SEVILLA, 3 (EUROPA PRESS)
Frente al nuevo real decreto ley de medidas de sostenibilidad, de ahorro y eficiencia energética, que para los edificios administrativos, recintos públicos y comercios fija una refrigeración máxima de 27 grados y una calefacción tope de 19, merced a los compromisos europeos derivados de la invasión rusa de Ucrania y la crisis energética provocada por la guerra, los hosteleros sevillanos apuestan por aplicar una refrigeración máxima de 25 de grados al “prevalecer” el decreto 486/1997 de disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, aludido expresamente en la nueva regulación.
En concreto, en el nuevo real decreto ley figura que con relación a los espacios y lugares afectados, “la temperatura del aire en los recintos calefactados no será superior a 19 ºC y la temperatura del aire en los recintos refrigerados no será inferior a 27 ºC”, precisando no obstante que “los umbrales de temperatura indicados anteriormente deberán ajustarse, en su caso, para cumplir con lo previsto en el real decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo”.
Al respecto, una circular de la patronal española de la hostelería señala el articulado del real decreto 486/1997 que recoge “las condiciones termohigrométricas que deben cumplirse en los locales cerrados”, pues “a tenor de este artículo, la temperatura en restaurantes, bares o cafeterías, en los que se realizaría en palabras de la normativa ‘un trabajo ligero’, no podrá superar los 25 grados”, con lo que “deberá entenderse que ningún local de hostelería puede refrigerarse por debajo de los 25 grados”.
Ante ello, el presidente de los hosteleros sevillanos y vocal por Sevilla de la Patronal Nacional Hostelería de España, Antonio Luque, ha lamentado en unas declaraciones la supuesta “falta de diálogo” del Gobierno central con el sector a la hora de promover esta nueva regulación, defendiendo que a la hora de aplicarla “prevalece” el real decreto 486/1997 por la “salud del trabajador”.
Tras consultar con el equipo jurídico de la patronal española de hostelería, Luque ha señalado que los hosteleros podrán mantener una refrigeración de 25 grados en sus locales, ganando así dos grados de refrigeración “muy importantes” para que la clientela disfrute de una experiencia “de calidad” en los establecimiento y los empleados cuenten con condiciones “dignas y seguras”.
“Al menos estos dos grados van a aliviar mucho para un trabajo digno y seguir abriendo los negocios” de hostelería, ha manifestado Antonio Luque.
HOSTELEROS ANDALUCES PIDEN A LA JUNTA QUE “DEFIENDA AL SECTOR”
Sobre la Ley de Ahorro Energético también se ha pronunciado la Federación Hostelería de Andalucía, cuyo presidente, Javier Frutos, ha rechazado esta ley por el “gran perjuicio” que va a suponer para las empresas, dado que “las obligará a mantener una temperatura mínima que es incompatible con la actividad de ocio y laboral dentro de los establecimientos debido a las características climáticas generales y específicas de la comunidad”.
En este sentido, y según se indica en una nota de prensa, Frutos ha solicitado a la Junta de Andalucía que valore la constitucionalidad del Real Decreto Ley publicado este martes en el Boletín Oficial del Estado (BOE), así como que “defienda al sector con la no aplicación de aquellas medidas que dependan exclusivamente de sus competencias”.
La hostelería andaluza ha recordado que la norma no está ponderada en función de las zonas geográficas y ha avisado de que en muchos lugares de Andalucía, “por no decir en todos”, se podrán superar fácilmente los 30 grados en el interior de los establecimientos.
De hecho, han añadido que poner la climatización a 27 grados como mínimo “no garantiza en absoluto” que la temperatura sea de 27 grados, ya que un local con trabajadores, clientes y maquinaria imprescindible para la actividad hostelera “estará muy por encima de ese nivel”. “La hostelería es un lugar de ocio, de disfrute, y sencillamente bajará la actividad porque nadie quiere ir a pasar un mal rato a ningún sitio”, ha explicado Frutos. Y ello tendrá influencia en las cifras de facturación, de empleo y de cuentas de resultados de las empresas andaluzas.
“¿Cómo va a ser igual un aire acondicionado a 27 grados en Las Alpujarras que en Jaén capital, o en Écija que en Sanlúcar de Barrameda?”, se ha preguntado Frutos, antes de denunciar que “no se ha tenido en cuenta a la hostelería para nada” antes de diseñar esta normativa que viene a dificultar “un poco más” la actividad de un sector que aún arrastra un déficit de facturación con respecto a 2019 de más del 7%, según el último dato oficial disponible.
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