SEVILLA, 18 (EUROPA PRESS)
Activistas de Ecologistas en Acción han simulado este martes el “taponamiento” de la tubería del vertido que la mina Cobre Las Cruces, ubicada en suelos de Guillena, Salteras y Gerena y perteneciente a la multinacional canadiense First Quantum, viene realizando al Guadalquivir desde 2009, como acto de protesta contra la minería, dentro de la campaña “Todas las minas contaminan”, lema del “contrasalón” que los ecologistas han organizado como respuesta a la cumbre de empresas mineras que acoge el palacio de exposiciones y congreso de Sevilla.
“El vertido al Guadalquivir se inició cuando empezó a funcionar la planta hidrometalúrgica de la mina Cobre las Cruces hace ya más de 13 años y supone la introducción al río de metales pesados bioacumulables como arsénico, cadmio, plomo, cobre, cinc, niquel y mercurio, que acaba en nuestros platos vía pesquerias del Golfo de Cádiz y a través de las producciones hortofrutícolas y de arroz que se riegan desde el río. Las tuberías de la mina han vertido en estos años al Estuario del Guadalquivir, en su punto de vertido de La Algaba, casi 4.800 kilos de cinc, 1.800 kilos de arsénico, plomo y cobre, 1.200 kilos de niquel y 120 kilos de mercurio, metales pesados de gran toxicidad que están contaminando la biodiversidad, los arrozales y Doñana, afectando a actividades socioeconómicas y al principal humedal de Andalucía”, sostienen los ecologistas.
Avisan además de que Cobre las Cruces pretende continuar vertiendo otros 14 años más, de llevarse a cabo la ampliación de la mina con el conocido proyecto PMR de minería subterránea y nueva planta de beneficio polimetálica.
“La nueva autorización ambiental de este proyecto supone un nuevo vertido de aguas contaminadas con metales pesados de 2.340.000 metros cúbicos anuales, en el mismo punto de vertido, en Zona de Especial Conservación Bajo Guadalquivir de la Red Natura 2000, sin haber realizado un verdadero estudio sobre el impacto ambiental en la biodiversidad del estuario del Guadalquivir, desde La Algaba hasta su desembocadura junto a los límites del Parque Nacional de Doñana, e incrementando notablemente los contenidos en metales pesados”.
Según los ecologistas, “tampoco se ha evaluado el efecto acumulativo que este vertido va producir junto con el que se pretende autorizar a la empresa Minera Los Frailes tras la reapertura de la mina de Aznalcóllar”. “Ese nuevo vertido contaminante se producirá en Santiponce, a tan sólo cuatro kilómetros aguas abajo del mismo ZEC Bajo Guadalquivir, con un vertido inicial de 14 millones de metros cúbicos en la fase preoperacional de 1,5 años de vaciado de la corta de Los Frailes, y 4.380.000 m3/año durante los siguientes 17 años de operación minera y de su nueva planta de beneficio”.
Además, ecologistas alerta de que ambas empresas mineras pretenden usar fondos europeos de recuperación ante la nueva crisis, pese a que los mismos están sujetos al requisito de “no causar un perjuicio significativo” al medioambiente.
Por eso, los ecologistas piden “declarar clausurado el emisor de Cobre las Cruces”, exponiendo que “todas las minas contaminan” y que hay “alternativas basadas en la recuperación de los minerales ya extraídos durante siglos de explotación de la tierra”.
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