Las agentes dicen que “se encargaba de que no les faltara una copa de lo que fuera” y propiciaba que bebiesen más alcohol “de la cuenta”
SEVILLA, 27 (EUROPA PRESS)
La Audiencia Nacional ha iniciado este lunes el juicio promovido contra un guía turístico sevillano acusado de tres presuntos delitos de agresión sexual sobre el mismo número de estudiantes estadounidenses en viajes a Marruecos y Portugal, testificando las agentes de la Policía Nacional encargadas de investigar el asunto que el inculpado “agasajaba” a las víctimas y les invitaba a alcohol, para ganarse su “confianza” antes de proponer “juegos de connotación sexual”.
En concreto, en el comienzo del juicio, el acusado, Manuel Gerardo B.V., responsable de la empresa “Discover Excursion”, cuya sede social coincide con la de la sociedad mercantil “Voodoo Travel”, de la que era administrador y socio único; ha solicitado declarar al final de la sesión, una vez celebradas las pruebas testificales y periciales, extremo que ha aceptado el tribunal.
Esta primera sesión del juicio ha incluido además la lectura de parte de los escritos de acusación, destacando el de la Fiscalía, según la cual en el caso de la primera denunciante, una joven estadounidense de viaje en Marruecos en una excursión promovida por la empresa del acusado, “la última noche antes de regresar a España, el 2 de noviembre de 2013, en un hotel de Tánger, el procesado se acercó” a tres jóvenes miembros de la expedición con las que la victima compartía habitación, “quienes se encontraban en la terraza del hotel tomando una cerveza”.
Según el Ministerio Fiscal, el procesado “les sugirió tomar champán en su habitación, a lo que aquellas accedieron” y, una vez en el dormitorio que compartían las jóvenes, el procesado encargó champán al servicio de habitaciones, sirviéndoles él mismo las copas”; tras lo cual “les desafió a quitarse sus camisetas, a lo que aquellas rehusaron”.
A continuación, según el Ministerio Fiscal, el inculpado, presuntamente, “se despojó de su ropa, salvo la interior”, mientras la víctima “se empezó a sentir muy cansada y se quedó dormida mientras sus amigas hablaban con el procesado”.
PRESUNTA VIOLACIÓN EN EL BAÑO
“Al despertar, se encontraba sola en la habitación y se dirigió al baño”, donde habría visto “a sus amigas en la ducha en camiseta con el procesado en ropa interior”, indica la Fiscalía, exponiendo que después, cuando la víctima pudo al fin entrar al baño, el acusado, presuntamente, “entró en el aseo” y la agredió sexualmente de manera muy grave; toda vez que la joven se despertó después “con heridas en las rodillas, con el convencimiento de haber sido drogada y sodomizada”, a cuenta del dolor que sentía en partes de su cuerpo.
La Fiscalía agrega que a principios de 2018, en la Universidad de Florida, la joven “mencionó lo que le había sucedido en su viaje a Marruecos en 2013 y, mientras narraba los hechos, dos de las asistentes relataron que en un viaje con la misma agencia en el verano de 2017 habían sufrido una experiencia similar por parte del procesado”, lo que “fue el detonante que la llevó a denunciar los hechos ante el Cónsul General de España en Miami”.
En concreto, y siempre según la Fiscalía, estas dos otras jóvenes alumnas americanas del Centro Florida State University de Valencia viajaron del 26 al 28 de mayo de 2017 a Lagos (Portugal) con la empresa del acusado, quien la madrugada del 28 de mayo “les obsequió con tiques de bebidas en un bar y les animó a asistir a una fiesta en su habitación” de hotel; donde “les preguntó si se podía poner más cómodo, quitándose los pantalones, quedándose en ropa interior”.
“El procesado les comenzó a preguntar sobre sus experiencias sexuales y les preguntó, como si fuera un reto, si besaban a su guía turístico. Ambas lo besaron en la mejilla y ante su insistencia, le dieron un beso superficial en los labios”, incluye el relato de la Fiscalía, agregando que el inculpado les “propuso un baile más sexual, encima de él, a lo que ambas se negaron”; como también se negaron a su petición de que “se quitaran los pantalones”.
Pese a ello, según la Fiscalía, el inculpado, “con ánimo libidinoso, sujetó presuntamente a una de ellas de su mano derecha y a otra de la izquierda, inmovilizándolas en un rincón de la habitación” y, mientras ellas intentaban zafarse y manifestaban que querían marcharse, él aludía que se “había puesto a tono”; reclamando a una de las chicas “que le diera un beso, besándola y cogiendo la mano que le sujetaba” para posarla sobre sus genitales.
“SIMILITUD” DE HECHOS Y PERFILES
Con relación a ello, este primer día del juicio han testificado varias agentes de la Policía Nacional encargadas de investigar el asunto, entre ellas la jefa operativa de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), quienes han destacado que las denunciantes del caso aluden ha hechos “similares en un porcentaje muy alto”, coincidiendo además en su perfil de jóvenes “estudiantes americanas” que estaban finalizando su periodo académico en España.
Aunque eran mayores de edad, según ha precisado la jefa de la UFAM, “eran jóvenes, casi niñas en un país extranjero” y el acusado, como promotor de los viajes y guía turístico, “era mayor que ellas, se erigía como protector, les ofrecía seguridad y ellas confiaban” en él.
Una vez el acusado se ganaba “la confianza” de las chicas, según la jefa de la UFAM, el inculpado “se encargaba de que no les faltara una copa de lo que fuera” y propiciaba que bebiesen más alcohol “de la cuenta”. “Solían beber gratis. Él se encargaba de pedirles las copas, de facilitarles la bebida” y de “facilitarles el camino” hacia el estado de embriaguez, ha dicho esta investigadora; rememorando que la primera denunciante manifestó que el inculpado “podría haberle echado algo en la bebida”.
Otra de las investigadoras ha dicho que el inculpado promovía desde su empresa “un turismo barato, fomentando las salidas” nocturnas y el “abuso de alcohol”, alzándose como “líder” al superar en unos diez años la edad de las jóvenes, que rondaban los 20 años. “Creaba un clima de confianza, las agasajaba. Las llevaba a reservados e invitaba a copas y ellas se sentían confiadas”, ha expuesto, describiendo los comportamientos previos a los “juegos de connotación sexual” del inculpado, mientras animaba supuestamente a las víctimas “a que siguieran bebiendo”, hasta alcanzar estados de “semi inconsciencia”.
“ALTAS CANTIDADES” DE ALCOHOL
Al punto, esta agente ha precisado que para llegar a ese estado, en el caso de chicas jóvenes con la complexión física de las denunciantes, “no es necesario combinar con alguna otra sustancia”, sino que basta con “altas cantidades” de alcohol. “Algunas de ellas dicen que no entienden cómo llegaron a esta situación e intentan buscar sus propias conclusiones”, ha indicado.
El Ministerio Público atribuye al guía turístico acusado un presunto delito de agresión sexual, de violación, y dos supuestos delitos de abusos sexuales, actualmente tres delitos de agresión sexual de diferente tipificación; reclamando para él un total de nueve años de prisión, seis años de prohibición de acercarse a la primera víctima o comunicarse con ella, un año de la misma prohibición con relación a cada una de las dos víctimas posteriores y ocho años de inhabilitación para la profesión de guía turístico; así como que indemnice con 40.000 euros a la primera víctima y con 1.500 euros a cada una de las dos restantes.
La acusación particular ejercida por las víctimas esgrime la misma tipificación penal, pero reclama para el inculpado un total de 23 años de prisión, así como una indemnización de 600.000 euros para la primera joven y de 150.000 euros cada una de las dos siguientes.
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