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El número 31 de las Cartillas Turolenses del IET revisa momentos históricos de la ingeniería en la provincia

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TERUEL, 18 (EUROPA PRESS)

El Instituto de Estudios Turolenses (IET) de la Diputación de Teruel ha publicado el número 31 de la colección divulgativa Cartillas Turolenses, titulado Ingeniería en Teruel: momentos relevantes, que ha sido coordinado por Inmaculada Plaza y que cuenta con textos de media docena de autores.

La publicación se presenta este martes, a las 19.30 horas, en el salón de actos del Museo Provincial de Teruel. El germen del trigésimo primer libro está en un ciclo de conferencias que propuso la dirección anterior del IET. La buena respuesta que la iniciativa tuvo por parte del público motivó a volcar esos conocimientos en una cartilla.

En este ejemplar han participado los profesores y consejeros científicos del IET Javier Ibáñez y Mariano Ubé; los profesores José Carrasquer y Sergio Fernández; la doctora Beatriz Carrasquer y la catedrática y directora del IET, Inmaculada Plaza, quien, además, se ha encargado de coordinar este último trabajo.

A lo largo de casi 60 páginas, los seis docentes e investigadores exponen cómo la ingeniería ha impactado global y socialmente en la provincia de Teruel. En concreto, el contenido se estructura en cuatro partes, cada una de las cuales coincide con uno de los periodos históricos en los que se produjeron las innovaciones tecnológicas más relevantes.

En el primer apartado, ‘El Acueducto de los Arcos y sus precedentes turolenses’, Ibáñez escribe sobre la construcción del acueducto-viaducto que el arquitecto e ingeniero Pierres Vedel ideó para salvar el obstáculo del barranco de los Arcos y poder suministrar agua a la capital turolense, puesto que el abastecimiento a partir de los grandes aljibes era deficiente.

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Esta obra de ingeniería hidráulica, considerada como una de las más importantes del Renacimiento español, tuvo varios precursores: un acueducto romano que transportaba agua desde Albarracín hasta Cella; los acueductos medievales de La Puebla de Valverde, Las Lomas de Castellote, Alcalá de la Selva y Camarillas –el precedente más próximo al Acueducto de los Arcos– o la acequia-acueducto medieval de Olba.

LA ELECTRICIDAD EN TERUEL

En la segunda sección, ‘La electricidad en Teruel, sus comienzos’, Carrasquer y Carrasquer Álvarez cuentan que la electrificación llegó a Teruel en los últimos 20 años del siglo XIX, gracias al establecimiento de pequeñas centrales hidráulicas. El 1 de septiembre del año 1889 se inauguró oficialmente la luz eléctrica en Teruel, tras el encendido de una farola en el centro de la plaza.

En la tercera parte de la Cartilla Turolense 31, ‘El paso de la industria artesana a las fábricas en la provincia de Teruel’, Fernández explica que antes de la aparición de las fábricas, a finales del siglo XVIII, la producción era casi artesanal, con pequeñas instalaciones industriales con máquinas manuales sin fuentes de energía.

También hubo producciones semiindustrializadas en el Maestrazgo, como los productos textiles confeccionados con lana de oveja en La Iglesuela del Cid, los sombreros fabricados con fieltro o con pelo de conejo en Tronchón o los elementos agrícolas y ganaderos hechos con esparto en La Cuba.

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La fábrica de papel continuo de Villarluengo, a mediados del siglo XVIII, fue la primera instalación fabril de la provincia. Equipada con una tecnología novedosa, los recursos naturales comenzaron a usarse igual que en la actualidad.

La fábrica de papel se reconvirtió en fábrica textil, se amplió y aparecieron otras más pequeñas, como la de Montoro de Mezquita. El papel pasó a producirse alrededor de los ríos Matarraña y Ulldemó para beneficiarse de la calidad de sus aguas.

La llegada de la electricidad, a finales del siglo XIX, posibilitó la conversión de los molinos harineros en fábricas harineras, la creación de factorías madereras o la elaboración de productos populares, como el queso, el jamón o el embutido, de modo industrial.

La entrada en la Comunidad Económica Europea, en el año 1986, provocó que aparecieran industrias manufactureras independientes de los recursos naturales.

En el cuarto y último bloque de la cartilla, ‘Hacia dónde avanza la ingeniería. Mirando a nuestros estudiantes’, Ubé y Plaza hablan sobre la Escuela Universitaria Politécnica de Teruel (EUPT). Cuándo se creó, qué graduados se imparten desde el establecimiento del Espacio Europeo de Educación Superior o la implantación de la modalidad semipresencial de GIEA.

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Asimismo, muestran la relación de las empresas turolenses, zaragozanas y oscenses que han acogido alumnado para realizar sus prácticas profesionales y otras entidades con las que la EUPT ha firmado acuerdos de colaboración sobre programas de prácticas u ofertas de empleo.

Los titulados comienzan su desarrollo profesional con cualificación académica total tras la exposición y defensa de su Trabajo de Fin de Estudios. Los frutos de estos proyectos de investigación han sido aplicaciones que han calado, sobre todo, en el sector sanitario, universitario e industrial, tal y como recogen los autores en una tabla con los campos de utilización.

DESDE 1986

La colección Cartillas Turolenses nació en el año 1986. Durante estos 39 años, se han publicado un total de 43 títulos, entre los 31 ordinarios y los 12 extraordinarios. Con esta iniciativa se pretendió complementar la línea de investigación científica que había seguido mayoritariamente el IET.

La serie inició una labor formativa en la que diferentes expertos han ido abordando los temas clave de Teruel y su provincia con un vocabulario fácil y actual, sin olvidad el rigor y la profundidad, convirtiéndose en un material práctico y directo para conocer mejor nuestra tierra.

La gran cantidad de ilustraciones a color, así como los encartes con diapositivas, postales, planos o puntos de libros que incluye su diseño aumentan su atractivo.


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