI, cuando se crean las primeas cofradías.
A lo largo de toda la semana, destacan el concurso de tambores y bombos, el pregón o las procesiones, en las que participan unos 1.600 cofrades de las nueve hermandades de la localidad.
La Cofrafía de la Santa Cama del Señor y Dolores de Nuestra Señora, creada en 1940, es la encargada de organizar la Semana Santa de Pinseque, en la que jóvenes ataviados como soldados romanos custodian el Cristo Yacente realizando cambios de guardia cada media hora con un toque de tambores.
La Santa Cama, que es el paso principal, es un Cristo yacente realizado por la escuela de Olot.
PROCESIONES EN TARAZONA Y TAUSTE
En Tarazona, destaca la belleza de sus pasos procesionales recorriendo las intrincadas calles de la ciudad, lo que atrae a cientos de vecinos y visitantes.
La Semana Santa turiasonense es conocida por su gran originalidad y diversidad de sus actos, de los que el más espectacular es la procesión del Santo Entierro, en la que participan todas las cofradías en la tarde del Viernes Santo.
En cuanto a Tauste, su Semana Santa data de 1589, con la llegada de los franciscanos a la villa, y cuenta con diversas tradiciones que la diferencian de otras celebraciones, como la procesión de los Siete Dolores de la Virgen María, la de la Burreta, la del Encuentro o la presencia de Longinos.
Asimismo, también sobresalen otros actos como la rompida de la hora, la vela nocturna y el cambio de guardia de los judíos en la ermita del Sepulcro.
EL ‘ABAJAMIENTO’ DE TORRIJO DE LA CAÑADA
La Semana Santa de Torrijo de la Cañada es otra de las primeras en ser declaradas de interés turístico regional, en 1997. Su representación comienza el Viernes Santo con la lectura de la Pasión, un momento de silencio que se rompe con la irrupción en el templo de la guardia romana.
A continuación, tienen lugar el vía crucis por las calles y la crucifixión en la plaza, protagonizada por el impresionante Cristo articulado. Tras la muerte, la representación vuelve a la iglesia y luego es el momento del ‘abajamiento’, que da paso a la procesión del Santo Entierro. La tradición sigue al día siguiente con la celebración del Sábado de Gloria.
Por último, las procesiones empiezan a recorrer las calles de Used en 1911 y regresan en 2007, después de dejar de realizarse a mediados de siglo.
En su origen, era un gran acontecimiento para el pueblo y para el resto de municipios de la zona, en especial por la compañía de soldados romanos, así como la gran cantidad de personajes que intervienen, lo que le vale la declaración de fiesta de interés turístico de Aragón en 2017.
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