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Tribunales.- El fiscal ratifica su petición de 25 años para el acusado de asesinar a su tía discapacitada

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SEVILLA, 7 (EUROPA PRESS)

Este miércoles ha finalizado en la Audiencia de Sevilla el juicio con jurado popular iniciado el pasado lunes contra Francisco Manuel Prados Bernardinos, el acusado de asesinar a su tía en mayo de 2021 en la vivienda de esta última en Sevilla capital, una última sesión en la que el fiscal ha ratificado su petición inicial de 25 años de prisión por un presunto delito de asesinato, mientras la defensa del encartado ha solicitado once años por un delito de homicidio con las atenuantes de actuación bajo los efectos de sustancias tóxicas y de confesión.

La última sesión del juicio contra este varón acusado de asesinar a la exesposa de su tío, de 67 años y conocida como “Cuqui”, quien sufría una enfermedad degenerativa y precisaba de silla de ruedas para desplazarse, teniendo reconocido un 86 por ciento de minusvalía y padeciendo además trastornos psicóticos; ha contado con las declaraciones de diferentes peritos, como dos agentes del laboratorio genético de la Policía Científica o un perito del Instituto de Toxicología.

Este último ha explicado que la muestra de cabello del acusado analizada en la investigación, prueba realizada el 30 de agosto de 2021 y cuyos resultados abarcan los cinco meses previos a esa fecha, reflejan un resultado negativo en el consumo “habitual” de drogas como cocaína, heroína o cannabis; si bien dicha prueba no detecta los consumos “esporádicos o puntuales” de tales sustancias, sino sólo el consumo habitual de los mencionados tóxicos.

Después de que el acusado admitiese que estranguló a la mujer hasta matarla porque la misma le tenía “de los nervios” y él estaba “borracho” tras beber “nueve o diez litros” de cerveza esa jornada porque es “alcohólico desde los 19 años”, según su tesis; este perito ha manifestado que no fue posible aplicar la citada prueba toxicológica al consumo de alcohol “por falta de muestras”, es decir porque no contaba con “suficiente” cabello del inculpado para realizar el muestreo con relación al consumo de alcohol.

“SITUACIÓN PSIQUIÁTRICA TOTALMENTE NORMAL”

También ha comparecido una especialista forense del Instituto de Medicina Legal que se entrevistó con el encartado 48 horas después del crimen, cometido la noche del 26 de mayo de 2021 o a primera hora de la madrugada del día 27, exponiendo que en la conversación, Francisco Manuel Prados Bernardinos “estaba perfectamente orientado, consciente y con una situación psiquiátrica totalmente normal”, desplegando un discurso “coherente”.

Ante la aseveración del inculpado de que cometió el crimen “borracho”, esta especialista ha explicado que en dicha entrevista, el mismo relató el transcurso la jornada y los hechos “hora por hora”, avisando de que una intoxicación etílica provoca en términos generales “una falta de recuerdos” respecto a los acontecimientos. Al punto, ha insistido que frente a dicho hándicap en materia de recuerdos en caso de intoxicación por alcohol, el acusado “contó todo en el atestado con total normalidad”.

Del mismo modo, ha precisado que aunque el acusado haya insistido en que es “alcohólico desde los 19 años”, no pesa prueba documental sobre tal extremo, sino sólo su aseveración verbal en ese sentido.

Tras ello, terminadas las pruebas testificales y periciales y ya en la fase de conclusiones definitivas, el fiscal del caso ha ratificado su petición inicial de 25 años de cárcel para el acusado por un presunto delito de asesinato.

Y es que el juicio ha estado marcado por una serie de notas de voz remitidas vía WhatsApp por el acusado a su hija, de entonces 23 años, precisamente después de cometer el crimen, unos audios reproducidos durante la primera jornada del juicio.

LAS NOTAS DE VOZ POR WHATSAPP

“La he matado. Me la he cargado. La tengo aquí muerta, Me ha tocado tanto los huevos que la he asfixiado hasta matarla. La he estrangulado con mi camiseta”, exponía el acusado en estas notas de voz en las que pedía a su hija que acudiese a la vivienda de la víctima porque necesitaba “ayuda” para solucionar la situación.

“No me voy a comer 15 años por esta mierda”, asevera varias veces el acusado en otros de los audios, pidiendo a su hija que no contase “nada a nadie” y reclamándole que se trasladase hasta la citada vivienda y le prestase “ayuda” para “inventar cualquier cosa”. Y es que según una de las notas de voz, estaba “acojonado” ante la situación, ante la cual su hija le aconsejaba en otras notas de voz también reproducidas en la vista oral que se entregase a la Policía, planteamiento rechazado por el inculpado en otras de las notas de voz.

La defensa, de su lado, ha calificado los hechos como homicidio con las atenuantes de actuación bajo los efectos de sustancias tóxicas, el alcohol en este caso; y de confesión; solicitando una pena de once años de cárcel. De manera subsidiaria, en caso de que el acusado sea finalmente condenado por asesinato, la abogada defensora del mismo ha pedido aplicar las citadas atenuantes, y que la pena impuesta se reduzca a 15 años de prisión.

“SÓLO QUERÍA QUE SE CALLARA”

Ahora, el jurado popular del caso espera la entrega del objeto del veredicto para deliberar sobre el mismo y decidir el destino de Francisco Manuel Prados, quien en su comparecencia defendía que la víctima le “atosigaba”, que por su insistencia y sus insultos le tenía “atacado de los nervios” y que la noche de actos, la mujer, con la que mantenía relaciones sexuales a cambio de dinero, le estaba “insultando y chillando” y él actuó “borracho” porque “sólo quería que se callara”.

Si bien el inculpado ha mostrado arrepentimiento en el juicio, la jefa del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional consideró en su comparecencia que se trató de un “homicidio premeditado”, por aspectos como las diversas llamadas perdidas del inculpado a la víctima y su “ataque sorpresivo por la espalda”; mientras la hija del mismo aseguró que en sus contactos con él la noche de los hechos, “no estaba borracho como en otras ocasiones” y hablaba del crimen “muy tranquilo”.


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