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Celaya firma un concierto con trece entidades sociales para la rehabilitación de los pacientes con trastorno mental grave

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“En este nuevo modelo asistencial de rehabilitación y reinserción la importancia recae en las necesidades individuales del paciente”, ha indicado el consejero de Sanidad


El consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, ha firmado hoy el concierto de Salud Mental para la rehabilitación psicosocial y laboral de los pacientes con trastorno mental grave en Aragón con las trece entidades sin ánimo de lucro que se integran en el Acuerdo de Acción Concertada de carácter múltiple de Servicios Sanitarios y Convenios de Vinculación con Entidades Públicas y Entidades sin Ánimo de Lucro.

“Se trata de un nuevo modelo asistencial en la rehabilitación y reinserción de los pacientes con trastornos de salud mental grave, en el que la importancia recae sobre el paciente, sobre sus necesidades individuales, sobre “el traje a medida” que los profesionales diseñan en función de su situación clínica y social”, ha señalado Celaya.

“La base de este nuevo modelo es la organización de la asistencia a partir de los Procesos de Rehabilitación. Para cada usuario se diseña un itinerario, que podrá englobar el paso por distintos recursos. Según su progreso, el itinerario se irá adaptando, de tal manera que la atención a la Salud Mental en supuestos de trastorno mental grave se concibe como una atención dinámica y ajustada a las necesidades del paciente en cada momento”, ha añadido el consejero de Sanidad.

Las entidades firmantes de este concierto son: 2 A Vía Acompañamiento Terapéutico, ASAPME Bajo Aragón, ASAPME Huesca, ASAPME Teruel, ASAPME Zaragoza, Cáritas Diocesana de Zaragoza, Ejea Sociedad Cooperativa, Fundación Adunare, Fundación Agustín Serrate, Fundación La Caridad, Fundación Ramón Rey Ardid, Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, y Punto de Apoyo y Rehabilitación Psicosocial Comunitaria.

Gestión de casos de manera transversal

De esta forma se materializa uno de los puntos que establece el Plan de Salud Mental de Aragón 2017-2021, en el que se plantea tanto la gestión de los casos de trastorno mental grave en adultos dentro de un programa transversal que integre los servicios prestados por diferentes recursos existentes en la comunidad, de forma coordinada y sinérgica, estableciendo un plan terapéutico individualizado, consensuado y unificado; como los procesos de rehabilitación que den respuesta a las necesidades de rehabilitación e inserción psicosocial y laboral del paciente.

A través de este concierto, las entidades firmantes se harán cargo de los pacientes derivados para su inserción en tareas, actividades y programas rehabilitadores, que correspondan a su proceso de rehabilitación, en los centros, equipos y situaciones que, en función de las necesidades del paciente podrán ser: centro de día, centro de inserción laboral, equipo de apoyo social comunitario, piso supervisado, residencia de salud mental, domicilio del paciente o aquellos otros ámbitos en los que precise acompañamiento en tareas de su vida cotidiana.

El acuerdo estima que el número de procesos de rehabilitación si situarán anualmente en unos 450 los de baja intensidad y unos 200 los de la alta intensidad. En cuanto al número estimado de procesos de rehabilitación e inserción psicosocial y laboral y/o alojamiento supervisado, que se conciertan en cada sector sanitario, son 139 pisos supervisados y 45 plazas de residencia supervisada.

El concierto firmado hoy tiene una duración de cuatro años y supone una inversión anual por parte del Departamento de Sanidad de más de 5.8 millones de euros anuales. Además, para la gestión de los procesos y la coordinación entre las entidades y ellas con la Administración, el acuerdo establece un modelo en el que prima la transparencia a través de un sistema informático donde se irá alojando la información del paciente, de los recursos en los que participa y su evolución. “En virtud de este concierto se garantiza la atención integral y la continuidad asistencial de los usuarios de Salud Mental, facilitando que el tratamiento sea flexible y ajustable a su evolución. En definitiva, adaptar el sistema a las personas, y no las personas, al sistema”, ha concluido Celaya.

 


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