HUESCA, 11 (EUROPA PRESS)
El Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (SPEIS) han hecho un llamamiento a los propietarios de viviendas con chimenea para que las revisen y pongan a punto, ya se convierten en el origen de muchos sucesos durante el invierno.
Las chimeneas son un elemento fundamental en muchas viviendas del medio rural, y su uso se intensifica con la llegada del frío, y más en un año como el actual, en el que se han encarecido las materias primas, han apuntado desde la Diputación Provincial de Huesca (DPH).
“El objetivo es mejorar la seguridad de la población y reducir el riesgo de estos fuegos”, ha explicado el jefe del SPEIS, Óscar Aguarta. La probabilidad de que se origine un incendio crece, “como en todos los sistemas productores de calor, si no se mantienen, utilizan y aíslan correctamente”.
Así, ha recordado que cada año estos sistemas provocan numerosos fuegos que podrían evitarse siguiendo una serie de sencillos pasos, centrados en el mantenimiento y uso adecuado. En 2021, el SPEIS realizó en torno a 60 intervenciones por fuegos originados en chimeneas, desde pequeños incendios hasta grandes, como el que calcinó seis apartamentos en Campo.
En cuanto al mantenimiento periódico, resulta fundamental limpiar las paredes del conducto de escape o tiro de la chimenea, pues allí se depositan los aerosoles que destila la madera al arder. Al acumularse crean una costra que, si adquiere cierto grosor, se puede poner incandescente y arder.
Es importante deshollinarla cada año si se utiliza a diario durante la época de frío. Si el uso es ocasional, se recomienda realizar esta limpieza cada dos o tres años.
En cuanto al uso adecuado, el SPEIS recuerda que debe evitarse la sobrecarga de leña, pues una emisión de calor excesivo aumenta el riesgo de generar un foco de ignición en algún punto del tiro. El roble, encina o haya, maderas secas y duras, generan menos costra alquitranada y tienen mayor poder calorífico que maderas húmedas o blandas, como pino y el chopo.
Además, es importante crear una zona de seguridad junto a la chimenea, evitando colocar material combustible como muebles o ropa húmeda a menos de dos metros del fuego, así como mantener una ventilación constante de la estancia, pues la combustión consume oxígeno y el nivel de monóxido de carbono puede aumentar peligrosamente. También han incidido en la importancia apagar por completo el fuego.
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