SEVILLA, 19 (EUROPA PRESS)
La plataforma de Sevilla contraria a la inmatriculación de bienes acometida a su favor por la Iglesia Católica entre 1998 y 2015 ha respondido este lunes al arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, que “una verdad a medias es la peor de las mentiras”; avisando de que la Archidiócesis se ha “apropiado” del Patio de los Naranjos de la Catedral hispalense, cuyo absoluto acceso público reclama la plataforma. Dicho espacio, según el colectivo, “siempre fue visitable y disfrutable” con total libertad hasta su inmatriculación por parte de la Iglesia.
Rafael Sanmartín, miembro del colectivo, ha lamentado las recientes declaraciones del arzobispo, quien defendía que el Patio de los Naranjos “se puede visitar y contemplar” –acreditando a la entrada la condición de natural o residente en la Archidiócesis–, y descartando que haya “necesidad de ningún cambio en su estatuto jurídico”.
Al respecto, este portavoz de la plataforma ha avisado de que “una verdad a medias es la peor de las mentiras”, exponiendo que “siendo muy importante poder pasear” por el Patio de los Naranjos, “el fondo de la cuestión es mucho más profundo”, al radicar en las inmatriculaciones de bienes formalizadas por la Iglesia a su favor.
Para este colectivo, el Arzobispado se ha “apropiado” del Patio de los Naranjos, con vestigios de una mezquita almohade, “como si fuera una propiedad anterior o lo hubiera comprado”, reclamando que la institución eclesiástica “presente los documentos de compra” o la “prueba notarial de regalo” con relación a este enclave y otros bienes inmatriculados a su favor “con la sola palabra del obispo correspondiente”.
VISITABLE HASTA SU INMATRICULACIÓN
Rafael Sanmartín, en ese sentido, ha expuesto que el Patio de los Naranjos “siempre fue visitable y disfrutable” por cualquier persona con total libertad hasta su inmatriculación por parte de la Iglesia católica. “La forma de apropiarse esos bienes ha sido como mínimo irregular y la reforma de la Ley en que se han basado está derogada”, ha enfatizado.
El cuadro de tarifas de la Catedral, recordémoslo, especifica que la visita al recinto es gratuita para “naturales o residentes en la Archidiócesis de Sevilla, menores de hasta 13 años acompañados por un adulto, discapacitados a partir del 65 por ciento y un acompañante en caso de necesitarlo y desempleados nacionales”; pero siempre “acreditándolo mediante documento oficial” en el correspondiente control de acceso del monumento.
También hay habilitado un horario gratuito de visitas con aforo limitado de lunes a viernes de las 14 a las 15 horas, excepto los días festivos.
EL DEVENIR DEL PATIO DE LOS NARANJOS
Según los citados colectivos que protagonizan esta reivindicación, “desde su construcción como patio de abluciones de la mezquita aljama de la Sevilla almohade en el siglo XII, hasta su transformación en claustro de la Catedral cristiana un siglo más tarde, el Patio de los Naranjos siempre había tenido sus puertas abiertas a lo largo del día hasta el anochecer, estableciéndose un flujo constante de comunicación de todo tipo entre la ciudad y el espacio del patio”.
Como recuerdan los activistas, fue en 1992, año de la exposición universal celebrada en Sevilla, cuando este espacio fue “privatizado de facto”, pues “se cerró el acceso gratuito al Patio de los Naranjos, manteniéndose desde entonces como parte de la visita de pago al conjunto catedralicio y desvirtuando su disfrute y uso secular, al convertir sus puertas en acceso exclusivo de grupos turísticos y salida de los mismos”, aunque pesando la gratuidad de acceso en los casos ya descritos, previa acreditación a la entrada.
“RELEGADO A UNA POSICIÓN SUBORDINADA”
Es más, como consecuencia de ello, según el colectivo, el Patio de los Naranjos ha sido “relegado” a una “posición subordinada en el conjunto de la Catedral”, pues “actúa como acceso para los grupos de visitantes con reserva previa, a través de un puesto de control instalado en el acceso de la nave del Lagarto”, donde “se ofrece a los turistas un puesto de compra de recuerdos”.
Esta situación, según los mismos, “no sólo le resta” al Patio de los Naranjos “la personalidad que tuvo durante siglos, sino que priva a la ciudadanía del libre acceso al que tiene derecho” al estar el Patio de los Naranjos abarcado por la figura de bien de interés cultural (BIC) de la que goza el conjunto de la Catedral hispalense.
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