
Este jueves se cumplen tres años y medio ya de la desaparición de Antonio David Barroso tras llevarlo su madre consigo de viaje
MORÓN DE LA FRONTERA (SEVILLA), 13 (EUROPA PRESS)
La familia paterna del menor de Morón de la Frontera (Sevilla) desaparecido desde septiembre de 2021, después de que su madre saliese de viaje llevándole consigo y fuese hallada en Segovia dando explicaciones “inconexas” y manifestando que habría matado supuestamente al chico; ha reclamado este jueves “justicia” y la localización del chico al cumplirse tres años y medio ya de los hechos. La familia paterna, una vez más, ha avisado de que lam madre “sabe dónde está el cuerpo”.
El portavoz de la familia, Luis Núñez, ha manifestado en declaraciones a Europa Press que ya “hace tres años y medio” que el menor Antonio David Barroso “desapareció en manos de su madre” y el caso está “en el mismo punto que el primer día de la desaparición”.
“La madre declaró de que lo mató y lo tiró a un contenedor, luego cambió su versión y la familia paterna y yo mismo nos preguntamos cuánto vale la vida de un niño con 15 años con una discapacidad de más del 90 por ciento, que ha estado en manos de su madre y que a día de hoy está desaparecido”, ha enfatizado el portavoz de la familia, insistiendo en que entretanto; la madre del menor sigue “haciendo su vida normal después de tres años y medio” y “se jacta de que si no hay cuerpo no hay delito” mientras la familia paterna del chico está “sufriendo”.
“QUE DIGA DÓNDE ESTÁ EL CUERPO”
“Si la madre, como alega, tiene un trastorno mental, debería estar en un psiquiátrico y si se demuestra que es la responsable de la muerte y la desaparición de Antonio David, que se haga justicia y sobre todo que diga dónde está el cuerpo”, ha dicho Luis Núñez, convencido de que “ella sabe dónde está el cuerpo”.
“La madre, que ha hecho desaparecer a su hijo, no puede hacer una vida tan normal y tan relajada después de tres años y medio. Solamente pedimos justicia para Antonio David y que esto se aclare lo antes posible”, ha aseverado Luis Núñez.
El asunto gira en torno a un matrimonio de Morón con dos hijos a su cargo, una joven de entonces 18 años y un adolescente de entonces 13 años con una discapacidad física, toda vez que los miembros del matrimonio se habrían separado, contando la mujer al comienzo de la separación con la custodia de los dos hijos.
En ese contexto, en septiembre de 2021 agentes de la Guardia Civil localizaban a la madre en una carretera de la provincia de Segovia, donde habría detenido su coche, “desorientada” y manifestando declaraciones “inconexas” a los funcionarios. La mujer habría relatado a los agentes que llevaba consigo a su hijo de entonces 13 años de edad y que le habría matado, deshaciéndose después del cuerpo según su testimonio.
A cuenta del estado de la mujer, que presentaría alteraciones mentales, la misma fue trasladada al centro psiquiátrico del hospital de Segovia para recibir asistencia especializada, contactando la Guardia Civil con el padre del menor y expareja de la mujer, para interesarse por el paradero del chico.
Desde Morón, el padre y la hermana del muchacho habrían manifestado a los agentes que pensaban que el chico estaba con su madre, siendo informados del testimonio de esta mujer. Ante el relato de la mujer respecto a que habría matado a su hijo y se habría desprendido del cadáver, el padre del mismo acudió a la Comisaría de la Policía Nacional de Morón para formular una denuncia por la desaparición del chico.
LA MADRE LLEVÓ CONSIGO AL MENOR
Fruto de ello, los agentes de la Policía Nacional de Morón visitaron la vivienda de la mujer, averiguando que la misma se habría deshecho de enseres y se habría marchado el 12 de septiembre de 2021 llevando al chico con ella. A partir de ahí, y según las pesquisas de los agentes, habrían pasado aquella noche en un hotel de Talavera de la Reina (Toledo), donde ambos fueron vistos y desde donde habrían proseguido su viaje, siendo después la mujer localizada ya sola por la Guardia Civil en la situación ya descrita.
En cualquier caso, la Policía Nacional mantiene una investigación para localizar al menor y esclarecer la veracidad o no del testimonio inicial de su madre, que después habría asegurado que no mató como tal al chico, sino que el mismo “murió” y después se deshizo del cadáver.
En ese marco, una diligencia de la Policía Nacional emitida el 21 de septiembre de 2021 y recogida por Europa Press expone que unos agentes de la Policía Nacional realizaron un “recorrido” con la madre del menor desaparecido, su abogado y un enfermero del área de Psiquiatría del hospital general de Segovia; detallando que tras tomar “la salida del punto kilométrico 6,100, Ciudad de la Imagen, M-511”; la comitiva entró “en la calle Illescas” de Madrid, donde “a la altura del número uno”, la investigada “reconoció sin género de duda ese lugar como el sitio donde ‘tiró al niño en un contenedor'”, expresión esta última que atribuye a la propia encartada.
RECONSTRUCCIÓN DE LOS HECHOS
La mujer, según los investigadores, “señaló concretamente uno de los contenedores de color gris y tapa marrón, donde lo introdujo” según su testimonio, precisando los autores de este informe que la recogida de basura en dicha calle estaba encomendada a la empresa FCC Medio Ambiente e Infraestructuras y concretando el número identificativo del camión con el que fueron recogidos los contenedores de la calle Illescas el día 13 de septiembre de 2021, cuyos residuos fueron después depositados en el vertedero del parque de Peromingómez.
En paralelo, un informe de julio de 2022 de la Sección de Análisis de Conducta de la Unidad de Inteligencia Criminal de la Policía Nacional, en torno al testimonio de la madre del menor, plantea que ella se habría retirado a sí misma su propia medicación, lo que habría derivado en el “inicio de la sintomatología delirante”.
Otro de los aspectos deducidos del análisis de su testimonio es que el estado de salud de su hijo habría “empeorado” durante la semana del 6 al 12 de septiembre de 2021, extremo respecto al cual la mujer “tiene la certeza de que fallece en su domicilio durante esos días”, pero con la “creencia” de que iba a “resucitar sano”, motivo por el cual “huye del domicilio, no avisa de su fallecimiento, le lleva comida y ropa y tira los medicamentos”.
El informe plantea además como posibilidad que el “miedo a las consecuencias penales” le habrían llevado a “deshacerse del cadáver”, sin que sea posible “determinar” si ella “redujo la medicación de su hijo o la retiró totalmente”.
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