FUENTES CLARAS (TERUEL), 18 (EUROPA PRESS)
La Fundación Hispania Nostra ha incluido esta semana a la Casa Grande de Fuentes Claras (Teruel) en su lista roja de patrimonio amenazado de desaparición ante el riesgo que comporta para la estructura general del edificio el estado de abandono de una de sus partes, en manos particulares.
La organización explica que La Casa Grande es el ejemplo más destacado de arquitectura civil de la población por encima incluso del propio Ayuntamiento. La mitad del edificio en manos municipales considera que está “adecuadamente reparada” y se mantiene “en buen estado”, pero es la estructura general la que corre peligro ante la escasa atención de la otra mitad, que únicamente se somete a las reparaciones puntuales e imprescindibles que establece la ley.
“Esta situación se ha agravado últimamente, lo que hace urgente encontrar una solución que satisfaga a todas las partes y permita actuar integralmente en el edificio para evitar su derrumbe”, exponen abiertamente desde Hispania Nostra.
El edificio, declarado Monumento de Interés Local desde 2008 a iniciativa del Ayuntamiento, se encuentra actualmente vacío y deshabitado. A principios de siglo, el ayuntamiento de Fuentes Claras compró una de las mitades y parte de sus terrenos adyacentes, lo que permitió reparar su estructura y arreglar la cubierta, además de abrir una plaza pública que hoy es el nuevo centro neurálgico de la población.
Desde Hispania Nostra apuntan que queda pendiente adquirir la segunda mitad del inmueble, lo que hasta ahora ha sido imposible por la oposición de los herederos. Ese paso permitiría rehabilitar íntegramente el edificio cuando pase a ser enteramente de titularidad pública y darle un uso público como casa de cultura o museo, recuperando su distribución externa original. Tampoco descartan que acabe siendo destinado a albergar las futuras dependencias del consistorio de la localidad turolense, dado que es más grande, céntrico y monumental que el actual.
Posiblemente construida por la familia noble de los Ibáñez Cuevas, dueños de extensas propiedades en la población durante el siglo XVIII. En 1770 pertenecía a Joaquín Cavero y Pueyo, conde de Sobradiel. Desde el siglo XIX, fue perdiendo su carácter y hacia 1915, fue dividido en dos mitades, rompiendo la distribución interior y exterior. Fue cegado el portal principal y se abrieron dos puertas laterales que, además, obligaron a tapiar los balcones de la planta noble.
Lo mismo sucedió con los ventanales del primer piso. “Actualmente presenta un aspecto asimétrico y desordenado, aunque la distribución original todavía es identificable y recuperable. El escudo del portal principal fue picado, por lo que resulta imposible identificar al linaje que representó”, detalla la organización. En cuanto al patrimonio mueble de su interior, Hispania Nostra detalla que “se perdió y se desconoce su paradero”.
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