La Fiscalía reclama once años y medio de prisión para el encartado y la víctima le identifica en la primera sesión del juicio
SEVILLA, 11 (EUROPA PRESS)
La Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla ha comenzado este lunes un juicio promovido contra un varón, para el cual la Fiscalía pide once años y medio de prisión, por disparar presuntamente con un arma de fuego en un merendero de los pinares de Aznalcázar, alcanzado en el tórax a un varón de 33 años.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, recogido por Europa Press, los hechos se remontan a la tarde del 15 de mayo de 2021 y acontecieron en un merendero de los pinares de Aznalcázar hasta donde llegó el inculpado, G.V.G., en un coche en el que viajaba en el asiento del copiloto. En dicho lugar, según la Fiscalía, se produjo “una discusión” entre el acusado y quienes viajaban con él en el coche; y unas personas que celebraban una convivencia en el merendero, al entender estas últimas que los primeros habían realizado maniobras “peligrosas” con su vehículo.
Según la Fiscalía, el inculpado y sus acompañantes abandonaron el pinar pero regresaron poco después al citado merendero de nuevo en el coche, marco en el que cuando el mismo se aproximaba al grupo de personas con el que el acusado y sus amigados habían tenido la discusión, G.V.G. “sacó un arma de fuego que llevaba escondida” y en una actuación de la cual no eran “partícipes” sus amigos, “realizó cuatro disparos desde la ventanilla del copiloto” hacia el mencionado grupo de personas, alcanzando de un balazo a un varón de 33 años.
Más al detalle, el impacto de bala le alcanzó en el pulmón izquierdo, lo que le ocasionó una hemorragia, un neumotórax, hemotórax y laceraciones diversas, siendo hospitalizado durante tres días, toda vez que el proyectil no le fue finalmente extirpado al considerar los médicos que su “asimilación” por su organismo era lo mejor para garantizar su salud.
PETICIÓN DE CÁRCEL
Dado el caso, la Fiscalía achaca a G.V.G. un presunto delito de asesinato en grado de tentativa por el que reclama para él diez años de cárcel y un supuesto delito de tenencia ilícita de arma por el que solicita otro año y medio más de cárcel.
Durante el juicio iniciado este lunes contra el acusado en la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla ha sido acordado que G.V.G. declare no al comienzo del mismo sino al final, tras la consumación de las pruebas testificales y periciales, con lo que la vista ha comenzado con la comparecencia del varón alcanzado por el balazo.
Este hombre ha ratificado que el coche en el que viajaba supuestamente como copiloto el inculpado realizó maniobras “peligrosas” en la zona del merendero de los pinares de Aznalcázar, como “trompos” y giros, con riesgo de atropello para su hijo de sólo tres años de edad; exponiendo que el coche, un turismo modelo SEAT León de color negro, arrolló a su padre y el mismo se sirvió después de un “palo” para hacer “estallar” una de las lunas del vehículo.
En ese lance, según ha dicho, pudo ver la cara al descubierto del copiloto. “Me quedé con su cara”, ha manifestado, exponiendo que tras el altercado, el mencionado vehículo se marchó pero regresó unos “20 minutos” después, momento en el que desde el asiento del copiloto, el mismo, cubierto con “capucha y mascarilla”, comenzó a disparar efectuando “cuatro o cinco disparos”, uno de los cuales le alcanzó en el tórax.
“CENTRADO EN CORRER Y EN LOS DISPAROS”
Sobre ese momento, ha reconocido que dada la situación, estaba “centrado en correr y en los disparos”, exponiendo que principalmente vio las “llamaradas” de los mismos.
Días después de salir del hospital, según su relato, bajo la puerta de la vivienda de su familia alguien deslizó un sobre que contenía “cuatro fotos” de dos personas y datos personales presumiblemente asociados a tales personas, lo que le ha llevado a manifestar que al ver las instantáneas le “pareció” que uno de ellos era el copiloto del coche en cuestión, trasladando así las fotos a la Guardia Civil.
Más tarde, en una rueda de reconocimiento, según su narración, en la que le fue mostrado G.V.G. junto con otros hombres, al ver al ahora acusado le “pareció” que era el copiloto del SEAT León Negro, aunque en su testimonio ha precisado que entonces no lo hizo con toda seguridad y no manifestó plenamente que se trataba de esa persona.
Fue en una segunda ocasión, esta vez mediante videoconferencia y con la posibilidad de ampliar las imágenes, cuando según su relato sí identificó plenamente a G.V.G. como el copiloto del vehículo desde el cual fueron efectuados los disparos. Es más, en la propia sesión del juicio, este hombre ha identificado al acusado como el copiloto del vehículo en cuestión.
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