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La Alfranca estrena una ampliación para atender al doble de animales silvestres heridos, muchos de ellos por colisiones

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ZARAGOZA, 18 (EUROPA PRESS)

El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca, ubicado en el municipio zaragozano de Pastriz, estrena nuevas instalaciones, en las que el Gobierno de Aragón ha invertido 1,5 millones de euros para ampliar en un 24% su superficie, en un momento en el que se ha duplicado la llegada de animales enfermos, el 80% aves y, en su mayoría, accidentadas por colisiones con aerogeneradores.

El consejero de Medio Ambiente y Turismo del Ejecutivo autonómico, Manuel Blasco, ha visitado este martes las nuevas instalaciones, que son “dignas de uno de los mejores centros que hay en España”, que lleva ya “muchos años” trabajando en la recuperación de especies protegidas y tenía unas dependencias “un poco obsoletas”.

La responsable del Centro, Esther Ginés, ha subrayado que la ampliación, que va a suponer “un cambio radical”, era “necesaria” porque en los últimos cuatro años se han duplicado los ingresos. Así, cuando hasta 2019 no superaban los 3.000 ejemplares al año, ahora llegan unos 6.000, a los que hay que sumar aquellos que no están catalogados como protegidos, que están en torno a los 1.500.

De ellos, la mitad de las llegadas en los últimos cuatro años se debe a muertes por colisiones y un 75% de ellas se producen en los parques eólicos. La segunda causa más habitual son las electrocuciones, que también arrojan “un porcentaje bastante elevados”.

Ginés ha explicado que los análisis que realizan a estas especies, principalmente aves rapaces, permiten una mejor planificación de los parques eólicos, así como exigir medidas preventivas para que no se produzcan estas colisiones o para aislar los tendidos eléctricos.

Además, no sólo se ingresan animales enfermos o heridos, sino todos los que se encuentran el medio natural, también los muertos, porque “es muy importante saber las causas que han producido esa muerte” para intentar prevenirla.

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La responsable del centro ha afirmado que, en años de “mucho calor”, se podían producir hasta 18 ingresos al día, y que ahora algunos días se han llegado a juntar 500 pollos, por lo que se han sentido “desbordados”.

PROGRAMA DE RECUPERACIÓN DEL MILANO REAL

El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca mantiene también una colonia de en torno a 150 milanos reales, que llegan por diferentes causas y que han permitido crear “un stock reproductor” que se empezó a formar en 2006 y cuyas primeras crías nacieron en 2011.

Desde entonces, se han obtenido 140 pollos de milano real que han sido puestos en libertad en el medio natural, 109 en Aragón y 33 donados a otras comunidades autónomas, en especial a Andalucía.

Este ‘stock’ está formado en la actualidad por unos 30 ejemplares, con los que llegan a formar hasta ocho parejas, que con la ampliación se podrían aumentar hasta las 16, lo que significaría “duplicar la crianza y la reproducción del milano real en Aragón”.

Los nuevos espacios, procedentes de la rehabilitación de dos naves agrícolas, se destinarán a la incubación, cría, revisión veterinaria, vuelo y reproducción del milano real. En concreto, la ampliación permitirá duplicar el programa de cría en cautividad del milano real y comenzar con otro dedicado al cernícalo primilla.

En la nueva nave de cría se han construido estancias específicas para el personal del centro –oficina, sala de video vigilancia de los parques de vuelo y cría, baños– y espacios para la cría de especies, con sala de incubadoras y nacimientos, sala de crianza artificial, sala de alimentación, quirófano y revisiones veterinarias, sala de ovoscopias, cocina y almacén.

Con las obras se han creado también un parque de vuelo para el milano real, dos primillares, ocho jaulas de cría para el milano real y dos parques de vuelo adicionales, para pequeñas rapaces y para primeros vuelos.

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Asimismo, este centro tiene también proyectos de colaboración con otras comunidades autónomas, especialmente las del sur peninsular, que están sufriendo “un descenso radical” de estas especies, y también van a trabajar para su recuperación en algunos parques nacionales de Italia.

CRÍA EN CAUTIVIDAD

Esther Ginés ha diferenciado entre los animales que ingresan enfermos, que deben permanecer aislados porque son salvajes y tienen “muchísimo miedo a la gente”, de la cría en cautividad, en la que, por ejemplo, las rapaces son “muy territoriales” en las épocas de reproducción y también “se ponen muy nerviosas porque defienden su territorio”.

Del mismo modo, ha señalado que les interesa que las crías que nazcan en el centro “no estén acostumbradas a la gente”, que sean realmente “animales viables en el medio natural”. Una vez liberados, gracias a un programa de monitorización, han visto que estos ejemplares “viven, se alimentan y se han llegado a reproducir en la naturaleza”. “Se comportan como animales nacidos en el medio natural, que en el fondo es el objetivo de un proyecto de cría en cautividad”, ha remarcado.

De ese 80%, “la gran mayoría son rapaces” y la especie con más entradas es, “con diferencia”, el buitre leonado, donde 700 ejemplares ingresados el año pasado, un número que ha calificado como “bastante preocupante”. Tras ellos, se sitúan el milano negro, el milano real, el cernícalo primilla y rapaces nocturas como el búho real, el autillo o los mochuelos, que llegan sobre todo en verano.

También es significativo el número de cigüeñas –325 ingresos anuales– o la llegada de especies más escasas como el buitre negro o, incluso, el ingreso de dos ibis eremitas debido a disparos.

VENCEJOS O AVIONES LLEGAN EN VERANO

En la época estival abundan los ingresos de pequeños pájaros como las calandrias, los vencejos, los aviones o las golondrinas, ya que suelen saltar de sus nidos y, cuando lo hacen, sus padres ya no se hacen cargo de las crías.

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En cuanto a los mamíferos, menos abundantes ya que tienden a esconderse cuando están heridos o enfermos, por lo que muchos llegan muertos, destacan las especies más sensibles a los atropellos, como el tejón, la nutria o la garduña.

No obstante, el grupo más grande de mamíferos en La Alfranca es el de los murciélagos, que suponen el 90% y llegan heridos por colisión contra aerogeneradores. Los más habituales son el murciélago de Cabrera y el murciélago enano.

Ya de forma más esporádica, llegan reptiles y anfibios, sobre todo tortugas que no son endógenas u otras autóctonas, como el caso de un galápago leproso –unas de las dos especies de galápagos que tienen su hábitat en España– al que le han tenido que reconstruir el caparazón tras un atropello.

Por su parte, el director general de Medio Natural, Alfonso Calvo, ha reivindicado el centro de La Alfranca como “pionero y de referencia no sólamente en España, sino en prácticamente toda Europa” y ha detallado que se ha creado un centro funcional para la hospitalización y para la recuperación de animales.

De igual forma, las instalaciones también albergan especies procedentes de terrenos colindantes que, en un momento dado, necesitan ayuda y, en la mayoría de los casos, vuelven a introducirse en su medio.

Calvo ha destacado que el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre no sólo va a servir para que estos animales puedan recuperarse, sino también para exportar material genético de estas especies a otros lugares.

El 70% de los animales atendidos proceden de la provincia de Zaragoza, con un total de 4.012 ingresos, mientras que 944 llegan de Teruel y 765, de Huesca. Se han recibido también ejemplares de Navarra, Lérida, Valencia, Soria, La Rioja y Castellón.


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