SEVILLA, 19 (EUROPA PRESS)
El Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de la capital hispalense ha organizado la jornada científica ‘Temas actuales en Física Médica, Radioterapia y Medicina Nuclear’, donde se han reunido especialistas de los principales hospitales públicos y privado de Sevilla para destacar las principales líneas de investigación en el presente y futuro del diagnóstico y tratamiento del cáncer.
En este sentido, el doctor Francisco Sánchez Doblado, catedrático de la Universidad de Sevilla Sevilla e investigador del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS), ha apuntado a la radioterapia flash como el horizonte más cercano. Según ha explicado en un comunicado, se trata de una técnica que consiste en depositar toda la dosis de radioterapia en tiempos de milisegundos, unas 100.000 veces más rápido. “Tendría el mismo control tumoral con mucho menos daño a tejido sano”, ha subrayado, precisando que “si bien aún está en fase preclínica, los resultados son muy prometedores”.
De otro lado, el físico médico del Hospital Universitario Virgen del Rocío Santiago Velázquez Miranda ha hablado sobre la sinergia entre la radioterapia y la inmunoterapia como el presente ya entre los tratamientos del cáncer. Así, ha indicado que existe una sinergia cuando se combinan la radioterapia a altas dosis por sesión y la inmunoterapia, ya que “el efecto de la inmunoterapia se potencia”. Esto es, que la radioterapia a estas dosis “despierta” al sistema inmune y actúa como una “vacuna in situ” contra el tumor y las metástasis.
De este modo, se puede conseguir que, irradiando sólo el tumor a altas dosis y combinando con inmunoterapia, “desaparezcan también las metástasis no irradiadas (esto se llama efecto abscopal)”. Al hilo, el jefe del Servicio de Protección Radiológica del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, Rafael Linares Doblado, ha asegurado que la radioterapia también tiene un efecto inmunosupresor y, en este punto, se está trabajando en ver cómo reducir este efecto para optimizar la sinergia entre la inmunoterapia y la radioterapia.
“Para potenciar el efecto, aún se necesitan más estudios, sobre todo acerca de la radiosensibilidad de los linfocitos; así como métodos precisos de cálculo de la dosis inmunosupresora recibida por el sistema inmune, tanto en los órganos inmunes como la sangre. Este es un tema complicado, por la movilidad de la sangre, ha incidido el físico médico Linares Doblado, quien ha afirmado que lo que se deduce del cálculo de los algoritmos es que,” para irradiar menos sangre y, por tanto, menos linfocitos circulantes, se deben administrar los tratamientos de radioterapia en menos sesiones y con una tasa de dosis más alta para entregar la dosis lo más rápidamente posible”.
Y es que esa es la tendencia actual ya de los tratamientos de radioterapia, tal y como cuenta la oncóloga radioterápica del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa Julia Montañés Uceda, quien ha hablado sobre el hipofraccionamiento en el cáncer de mama, que no es otra cosa que hacer los tratamientos cada vez más cortos para mejorar el bienestar del paciente y su calidad de vida.
“Se acortan tiempos y se irradia menos los tejidos sanos. Con el avance de las tecnologías, los tratamientos son cada vez más cómodos y accesibles, se combinan entre sí y los resultados son cada vez mejores”, ha detallado la doctora Julia Montañés Uceda, quien ha insistido en que “en pocas sesiones se logran óptimos resultados”.
Asimismo, el doctor Antonio Leal Plaza, del IBiS, estudia cómo potenciar el efecto de la radioterapia mediante el uso de nanopartículas de oro dirigidas al tumor. “Estas nanopartículas, al ser irradiadas, emiten electrones, que se depositan en el tejido tumoral, y suponen una dosis ‘extra’ que amplifica la que depositaría por sí solo el haz de radiación”, ha aseverado.
Por su parte, la especialista del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, Ana Moreno Ballesteros, ha adelantado cómo el uso de la inteligencia artificial, principalmente mediante el empleo de Redes Neuronales, va a permitir el manejo de grandes cantidades de datos (big data) y la extracción de información diagnóstica “oculta” al ojo humano en los estudios de TC, resonancia magnética (RMN) y Medicina Nuclear (PET-TC o SPECT-TC).
“Esto tiene un gran impacto en la predicción de respuesta al tratamiento, predicción de la posibilidad de recaídas, entre otros. En Medicina Nuclear, además, mediante Redes Neuronales, se puede conseguir obtener imágenes de altísima calidad diagnóstica empleando dosis de radioisótopos hasta diez veces menores que las habituales”, ha concluido la especialista.
En definitiva, las líneas de investigación siguen encaminadas en conseguir un mayor control tumoral, con una menor dosis en los tejidos sanos para aumentar la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes con una disminución de la toxicidad o efectos secundarios.
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