ZARAGOZA/ LOGROÑO, 5 (EUROPA PRESS)
La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) insta a las Administraciones Públicas a acelerar e intensificar las tareas de control de mosca negra en los cauces de los ríos para evitar la oleada de plaga de mosca negra prevista en caso de no tomarse las medidas oportunas.
Algunos de los principales ríos sobre los que habitualmente se establece esta plaga son el Duero, Ebro, Guadalquivir, Guadiana, Júcar y Segura, por lo que las zonas más afectadas son algunas de las principales comunidades del territorio español como Madrid, Cataluña, Aragón, Valencia, Murcia y La Rioja.
“Es solo una mosca” es una frase que ha perdido todo el sentido desde hace unos años, cuando la mosca negra se ha hecho fuerte en nuestro país hasta llegar a disputarle el primer puesto al mosquito tigre en la lista de los insectos más temidos del verano.
La mosca negra es una especie endémica en España. Sin embargo, su expansión ha sufrido una aceleración exponencial en los últimos años, y cada vez son más las personas afectadas por su mordedura que acuden a los centros de salud de ciudades y pueblos de toda la Península.
Y es que la mosca negra, al contrario de lo que pudiera pensarse, no pica, sino que muerde. Así lo ha explicado el director general de ANECPLA, Jorge Galván: “el problema fundamental de este insecto es que no pica, sino que muerde en forma de sierra, generando una herida de consideración importante y pudiendo dar lugar a infecciones y reacciones alérgicas muy alarmantes, que en algunos casos pueden incluso llegar a requerir hospitalización”.
El proceso es el siguiente: por su consideración de hematófaga, la mosca negra necesita consumir sangre para cumplir con su ciclo vital. Al carecer de aguijón, este insecto muerde, rasgando la piel de sus víctimas con sus mandíbulas para poder extraer la sangre.
Con este gesto aprovecha para inocular una pequeña dosis de anestésico, que le permitirá trabajar tranquilamente sin que el individuo afectado se dé cuenta durante hasta 5 minutos. El efecto final se traduce en una roncha de varios centímetros que suele incluso sangrar, acompañada de una elevada hinchazón que puede llegar a durar hasta un mes.
En caso de sufrir la mordedura de este insecto, se recomienda aplicarse hielo para bajar la inflamación o aplicarse una pomada con un corticoide suave y acudir al centro de salud más cercano e informar del caso para evitar un empeoramiento de la reacción. Y, por supuesto, no rascarse, ya que esto podría empeorar la herida o incluso infectarla.
EN AUMENTO
Pero, ¿por qué está aumentando la población de mosca negra en España? El presidente de ANECPLA, Sergio Monge, ha señalado sin duda a dos factores clave que están provocando esta circunstancia: “el cambio climático y la globalización”.
Y como única solución al problema ha hecho un llamamiento urgente a las instituciones ya que “la única manera que tenemos de evitar una plaga descontrolada de esta especie es que las Administraciones Públicas vuelquen todos sus esfuerzos en su control mediante campañas preventivas previas a los meses de más calor, que es el momento idóneo además para aplicar los tratamientos larvicidas, que son los más efectivos por cuanto que combaten la plaga desde los estadios más primarios del desarrollo de los individuos y además son los más inocuos tanto para el resto de especies como para las propias personas”.
Y es que la mosca negra, si bien por el momento no ejerce como vector transmisor de enfermedades en nuestro país. No ocurre igual en otras latitudes del mundo como, por ejemplo, el África subsahariana, Brasil o Venezuela, donde la mosca negra es transmisora de graves enfermedades infecciosas como la oncocercosis, también conocida como ‘ceguera de los ríos’.
Por ello, Monge ha alertado de que “es vital que estemos alerta ante este riesgo porque, de no controlarlo adecuadamente, podemos estar en los prolegómenos de un importante problema de salud pública en nuestro país”.
ANECPLA ha señalado el ejemplo de Madrid como paradigma de buena gestión: el Ayuntamiento de la capital redujo en un 87% las larvas de mosca negra en el río Manzanares gracias a su campaña de 2020, según datos de Madrid Salud.
En la actualidad, las regiones españolas más afectadas por la presencia de mosca negra son Andalucía, Aragón, Cataluña, Madrid, Murcia y Valencia, donde este insecto autóctono de unos 6 milímetros de longitud ha crecido hasta cifras nunca vistas, debido fundamentalmente al aumento de las temperaturas de los últimos años.
“Las altas temperaturas son uno de los factores principales para que se produzca un pico en el volumen de población de mosca negra”, ha indicado el director general de ANECPLA, Jorge Galván. “Su ciclo de vida, que puede completarse desde unos días hasta varios meses, puede llegar a reducirse a la mitad cuando hace mucho calor”.
CONSEJOS
A diferencia de otros insectos voladores, la mosca negra actúa por el día y es capaz de introducirse bajo las prendas y alcanzar la piel para conseguir su propósito.
ANECPLA recomienda vestirse con ropa clara, sin colores demasiado llamativos que puedan atraer a los enjambres; evitar pasear por el curso de los ríos o zonas cercanas a los mismos, especialmente a última hora de la tarde; instalar mosquiteras en puertas y ventanas en las zonas de riesgo; evitar la acumulación de agua en el exterior de la vivienda y mantener cubiertos los depósitos de agua; controlar los desagües; utilizar repelentes certificados y contactar con profesionales
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